PGV - Edición 515 - Miércoles, 10, enero, 2024 - Muchos ciudadanos saben de esto y juzgan en todas partes pero ... - y más en nuestra pluriVERSIDAD

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Escuela de librepensamiento con responsabilidad y compromiso social: estudia, crea y gestiona conocimiento en procura de sembrar, cultivar y sostener convivencia global dignificante 

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Muchos ciudadanos saben de esto y juzgan en todas partes pero ...

Hugo Arias C. - IA-PGV-ChatGPT

Imagen en https://www.google.com/search?q=La+moral+del+gobernante+

Varios politólogos, teóricos  y analistas coinciden en que un gobernante con moralidad se distingue por sus sólidos principios éticos y su compromiso con hechos ciertos en procura del bienestar de la sociedad. Su carácter se refleja en la integridad, la transparencia y la justicia que guían sus acciones. La moralidad de un líder político impacta directamente en la estabilidad y el progreso de una nación o territorio, generando confianza y respeto entre los ciudadanos.

 La integridad es el pilar fundamental de un gobernante moral. Este líder se adhiere rigurosamente a principios éticos y se abstiene de prácticas corruptas. Su conducta transparente refleja honestidad y responsabilidad, estableciendo un estándar elevado para el resto de la administración. La confianza de la población se construye sobre la base de esta integridad, creando un ambiente propicio para el desarrollo sostenible.

 La justicia es otro elemento esencial en la caracterización de un gobernante moral. Este líder busca la equidad en todas las políticas y decisiones, asegurándose de que cada ciudadano reciba un trato justo e igualitario. La erradicación de la discriminación y la promoción de la inclusión justa, son objetivos prioritarios. La implementación de sistemas judiciales rigurosos e imparciales refuerza la confianza pública en la administración y fomenta el respeto por cumplir ley.

 La empatía es una cualidad clave en un gobernante moral. Este líder comprende las necesidades y preocupaciones de su población, adoptando políticas que aborden de manera efectiva los desafíos sociales. La empatía promueve la cohesión social y fortalece el lazo entre el gobierno y los ciudadanos. La inclusión de diversas perspectivas en la toma de decisiones garantiza que se aborden de manera efectiva las complejidades de una sociedad diversa.

 Un gobernante moral también se distingue por su compromiso con el desarrollo sostenible. Este líder adopta medidas para proteger el medio ambiente, promoviendo prácticas responsables y sostenibles. La inversión en energías renovables, la conservación de recursos naturales y la mitigación del cambio climático son prioridades en su agenda. Este enfoque asegura la preservación del entorno para las generaciones futuras.

 La educación ciudadana y la promoción de valores éticos son elementos cruciales en la estrategia de un gobernante moral. La implementación de políticas educativas que fomenten la ética y la responsabilidad social contribuye a la formación de ciudadanos conscientes y comprometidos. La difusión de valores morales en la sociedad crea una base sólida para la convivencia pacífica y el respeto mutuo.

Son clave de buena gobernanza el ejemplo del gobernante en el uso óptimo de los recursos y bienes públicos y el fomento continuo de la generación del empleo pleno de los factores de la producción, privilegiando el pleno y dignificante empleo de la población en edad de trabajar.  

En resumen, un gobernante con moralidad se caracteriza por la integridad, la justicia, la empatía, el compromiso con el desarrollo sostenible y la promoción de valores éticos. Estos elementos se entrelazan para crear un liderazgo que inspire confianza, respeto y prosperidad en la sociedad. 

Las decisiones y acciones de un líder moral tienen un impacto duradero, forjando un camino hacia un futuro más justo y equitativo.

Ahora encuentre Ud., si sus gobernantes, en uso de sus DEBERES y derechos,  han fungido y fungen en las condiciones expuestas. 

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El mundo según Pilger

 

Eduardo Barajas Sandoval (*)

 Bajo el nombre seductor de “Agendas Ocultas”, John Pilger publicó en Londres a fines del siglo pasado un libro de setecientas páginas con observaciones, críticas y revelaciones, sobre la marcha del mundo.

Describió detalladamente las acciones combinadas de británicos y estadounidenses para disponer de la isla Diego García, con la expulsión de sus habitantes aborígenes y la posterior negación de su existencia, de manera que el territorio insular sirviera de base para el bombardeo occidental a Irak, entre otros propósitos destructivos.

Denunció la forma como los británicos se apoderaron de Malaya, con la excusa de que los sultanes les habían pedido protección, cuando en realidad lo que hicieron fue adueñarse de las plantaciones de caucho. También cuestionó la empresa “civilizadora” de Kenia, con sus esfuerzos por suprimir “insurgentes amorales”, y los campos de concentración de nativos, para ponerlos en orden mediante métodos brutales.

Desveló la retórica teatral de la confrontación de Guerra Fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. “Descubrió” que las dos superpotencias respetaban tanto el espacio de influencia de cada una, que apenas expresaban delicadas sonrisas de simpatía hacia causas que fueran en contra de los intereses de la otra, sin que estuvieran dispuestas a intervenir abiertamente en ningún proceso que los afectara.

Con nombres propios, no dejó títere con cabeza. Describió las relaciones ambivalentes de las potencias con ángeles que pasaron a ser demonios y viceversa. También citó declaraciones escandalosas de “estrellas” de la política y la diplomacia, de todas las orillas. Puso a circular nombres de países que no eran conocidos y descubrió tragedias ocultas. En fin, armó un catálogo de denuncias, denso en detalles y profundo en consideraciones geográficas y políticas, como solo un extraordinario, hábil y acucioso reportero puede hacerlo.

Si bien ese libro, de 1999, es un catálogo pormenorizado de todo tipo de fenómenos más o menos ocultos, muestrario de la hipocresía de los poderosos y de la habilidad de los más elegantes bandidos para describir sus hazañas y “explicar” y justificar sus acciones, la tarea del controvertido periodista, que acaba de fallecer octogenario, se extendió a lo largo de medio siglo y tuvo todo tipo de manifestaciones, desde columnas en los principales diarios londinenses hasta películas y documentales con tremenda carga de denuncia.

Así, a lo largo de medio siglo, fue destapando hechos y fenómenos que nadie había descubierto o simplemente no se atrevía a hacer del conocimiento público. Con lo cual se convirtió en vocero de causas hasta entonces ocultas, además de sorprendentes, de gente desconocida y sin voz, al tiempo que se convertía para muchos, desde políticos, gobernantes, oligarcas y diplomáticos, hasta dictadores, en un personaje tan incómodo que llegó a ser objetivo político de los poderosos occidentales y militar de los Khmer Rojos.

Estuvo en muchos lugares del mundo, con ese gesto del reportero que lleva ojos por todas partes. Por eso conoció el terreno de sus múltiples aventuras, desde Vietnam y Camboya hasta Sudáfrica, Timor y Birmania, por referir solo algunos de sus destinos. Estaba presente en la misma sala en el momento en que asesinaron a Robert Kennedy. Sus denuncias, además, no se limitaron a los hechos de los protagonistas de decisiones desde gobiernos y empresas, sino que también cuestionó a sus colegas de la prensa, de viva voz, como cuando les achacó parte de la responsabilidad por no destapar las mentiras de Bush y Blair cuando devastaron a Irak.

Para molestia de los altos mandos civiles y militares de los Estados Unidos, difundió el fenómeno, ahora apenas explicable, de la falta de moral y entusiasmo de las tropas estadounidenses en la guerra de Vietnam. También denunció, e ilustró con imágenes de película conmovedoras, no solamente los bombardeos de Camboya, sino los crímenes genocidas de Pol Pot.

Descubrió seres olvidados, afectados por la Talidomida, y mostró al mundo imágenes de niños víctimas inocentes de decisiones políticas y militares. Exploró el contenido y los efectos de las “sanciones” que terminan siempre por perjudicar a los más débiles. Se asomó a los efectos nocivos de la globalización. Y mantuvo viva la protesta por las cuentas por arreglar en el Medio Oriente. Además, mantuvo entrevistas con disidentes de regímenes comunistas de la Europa oriental.

Criticó la insuficiencia del esquema posterior a la abolición del Apartheid en Sudáfrica, por el hecho de haberles dado poder político a los negros, mientras en lo económico los mantenía confinados en su miseria. Con lo cual se ganó la molestia de todas las partes.

Por supuesto fue durísimo crítico de la forma como en su Australia natal han sido tratados históricamente los aborígenes. Cuestionó la hipocresía occidental cuando respondió a los ataques terroristas del 9/11 con acciones terroristas de su parte, bajo otro nombre, y con efectos devastadores que quedaron en la impunidad.

Advirtió sobre el asalto que en uno y otro lugar se desarrolla contra la democracia. Planteó interrogantes sobre la relación de Occidente con China hacia las próximas décadas. Y naturalmente apoyó la empresa de destape de Julian Assange a través de WikiLeaks.

La virtud, el problema, y también el pecado de John Pilger fue el de haber emprendido la tarea de escudriñar temas controversiales, con gran habilidad para descubrir y exponer ante el mundo tragedias humanas en un contexto político, y hacer  interpretaciones del mundo que no coincidían con las del respectivo establecimiento.

Su independencia discursiva condujo a que resultara desde temprano enfrentado, fuese al establecimiento australiano, el de su país natal, al británico, su país adoptivo, o al gran “establecimiento mundial”, que en la época de apogeo de su acción periodística estaba representado por las interpretaciones del mundo predominantes en Washington o en Moscú.

Afrontar las reacciones de cualquier establecimiento, puesto a la defensiva, no es tarea fácil. Máxime cuando cuenta con el apoyo, voluntario, inocente u obligado, del conjunto de los medios de comunicación, cuya tarea, en ocasiones inadvertida, es la de mantener vigentes las interpretaciones dominantes.

Inserto en el corazón de la prensa británica, Pilger tuvo que aceptar en una época que sus reportes de cualquier índole fuesen acompañados de la salvedad de que se trataba, en cada caso, de una “visión personal, y no de un reportaje objetivo”.

Es muy es posible que se haya equivocado en sus apreciaciones, pero es imposible que se haya equivocado siempre. Además, no se inventó los hechos. Sólo que presentó respecto de ellos una mirada que era la más difícil de presentar, la que implicaba mayores problemas y, sobre todo, la que mejor denunciaba y ponía de presente la doblez y las faltas no sólo de los encargados de contar lo que pasaba, sino las de los protagonistas de los hechos.

Todo establecimiento tiene derecho a defenderse. Otra cosa es que lo sepa hacer con honestidad, con seriedad, con seguridad, conforme a patrones que lo hagan más respetable. Muy diferente es que quiera prevalecer a ultranza e inventarse las razones que sea para justificar cualquiera de sus comportamientos, y sobre todo de sus equivocaciones.

Frente a ello, la existencia de personajes como John Pilger resulta de utilidad pública y de sanidad política. En medio de las polémicas que suscitó, no todos lo consideraron un removedor de impurezas. A lo largo de su vida siempre hubo quien reconociera su valentía personal y el valor argumentativo de sus recuentos y sus denuncias. Por eso recibió numerosas distinciones y reconocimientos, a los cuales nos sumamos, a sabiendas de que, como él mismo lo aceptó, no pretendía abarcarlo todo, sino mostrar con fundamento documental e imágenes incontrovertibles, una lectura de la realidad, desde abajo hacia arriba.

categoría Internacional 

(*) Exembajador de Colombia. Director y moderador del Observatorio de actualidad Internacional de la U. del Rosario. Exrector Universitario. Decano y docente titular en U. del Rosario. Analista y escritor sobre temas de Relaciones internacionales, gobernanza y geopolítica.

Fuentes: El autor y El mundo según Pilger | Blogs El Espectador

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El «pene conceptual» o por qué la mediocre Claudine Gay llegó a presidenta de Harvard (*)

Fundada en 1636 como Harvard College y nombrada así por su primer benefactor, el clérigo puritano John Harvard, es la institución de educación superior más antigua de los Estados Unidos.Foto: iStock

JORGE VILCHES 

Madrid - Lectura Creada: 

Claudine Gay, rectora de Harvard, dimitió tras ser interrogada en una comisión parlamentaria sobre el antisemitismo en la Universidad. Ante la pregunta de si la petición de un genocidio judío viola el código ético de Harvard, Gay contestó que «depende del contexto». Esta barbaridad generó un escándalo. Los conservadores estudiaron su obra y encontraron plagio en su tesis doctoral y en varios de sus trabajos. Finalmente, dimitió. Politóloga, pertenece a esa casta universitaria forjada en el posmodernismo y en la teoría crítica, empeñada en la reivindicación racial y de género. Su tarea no es la ciencia, sino deconstruir lo existente para preparar el camino a la «transformación». Por eso, cuando dijo «depende del contexto» se refería a que la ética o el hecho contrastado y empírico solo son perspectivas subjetivas, manejables según la interpretación de quien lo oiga o vea. Esta negación de la verdad es el cinismo que está destruyendo nuestra cultura.

Steven Pinker, psicólogo, demostró en «Racionalidad» (2021) que en la Universidad prima el sesgo ideológico más que la razón y la ciencia. Esto es demoledor en Humanidades y Ciencias Sociales, donde funcionan los códigos de tribu, la ideología militante y el empeño en una función social transformadora que, a la postre, acaba opacando el sentido de la profesión y asfixiando la investigación y el progreso cultural.

La palabra clave en ese proceso de degradación es «posmodernismo», consistente en deconstruir la historia, la ciencia y la razón porque se consideran instrumentos de dominación. En su lugar se prioriza el desagravio a los colectivos identitarios considerados oprimidos: mujeres, no blancos, LGTB, o los que tienen alguna peculiaridad física, como la obesidad. El propósito es la justicia social, de ahí que se presenten como reivindicativos y condenen a los que no coinciden con su labor evangelizadora. Su arma es el lenguaje, la creación de palabras nuevas y el destierro de otras consideradas «opresoras». Esto pasa por destruir los valores clásicos, la educación tradicional, las costumbres, la cultura, y la exclusión de quienes no comulgan con el posmodernismo. A esto lo llaman «progresista».

Retórica de la farsa

Esa mentalidad surgió hace décadas y tuvo una vuelta de tuerca a principios del siglo XXI, cuando pasó de la Universidad al activismo callejero y la política. Lo que ha llevado a la imposición de obligaciones morales en la investigación, como, por ejemplo, la perspectiva de género aunque no venga al caso, o la priorización en el estudio de los «oprimidos» por razón de su sexo, raza, clase y demás, sobre todo, si hay interseccionalidad, es decir, la combinación de varias «opresiones». Cualquiera que esté en la Universidad sabe de qué estoy hablando. Helen Pluckrose y James Lindsay analizan este fenómeno en «Teorías cínicas» (Alianza) con el subtítulo: «Cómo el activismo académico hizo que todo girara en torno a la raza, el género y la identidad, y por qué esto nos perjudica a todos» .

Los dos autores comenzaron su andadura con un artículo titulado «El pene conceptual como constructo social», publicado por la revista científica «Cogent Social Sciences» en 2017. El texto era una parodia pero pasó el examen. Los autores decían que el pene no es biológico, sino un artefacto cultural para el dominio patriarcal y la opresión de las mujeres. En su tesis no había fundamentación científica, sino retórica posmoderna. El artículo dejó en ridículo al mundo académico porque demostró que no importaba la ciencia, sino el discurso político. Ahora ambos autores han dado un paso más y han catalogado la farsa en lo que llaman «teorías cínicas».

Lindsay y Pluckrose señalan los cuatro temas del posmodernismo universitario, que bebe de filósofos del XX como Derrida y Foucault: el borrado de límites (cualquiera puede sentirse mujer, por ejemplo), el poder creador del lenguaje (la neolengua orwelliana), el relativismo cultural (es lo mismo la Sinfónica de Londres que un tío con un bongo) y la negación del individuo en beneficio de los colectivos identitarios oprimidos y victimizados. A partir de aquí, analizan cuatro teorías cínicas que vamos a ilustrar con ejemplos.

La poscolonialista se basa en rebajar la importancia de la civilización occidental haciéndola culpable de la situación del resto del mundo. De hecho, los posmodernos dicen que la alfabetización o la medicina tradicional fueron herramientas imperialistas. Un ejemplo de esta tendencia es Urtasun, ministro de Cultura, que anunció el pasado 30 de diciembre acciones contra la «cultura colonial» en España por su presencia en América y África.

Luego está la teoría queer, que se fundamenta en decir que el sexo biológico es un constructo sociocultural para la opresión y que el género son las normas obligadas para esa dominación. Hablan así de «falocentrismo» en una sociedad construida para «el macho» y de la necesidad de borrar las categorías de hombre y mujer, como ha hecho en España el Ministerio de Igualdad. Esto es insultante para los que se sienten según su biología porque se les priva de identidad, dicen Lindsay y Pluckrose, o para los que no hacen de su sexualidad un problema político. El asunto va más allá: la Asociación Estadounidense de Psicología considera la «masculinidad tradicional» como una enfermedad mental.

La teoría crítica de las razas, la de Claudine Gay, se basa en exaltar a las no blancas como forma de desmontar el «patriarcado blanco heteronormativo». Su cultura y su historia son mejores que «la blanca», y si no han sobresalido más ha sido por la opresión racial. ¿Cómo se demuestra que uno no es racista? Pues nombrando rectora de Harvard a una mujer negra posmodernista sin verificar su currículum, como Claudine Gay. Por cierto, Gay se victimizó al decir que la criticaban no por plagiar y relativizar la petición de un genocidio judío, sino por ser negra y mujer.

Lo mismo pasa con la gordura, defendida como contraposición a la opresión «fascista» del cuerpo perfecto. Esta teoría es proclive a la interseccionalidad con la discriminación de las mujeres. Es el llamado «feminismo gordo». Un ejemplo es Ángela Rodríguez, ex secretaria de Estado de Igualdad, que asegura que se la discrimina por «feminista, gorda y bisexual», y que dice que «a las gordas también nos violan».

En suma, el magnífico libro de Lindsay y Pluckrose observa que el problema está en que esa Universidad está creando una élite escéptica con la ciencia y la razón, obsesionada con la identidad, que ve dinámicas de poder opresivas por doquier, que politiza la vida privada y que aplica la ética de forma desigual, según el colectivo afectado. Por eso, esos estudiantes de Harvard pidieron el genocidio judío y Claudine Gay no lo condenó.

Fuente: El «pene conceptual» o por qué la mediocre Claudine Gay llegó a presidenta de Harvard (larazon.es)

(*) Este texto fue recomendado a nuestra PluriVERSIDAD por el Exrector universitario, Decano, Docente Universitario, investigador científico, escritor y abogado Eduardo Barajas Sandoval. 

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Los siete secretos para llegar a la vejez sanos, según la medicina

10/enero/2024 – 8:00 a.m.

 Existen proyectos dirigidos a adultos mayores.

Pensar en la salud del futuro es la mejor inversión que uno puede hacer. Las siete claves para la longevidad, compartidas en un artículo de The New York Times, demuestran que casi todo depende de uno, si quiere estar sano a los 80, 90 o incluso 100 años. 

De acuerdo con la publicación reciente, el director científico del Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos, Luigi Ferrucci, manifestó: "Las personas buscan la píldora mágica y esta ya existe". 

De allí se desprenden las siete recomendaciones para llegar a ser adultos mayores sanos y felices. 

1- Moverse más: el ejercicio es ideal para reducir el riesgo de las muertes prematuras, además de que cuida al corazón y fortalece los músculos para evitar caías en adultos mayores.

2- Comer más frutas y verduras: ingerir productos frescos y tener un régimen variado es lo ideal. Si bien los expertos no recomiendan ninguna dieta en específico, sí es muy recomendable la mediterránea

3- Dormir lo suficiente: según aseguró una profesora de medicina y jefa de geriatría, gerontología y cuidados paliativos de la Universidad de California, Alison Moore, las personas necesitan dormir más a medida que envejecen

Archivo Portafolio.co© Proporcionado por Portafolio

4- No fumar ni tomar demasiado alcohol: el tabaco es completamente perjudicial para la salud y, en cuanto al consumo al alcohol, no se recomiendan más de una copa por día en el caso de las mujeres y más de dos en el de los hombres. 

5- Atender las dolencias crónicas: hay que seguir los consejos del médico incluso con los problemas más pequeños. Hacer visitas cada vez que sentimos alguna alarma en la salud puede ayudar a cuidar el cuerpo. 

6- Darle prioridad a las relaciones sociales: los vínculos son muy importantes para combatir la soledad y el aislamiento, que según los expertos son tan malos como el tabaco y el alcohol. 

7- Mantener una mente positiva: las personas optimistas tienden a mantener algunos de los hábitos mencionados anteriormente más incorporados, como el de hacer ejercicio. 

PORTAFOLIO

Fuente: Los siete secretos para llegar a la vejez sanos, según la medicina (msn.com)

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Descubren grandes cuerpos orgánicos moviéndose en los océanos de Titán

Historia de Jesús Díaz  • 8/enero/2024

Cuando Cassini sobrevoló Titán en 2013 observó unas formas que brillaban en los océanos de hidrocarburos de la luna de Saturno que no estaban ahí en órbitas anteriores. Los astrónomos las llamaron “islas mágicas” porque no podían explicar cómo habían aparecido de la nada. En la siguiente órbita, la nave de la NASA detectó nuevas islas y otras desaparecieron. Un estudio planteó poco después que podrían tratarse de burbujas de metano pero, ahora, un equipo internacional de científicos afirma que en realidad son cuerpos orgánicos que flotan y se sumergen.

Las "islas mágicas" de Titán son fenómenos transitorios y brillantes en los lagos de Titán, visibles en las imágenes de radar. Esta nueva investigación liderada por Xinting Yu —profesor asistente en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Texas San Antonio— ha revelado que estas podrían ser grandes trozos de panales de abeja hechos de hidrocarburos radicalmente diferentes de las teorías anteriores. "Las 'islas mágicas' de Titán probablemente sean fragmentos flotantes de sólidos orgánicos porosos y congelados", explica Yu.

El nuevo material mágico: tan resistente como el grafeno y 10 veces más fuerte que el Kevlar

Omar Kardoudi

El carburo de silicio amorfo es un material altamente resistente que puede cambiar la manera en la que fabricamos dispositivos como sensores ultrasensibles o las placas solares

 

Cómo se forman las isla mágicas

La atmósfera de Titán es rica en metano (CH4) y nitrógeno (N2). Reacciones fotoquímicas provocadas por la luz solar transforman estos gases en compuestos orgánicos complejos. Según el estudio publicado en el diario científico Geophysical Research Letters, estos compuestos forman masas de líquidos, hielo o cuerpos porosas que finalmente se depositan en la superficie de la luna saturnina. Los sólidos porosos descienden lentamente por el denso aire de Titán al ser más pesados que la atmósfera.

Para explicar el fenómeno de las islas mágicas, el equipo de investigación de Yu investigó qué pasaría cuando estos sólidos cayesen sobre los lagos de hidrocarburos de Titán. Su teoría es que los sólidos orgánicos simples —como los nitrilos, los hidrocarburos con triple enlace y el benceno— tienen porosidad suficiente para flotar: de 25% a 60%.

Las islas mágicas de Titán captadas por Cassini. (NASA)© Proporcionado por El Confidencial

Las islas mágicas de Titán captadas por Cassini. (NASA)

Otro de los aspectos clave del estudio explica cómo desaparecen estos cuerpos orgánicos. El equipo descubrió que, dado que los lagos ya están saturados con partículas orgánicas, los sólidos no se disolverían rápidamente al entrar en contacto con el líquido.

Cuestión de porosidad

Su modelo demuestra "la mayoría de los sólidos congelados eran demasiado densos y la tensión superficial demasiado baja para crear las islas mágicas de Titán a menos que los grumos fueran porosos", indican los investigadores. Si los grumos helados eran lo suficientemente grandes y tenían la proporción adecuada de huecos y tubos estrechos, la isla flotaría hasta que el metano líquido invadiera esos espacios, provocando su hundimiento poco a poco.

El estudio también proporciona una posible explicación para la notable suavidad de los lagos y mares de Titán. Además de estos sólidos flotantes que podrían ser responsables de las "islas mágicas", otras partículas más finas pueden estar cubriendo estos océanos como aerosoles, explicando la superficie excepcionalmente lisa de los mares y lagos de esta misteriosa luna.

Dragonfly tendrá la respuesta definitiva

La investigación sobre estas islas mágicas no solo aporta una solución al misterioso fenómeno en la luna de Saturno, sino que también tiene implicaciones significativas para futuras misiones y estudios, sobre todo para la próxima misión Dragonfly de la NASA, programada para llegar a Titán en 2034.

La misión está programada para lanzarse en julio de 2028. Esta misión extraordinaria —que forma parte del Programa New Frontiers de la NASA— busca explorar Titán con un gran dron. diseñada para aprovechar la densa atmósfera y baja gravedad de Titán, que es tan densa que un humano equipado con alas impulsadas por sus brazos podría volar y planear entre las nubes sin esfuerzo.

El objetivo principal de Dragonfly es explorar diversas ubicaciones en Titán, recogiendo materiales y determinando la composición de la superficie en diferentes entornos geológicos para comprobar habitabilidad de este entorno e investigar hasta qué punto ha progresado la química prebiótica. De hecho, la gran esperanza de los científicos es encontrar firmas químicas que indiquen la existencia de vida.

El Dragonfly llegará a Titán a mediados de 2030 (NASA/Cornell)© Proporcionado por El Confidencial

El Dragonfly llegará a Titán a mediados de 2030 (NASA/Cornell)

Motor nuclear

Según la NASA, Dragonfly puede cubrir decenas de kilómetros en menos de una hora, cubriendo una distancia mucho mayor que la de cualquier rover marciano. Los diseñadores de la misión esperan que, cada día completo de Titán, la nave viaje desde su sitio de aterrizaje inicial para cubrir áreas a varios cientos de kilómetros de distancia en una misión que inicialmente durará dos años. Sin embargo, Dragonfly pasará la mayor parte del tiempo posada en la superficie de Titán realizando mediciones científicas.

Como no puede usar energía solar al estar tan lejos del Sol y bajo la bruma de Titán, Dragonfly utilizará un motor nuclear, un Generador Termoeléctrico de Radioisótopos Multi-Misión (MMRTG) similar al que usa el rover Curiosity en Marte. Las operaciones de vuelo, transmisión de datos y la mayoría de las operaciones científicas se realizarán durante las horas de día en Titán —ocho días terrestres— lo que le dará a la nave otros ocho días para recargar sus baterías para la siguiente manga de la misión.

Fuente: El Confidencial - Descubren grandes cuerpos orgánicos moviéndose en los océanos de Titán (msn.com)

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Convivencia global dignificante para 2004 y años siguientes !



Comentarios

  1. Gracias por colaborar, leer, analizar, comentar aquí y compartir nuestro blog PluriVERSITARIO.
    El Editor

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