PGV- Edición 514 - Sábado 6, 2024 - ¿Algún país ha llegado al bienestar humano justo y equitativo? - y más temas en pluriVERSIDAD
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¿Algún país ha llegado al bienestar humano justo y equitativo?
Hugo Arias Castellanos - IA-PGV-ChatPGT
Los discursos, arengas y planes de todos los políticos siempre han destacado y reiterado su compromiso mayor para "la búsqueda del bienestar humano" de las comunidades de los territorios y sus entornos. Decepcionante es para la humanidad que ese bienestar colectivo no se haya logrado y que las condiciones para la convivencia global dignificante hayan sido y sean precarias o tantas veces desestimadas y nugatorias.
Lograr un estado de bienestar humano que sea justo y equitativo ha sido un objetivo prometido por diversas naciones a lo largo de la historia. Sin embargo, es difícil señalar un país que haya alcanzado esta meta de manera absoluta. Algunos Estados han logrado avances notables en la promoción de la equidad y la justicia social, pero en muchos casos hay factores estructurales y amenzas persistente en contra del logro deseado por los pueblos y tan prometido por sus dirigentes.
Un ejemplo a considerar es Dinamarca, un país escandinavo conocido por su modelo de bienestar. El sistema danés se caracteriza por altos niveles de igualdad de ingresos, acceso universal a la atención médica y educación gratuita. A través de políticas sociales progresistas, Dinamarca ha buscado crear una sociedad donde la brecha entre ricos y pobres sea mínima. Sin embargo, incluso en este caso, existen desafíos relacionados con la inmigración y la inclusión social.Otro país a mencionar es Finlandia, que destaca por su sistema educativo inclusivo y de alta calidad, y su enfoque en la igualdad de oportunidades. La educación finlandesa se basa en principios de equidad, y el acceso a servicios de salud es amplio. A pesar de estos logros, persisten cuestiones relacionadas con la discriminación de género y la integración de grupos minoritarios.
En el ámbito latinoamericano, Uruguay ha sido elogiado por sus políticas progresistas y sus esfuerzos para reducir la pobreza y la desigualdad. La implementación de politicas públicas sostenidas en el tiempo con programas sociales de compromiso general ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de muchos uruguayos. No obstante, desafíos económicos y dificultades persistentes en áreas como la seguridad ciudadana muestran que el camino hacia un bienestar justo y equitativo es continuo y complejo.
Es esencial destacar que, incluso en estos casos, ningún país ha alcanzado una perfección absoluta en cuanto a bienestar justo y equitativo. Las naciones mencionadas enfrentan desafíos internos y externos que requieren atención constante. Además, la medida del bienestar es subjetiva y puede variar según las perspectivas individuales y los indicadores utilizados.
En términos de referencias, se puede citar el "Índice de Desarrollo Humano" del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que evalúa aspectos como la salud, la educación y el ingreso. También, estudios específicos sobre los modelos de bienestar en Dinamarca, Finlandia y Uruguay proporcionan información valiosa sobre sus enfoques y desafíos.
En conclusión, ¿hay lugar para pensar que el bienestar humano total es una utopía?En tanto que algunos Estados han logrado avances significativos hacia un bienestar justo y equitativo, la perfección en este ámbito es esquiva y compleja. La búsqueda de la equidad y la justicia social es un camino continuo que requiere adaptación constante a los desafíos emergentes. Cada país enfrenta sus propias complejidades, pero compartir experiencias y aprender de los éxitos y desafíos de otros puede ser fundamental en la construcción de sociedades más jsutas y equitativas. Un camino idoneo para alcanzar bienestar humano puede ser el pleno empleo de los factores de la producción, generando la ocupación dignificante y sostenida de todas las personas en edad de trabajar y acompañando todo el proceso con el uso óptimo de los recursos públicos.
“Las granjerías de perlas”
Julio Londoño Paredes (*)
Se llamaban durante la época colonial “granjerías de perlas” a áreas del lecho del mar adyacente a las ciertas costas, generalmente desérticas, en las que se encontraban ostras, que contenían perlas, el más preciado tesoro de las cortes europeas.
La isla de Cubagua, ubicada frente a la costa venezolana, fue descubierta por Cristóbal Colón en 1498. Allí, atraídos por la abundancia de perlas, se organizaron los primeros establecimientos españoles en la América del Sur. Uno de ellos recibió en 1528, el nombre de “Nueva Cádiz de Cubagua”. Fue la primera ciudad de Venezuela.
Un vecino llamado Francisco de Castellanos asumió el control de la isla, aunque en realidad la que ejercía el mando, tanto de don Francisco como de la isla, era su esposa Inés Ortiz, una agraciada joven española de recia personalidad. Sin embargo, la desaforada explotación de perlas hizo que finalmente los ostiales de Cubagua se agotaran.
Por instrucciones de doña Inés, Francisco envió una expedición en búsqueda de un lugar para trasladar a los residentes de Cubagua. El sitio escogido fue el Cabo de la Vela, en el extremo noroccidental de la península de La Guajira, en donde había extensos ostiales. Allí se fundó un caserío de nombre Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela, a donde había llegado Alonso de Ojeda en 1499.
Sin embargo, la falta de agua obligó a los habitantes a buscar algún río al sur. Así se localizó el llamado Río de la Hacha, donde se fundó un pequeño caserío. En su costa había también ostiales. Los indígenas guajiros eran los encargados de bucear, naturalmente a pulmón, para extraer las ostras.
Los colonos trataban a los guajiros como esclavos, anticipándose a la Casa Arana en el Amazonas. Los indígenas morían muy jóvenes ya que se les reventaban los pulmones por las reiteradas inmersiones en búsqueda de ostras.
Los Castellanos establecieron en Riohacha un régimen autocrático similar al de los señores feudales en Europa. Doña Inés siguió en su empresa y logró que el Rey otorgara a su esposo el título de “Mariscal de la ciudad de Riohacha y de su granjería de perlas”. A la muerte de su conyugue, consiguió que el Rey designara a su hijo Miguel para ocupar el cargo y luego sus parientes siguieron controlando los hilos del poder y los beneficios de la granjería de perlas.
Lograron también que Riohacha, no dependiera ni de Santa Marta ni de Maracaibo, sino de Santo Domingo. Era un enclave familiar colmado de abusos y corrupción, hasta que el rey resolvió en 1593 adscribir la provincia a la gobernación de Santa Marta.
Puede parecer extraño que un enclave así existiera, sin embargo, es el antecedente de situaciones que se repiten todavía en nuestro país. Ciertos grupos cuando llegan al poder, hacen lo posible para perpetuarse y obtener beneficios para ellos.
Eso de “gobernar con los más honestos y capaces”, es ciencia ficción. Altos funcionarios gubernamentales manifiestan hoy abiertamente que se debe pertenecer al grupo político de turno para lograr un puesto. Así en ocasiones, los que logran determinados cargos consideran que tienen “su cuarto de hora” y se apresuran a asegurar que sus amigotes, parientes y copartidarios exploten su “granjería de perlas” para “pasarla bueno”.
¡Qué vamos a hacer si son elegidos, como a los señores feudales por sus siervos y además siempre “hay granjerías”, no necesariamente de perlas!
¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando abrimos regalos?Slobodan
VasicFotostorm
En concreto, la ciencia ha explorado cómo el acto de hacer o recibir
regalos afecta a nuestro cerebro, y los resultados revelan que la
experiencia está vinculada a diversas respuestas emocionales y procesos
cerebrales.
Por una parte, se produce un proceso de liberación de dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor asociado con la recompensa y el placer.
Algunos estudios han demostrado que tanto dar como recibir regalos pueden
desencadenar la liberación de dopamina en el cerebro, pero
también entran en juego sustancias químicas como la oxitocina,
la serotonina y las endorfinas. Todo ello contribuye a esa sensación de
felicidad y bienestar asociada con la experiencia de regalar y recibir regalos.
¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando abrimos regalos?kajakiki
/ iStock
Además, es una experiencia relacionada con los centros de
recompensa cerebral. En particular, la actividad cerebral se ha observado
en áreas asociadas con la recompensa, como el núcleo accumbens, cuando las
personas experimentan la alegría de dar o recibir regalos. Estos centros de
recompensa están vinculados a emociones positivas y la sensación de
satisfacción.
“Cuando recibimos un regalo hay un doble beneficio: se activan las regiones de placer de nuestro cerebro y también la parte más emocional. Las estructuras críticas para el procesamiento de la información emocional se ponen en marcha, sobre todo la amígdala o la corteza prefrontal, más vinculadas a la cognición.
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Pero otra clave radica en las conexiones sociales. La costumbre de regalar y recibir regalos también tiene que ver con la construcción y el fortalecimiento de las conexiones sociales. La ciencia sugiere que las interacciones sociales positivas (como compartir regalos o detalles), pueden tener efectos beneficiosos en la salud mental y emocional. “A los seres humanos y a los primates les gusta mucho sentir que alguien se ha preocupado por ellos”, añade el experto.
Asimismo, se habla de respuestas empáticas. Esto significa que
la empatía desempeña un papel importante en el acto de dar regalos. El cerebro
puede activar áreas asociadas con la empatía cuando nos ponemos en el lugar del
destinatario del regalo, experimentando la alegría que creemos que sentirán al
recibirlo.
¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando abrimos regalos?iStock
A su vez, algunos expertos plantean que esta tradición de regalar
en Navidad o en los cumpleaños mejora del estado de ánimo. Tanto el
acto de dar como el de recibir regalos han demostrado tener un impacto positivo
en nuestro bienestar.
Esto se debe a que las personas que participan activamente en regalar
pueden experimentar una sensación de logro y conexión emocional,
mientras que aquellos que reciben regalos a menudo experimentan gratitud
y felicidad, aunque sea una sensación efímera.
Por otro lado, algunas investigaciones sugieren que los efectos positivos
de dar regalos pueden tener una duración más prolongada que
simplemente recibirlos, dado que la satisfacción y el sentido de conexión
generados por actos altruistas pueden persistir en el tiempo.
Y no solo eso, sino que además se ha observado que participar en estos
tipos de actos de generosidad se puede asociar con la reducción del
estrés. La conexión social y la sensación de contribuir al bienestar de los
demás pueden tener beneficios para la salud mental.
Referencias:
- David Robson. 'The art and science of gift-giving'.
The Guardian (2023)
- Manuel Quiñones. 'Neuromarketing: ¿Por qué
disfrutamos tanto recibir regalos?' (2021)
La felicidad de todos se construye, pedazo a pedazos, con la felicidad cierta de cada humano ✍️👏
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