PGV - Edición 453 - Miércoles, 7, junio, 2023 - "En ese momento, las escuelas ya no tendrán nada que ofrecer a nadie" - y otros temas hoy en PGV

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Imagen: -nuestro Planeta Tierra en destrucción - en Dreamstime - bajada para PGV 

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Los países más contaminados del mundo

¿Qué país se encuentra arriba de la lista?  Estos son los datos:

Sarah Romero Periodista científica

  06.06.2023 | 14:00


Podría parecernos una amenaza invisible, pero la contaminación está cada vez más presente en nuestro mundo. Prueba de ello es esta lista actualizada de los países más contaminados del mundo publicada por la Universidad de Oxford de Reino Unido dentro de su plataforma “Our world in data” (nuestro mundo, en datos). La situación es preocupante.

La contaminación, así como el calentamiento global están estrechamente relacionados y contribuyen a la actual crisis ambiental que azota nuestro planeta. Cuando hablamos de contaminación hacemos referencia a la presencia de sustancias nocivas o tóxicas en el medio ambiente, mientras que el calentamiento global es el aumento a largo plazo de la temperatura media de la Tierra debido principalmente a las actividades humanas.

Los países más contaminados del mundoMidjourney/Sarah Romero

La contaminación del aire, el agua y el suelo con contaminantes, incluidos productos químicos tóxicos, metales pesados y desechos plásticos, plantean graves riesgos para la salud tanto de los seres humanos y la vida silvestre y parece que la mayoría de los países está contribuyendo de forma nimia a solucionar este problema que ya se escribe en mayúsculas.

El país más contaminado

Ahora, según datos recientes de la plataforma Our World in Data de esta universidad inglesa, la lista de países más contaminados nos sorprende con un lugar que ostenta una belleza paisajística impresionante con un escenario dibujado por las cumbres nevadas del Himalaya. Pero así es: los niveles promedio de partículas finas (PM2.5) de Nepal se ubican en la asombrosa cifra de 99,73 microgramos por metro cúbico (μg/m3) durante todo el año, lo que lo convierten en el país más contaminado del planeta. 

Mapa mundiMidjourney/Sarah Romero

Esta cifra es casi 20 veces más alta que los límites de referencia de 5 μg/m3 de la Organización Mundial de la Salud. Según apunta el informe, los residentes de esta nación sin salida al mar en el sur de Asia, están expuestos a niveles alarmantes de contaminación del aire. A modo de comparación, los niveles en Estados Unidos han registrado la cifra de 7,41 μg/m3.

Cuando hablamos de partículas finas PM2.5 nos referimos a partículas diminutas, que tienen menos de 2,5 micrómetros de diámetro y que pueden incluir polvo, hollín, metales y otros productos químicos. Esta contaminación está relacionada con la quema de combustibles fósiles y se libera de los motores de los automóviles y las fábricas. Al ser tan pequeñas, representan un riesgo enorme para la salud al poder ser inhaladas y acabar directamente en nuestros pulmones, poniéndonos en un mayor riesgo de muerte a causa de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Estos son los 5 países más contaminados

Los datos, recopilados en 2017, exponen los niveles de PM2.5 para 195 países en todo el mundo. En el nefasto top5 de la lista se encuentran:

  1. Nepal, con 99,73 μg/m3
  2. Níger con 94,05 μg/m3
  3. Qatar con 91,19 μg/m3
  4. India con 90,87 μg/m3
  5. Arabia Saudí con 87,95 μg/m3

Los investigadores muestran que, excluyendo Qatar, los niveles de PM2.5 en cada uno de estos cinco países han aumentado desde 1990, lo que indica que los esfuerzos para reducir la contaminación no han tenido éxito en estas naciones.

“Países como Nepal (sur de Asia), Níger (África) y Qatar (Medio Oriente) están en el extremo superior de PM2.5, con una exposición de más de 90, lo cual es muy alarmante”, comentó Raj Tiwari, profesor asistente de Ciencia de datos sobre el cambio climático en la Universidad de Hertfordshire.

Entre los países más contaminados de la lista también podemos encontrar: Egipto (87 μg/m3), Camerún (72,79 μg/m3), Nigeria (71,80 μg/m3), Baréin (70,82 μg/m3) y Chad (66,03 μg/m3).

Concepto de contaminaciónMidjourney/Sarah Romero

¿Y los países menos contaminados del mundo?

En el extremo opuesto de esta tabla se encuentra Finlandia, que registró la exposición anual media más baja de PM2,5 con 5,86 μg/m3, seguido de Brunei con 5,9 μg/m3, Nueva Zelanda (5,96 μg/m3), Suecia (6,18 μg/m3), Canadá (6,43 μg/m3) e Islandia (6,48 μg/m3). También poseen poca contaminación ambiental países como Estonia, Noruega, Estados Unidos o Maldivas. España se encuentra en la mitad hacia arriba de la tabla.

Sin embargo, a pesar de que la contaminación del aire cobra un precio significativo en la salud pública, no es la principal causa de muerte en todo el mundo. El estudio Global Burden of Disease, publicado en la revista The Lancet, concluyó que la principal causa de muerte en el mundo es la presión arterial alta, con 10,85 millones de muertes, seguida de cerca por el tabaquismo.

Referencia:

  • Research and data to make progress against the world’s largest problems. Oxford University’s Our World in Data platform https://ourworldindata.org/
  • European city air quality viewer . European Environment Agency 2023
  • Global burden of 369 diseases and injuries in 204 countries and territories, 1990–2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019 Open AccessPublished:October 17, 2020 DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30925-9
  • Pollution: 90% of world population breathes air that exceeds WHO targets on particulate matter BMJ 2023; 380 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.p615 (Published 15 March 2023) Cite this as: BMJ 2023;380:p615

 FUENTE: https://www.muyinteresante.es/actualidad/60617.html

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Encanto y desencanto de lo predecible


(*) Por Eduardo Barajas Sandoval

Cuando alguien logra permanecer más de veinte años en el poder, con “ajustes institucionales” hechos a su medida, queda poco espacio para el regocijo. En cambio, llega el momento en el cual se advierte que el cacareado éxito en las votaciones no está acompañado de factores que den vida y contenido a una democracia profunda.

Como era previsible, y a pesar de que antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales las encuestas mostraron la posibilidad de su derrota, el presidente turco consiguió quedarse en el poder. Si termina el nuevo período para el que ha sido elegido, completaría más del primer cuarto del presente siglo en el mando. Al principio lo tuvo como primer ministro de un régimen parlamentario, y luego como presidente bajo un esquema presidencial de su propia autoría, al que trasladó los poderes que consideró convenientes. Así estará a la cabeza del primer centenario de fundación de la República Turca, heredera del fenecido Imperio Otomano, que destruyó a su vez al Imperio Romano de Oriente por la misma época del descubrimiento de América.

La carrera del presidente turco, para llegar a este aparente momento de gloria, en medio de la aclamación de adeptos que lo consideran su padre y desean que jamás se vaya del poder, y mucho menos de este mundo, ha estado animada por una sagacidad política inusual, que en dos décadas ha utilizado en su favor elementos del populismo, el nacionalismo y el autoritarismo. Bases de un discurso que combina magistralmente ingredientes religiosos, paternalistas, proféticos y machistas, y que ha cautivado suficientes votantes entre la gente que espera que algún líder bondadoso le arregle sus problemas.

La acumulación de poder, resultante del propósito deliberado de conseguirlo, ampliarlo y mantenerlo bajo cualquier circunstancia, ha hecho cada vez más difícil el ejercicio de la oposición ante un líder de esas características y esos alcances. Dificultades más grandes aún en circunstancias de campaña política, cuando el personaje en el poder conoce de manera profunda el alma popular y sabe convertir en votos a su favor las acusaciones que formula contra sus enemigos en ejercicio de esa impunidad que se auto atribuyen gobernantes de corte autoritario y lengua suelta, capaces de decir lo que les viene a la cabeza. Como en este caso las afirmaciones de que Turquía estaría siendo víctima de un complot internacional de la comunidad LGTB, que sus oponentes no son buenos musulmanes y que estaban aliados con la guerrilla kurda del PKK, considerada como la enemiga principal del estado. Argumentos ridículos para la intelectualidad de Ankara o Estambul, pero sonoros para la gente de la barriada, las aldeas o los campos, que ve en el presidente a una especie de iluminado.

A la hora de las elecciones, con afiches que mostraban al presidente en sus mejores momentos, el 52% votó en favor de darle cinco años más de mandato, sin que importaran la profunda crisis económica que afecta al país, con 86% de inflación, el terremoto que puso al descubierto fallas en la capacidad estatal de atención a las víctimas, la interpretación y tratamiento elementales de asuntos estatales que otros manejarían con criterio tecnocrático y no al impulso de uno de esos presidentes que creen saber de todo. Solvencia presuntuosa que sale después muy cara. De manera que la aspiración de muchos es la de que vuelvan a ser escuchados los que saben de economía, en lugar de familiares versados en seguir instrucciones, que haya un gerente independiente del banco central, y que se tapen cuanto antes los huecos que se abrieron  para la campaña del jefe.

No se puede desconocer que la victoria del presidente turco tiene como complemento la fuerza política que le da el hecho de haber mantenido, en las votaciones del 14 de mayo, su mayoría en el legislativo. Esto quiere decir que no será uno de esos presidentes que cautivan suficientes votantes para llegar a la cumbre del poder, pero carecen de mayoría para que sus proyectos pasen en el legislativo. Otra cosa son las típicas divisiones de cada país luego de una campaña presidencial feroz, que en este caso deja principalmente del lado de la oposición a los habitantes de las grandes ciudades, los sectores sociales laicos de la línea fundadora de Mustafá Kemal Atatürk, y las regiones costeras, mientras aldeanos y campesinos siguen a ciegas con “su presidente", a quien le va a tocar gobernar para todos.

Vista desde la perspectiva internacional, la reelección en Turquía resalta por el solo hecho de que el país ocupa un lugar geográfico de primera importancia. Quien quiera que allí gobierne ha de ser tenido en cuenta por muchos actores. Dueña del paso, en cualquier dirección, entre el Mediterráneo y la enormidad física, política, estratégica y militar del Mar Negro, ahora en ebullición, punto de unión y separación entre Europa y Oriente, miembro relevante de la OTAN, y aspirante a la Unión Europea, Turquía encarna un poder enorme. Además de tener en sus manos las llaves de las migraciones provenientes del Asia, es pieza clave de los conflictos regionales de los Balcanes, el Mar Egeo, Asia Menor, el Mediterráneo Oriental y el Norte de África, reviste importancia fundamental para Rusia en materias como el transporte, el comercio, y la movilidad estratégica.

No se puede negar que el presidente turco ha jugado con intensidad y pasión en todos esos escenarios. No es alguien que guste a todo el mundo, por su corte autoritario y su estilo personal impredecible. Pero maneja sus cartas y dosifica sus argumentos con el aire de quien ha prometido a su país la utopía del inicio de un “nuevo siglo otomano”. Propósito grandilocuente, parecido, una vez más, a las proclamas de gobernantes que de pronto no tienen una noción realista de su verdadera estatura. Con la ventaja interna de que siempre habrá quien les crea y se haga ilusiones.

Por ahora, como resultado adicional de la reelección en Turquía, el mapa de los poderes en esa región del mundo sigue siendo el mismo: satisfactorio para el presidente ruso, que aprecia la independencia de su colega, y enigmático para la OTAN y la Unión Europea, que ven en el jefe del estado turco un personaje con agenda propia, agarrado al poder pero al mismo tiempo capaz de giros en cualquier dirección, con el argumento supremo de los intereses nacionales de su país, que tienen que ver con muchos flancos. Todo esto quedará un poco más claro con lo que diga dentro de pocas semanas, en la oportunidad dorada de celebración del primer centenario de fundación de la República, cuando pronunciará un discurso que seguramente estuvo siempre en uno de los lugares más altos de sus sueños.

(*) Exembajador de Colombia. Director y moderador del Observatorio de actualidad Internacional de la U. del Rosario. Exrector Universitario. Decano y docente titular en U. del Rosario. Analista y escritor sobre temas de Relaciones internacionales, gobernanza y geopolítica.

Fuentes: El autor y  https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/eduardo-barajas-sandoval/encanto-y-desencanto-de-lo-predecible/ EL ESPECTADOR 6  de  junio  de  2023

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Estados Unidos habría estado recogiendo ovnis intactos por años, afirma exmiembro de su Fuerza Aérea. ¿Qué respondió el Gobierno?

6, junio, 2023

David Charles Grusch solo tiene 36 años y dice poseer la verdad sobre uno de los grandes misterios de la humanidad por siglos: la vida en otros planetas y sus manifestaciones en la Tierra.

Grusch fue piloto de la Fuerza Aérea estadounidense, pero también agente de inteligencia de ese país, y asegura que su Gobierno lleva años desarrollando un plan secreto que consiste en recolectar toda suerte de rastros de visitas de extraterrestres al planeta.

Una de las imágenes más impactantes recientemente conocidas sobre el fenómeno ovni es esta dada a conocer por el Departamento de Defensa, que corresponde al registro de una interacción con un objeto aéreo no identificado, obtenida en abril de 2020, por parte de personal de la Armada estadounidense.© Proporcionado por Semana

En entrevista para la cadena de televisión News Nationel piloto dijo que no solo tenía información al respecto, sino también pruebas, las cuales entregó recientemente al Congreso, como parte de un caso de informantes dentro del sistema de inteligencia que se procesa allí.

Según Grusch, el proyecto ha recolectado naves extraterrestres intactas.

“Están recuperando vehículos técnicos de origen no humano, llámelos naves espaciales si lo desea, vehículos de origen exótico no humano, que han aterrizado o se han estrellado”, aseguró el exagente de inteligencia.

Otra inquietante información de Grusch apuntó a que los hallazgos no son solo de objetos.

El supuesto proyecto secreto ha recogido naves, pero también restos de ellas, cuando han caído accidentalmente en la Tierra, dijo el veterano estadounidense.© Proporcionado por Semana

“Bueno, naturalmente, cuando recuperas algo que aterrizó o se estrelló, a veces te encuentras con pilotos muertos y, lo creas o no, por fantástico que suene, es verdad”, explicó, dando a entender que el supuesto plan secreto también ha recogido restos de seres nativos de otros lugares del universo.

“Definitivamente no estamos solos. Los datos apuntan bastante empíricamente que no estamos solos”, recalcó Grusch, quien trabajó para el documento Unidentified Aerial Phenomena, UAP (Fenómenos Aéreos No Identificados), que sintetizó la información sobre objetos voladores no identificados, por un mandato federal de Estados Unidos.

Sin embargo, a pesar de la entrega que dice haber hecho al Congreso, a la entrevista Grusch no llevó ninguna evidencia para apoyar sus afirmaciones.

Al respecto, dijo que nunca ha tenido ante sus ojos las fotos de las supuestas naves extraterrestres recuperadas por el programa confidencial.

Eso sí, aclaró que ha hablado con funcionarios de inteligencia que sí las vieron. Al principio, pensó que eran tonterías, que lo estaban tomando por ingenuo.

La Nasa entregará próximamente los resultados de un estudio sobre ovnis que realiza un grupo de 16 expertos sobre el tema.© buradaki

Pero, con el tiempo, oficiales de alto rango que conoce empezaron a acercarse a él y a confesarle que hacían parte del supuesto programa sobre los ovnis.

El New York Post quiso verificar lo dicho por Grusch con otras fuentes, entre ellas un vocero del Departamento de Defensa, quien le dijo que UAP, convertido hoy en la All Domain Anomaly Resolution Office, AARO (oficina de resolución de anomalías de todos los dominios), no ha hallado ninguna evidencia que pudiera sustentar la existencia de un programa de ese tipo en el pasado o actualmente.

Así mismo, el portavoz le dijo al ‘New York Post’ que ha establecido mecanismos con el fin de que “las personas presenten información para ayudar a AARO en su revisión histórica ordenada por el Congreso”.

Por lo demás, de los 800 avistamientos informados al Departamento de Defensa en los últimos 27 años, solo del 2 al 5 % presentaban la posibilidad de ser “realmente extraños”.

FUENTE: Estados Unidos habría estado recogiendo ovnis intactos por años, afirma exmiembro de su Fuerza Aérea. ¿Qué respondió el Gobierno? (msn.com)

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La educación que queremos | Confesiones de un competidor autoderrotado

En momentos como el nuestro ─de inteligencia artificial y horror pandémico─, las instituciones educativas tienen una oportunidad única de virar el timón y dar un fuerte impulso a la originalidad humana y a las personalidades individuales.

Mayo 19, 2023Por Andrés García Barrios

Una lectura de 7 minutos

Preámbulo a la confesión

Hace unos días, mientras escribía este artículo, me acordé de una anécdota personal que me pareció conveniente para abrir el texto. Mi intención era dar un poco de color inicial al escrito, pero aquella historia se extendió poco a poco, adquiriendo un tono confesional que acabó llenando varias cuartillas. Lo que el lector tiene en sus manos es, pues, una confesión. El género confesional no ha dejado de estar presente en la literatura durante siglos, y eso es en parte lo que justifica el que me anime a rescatarlo aquí y ofrecerlo al público. Pero sobre todo me mueve el presentir que sus palabras muestran algo importante sobre el lugar que ocupan las escuelas en la formación de ciertas personas con dificultades específicas. En este relato introspectivo, ese algo apenas se insinúa, pero creo que aun así vale la pena compartirlo, con la esperanza de que el lector lo rescate y lo delinee más claramente.

Esbozado todavía con torpeza, el planteamiento es más o menos así: mucho se ha hablado de que la urgencia de sobresalir es parte sustancial de la naturaleza humana, pero muy poco se ha considerado el que a la par exista en cada uno de nosotros la urgencia contraria, la de no sobresalir, tan fuerte y abarcadora como la anterior, y que nos lleve a crear madrigueras reales o psicológicas donde agazaparnos. En general, gracias a la educación en el hogar y en la escuela, los seres humanos logramos sobrellevar esta doble fuerza interior hasta encontrar un equilibrio. Este equilibrio no excluye el que en cada persona predomine un poco una de ambas fuerzas, determinando algunos rasgos de su carácter: ahí están los líderes, tan valiosos como quienes saben ser liderados.

Existen, sin embargo, individuos a los cuales les ha tocado sufrir sin atenuantes estas pulsiones contrarias. Dada su mayor dificultad para lograr un equilibrio, estas personas pueden verse en aprietos si el ambiente fortuitamente favorece sobremanera alguna de ellas. Tal sería el caso de gente profundamente retraída pero a la vez profundamente ansiosa por figurar, a la que de pronto cierto contexto social convoca a despuntar, convirtiéndolos en pequeños o grandes tiranos; o el de individuos en la situación contraria, es decir, privados una y otra vez de oportunidades donde expresarse, y obligados a sumirse en la arbitrariedad opuesta, es decir la de un resentido ensimismamiento.

Mi conclusión es que esa dualidad es detectable al menos desde la juventud y que los docentes tienen la oportunidad de hacer mucho por jóvenes como éstos en esa etapa de la vida. Si pidiéramos un esbozo de esa forma de ser, diríamos que se trata de jóvenes que aunque viven sumidos en sí mismos, se esfuerzan por evidenciar una y otra vez su extrema dificultad para tomar la palabra; en determinados momentos, uno o dos de ellos terminan no sólo por tomarla sino por arrebatársela a otros e incluso por querer dictar a los demás la suya propia. ¿Necesito decir que con la elocuencia y la audiencia adecuadas podrán triunfar como dictadores?

¿«He perdido» o «Estoy perdido»? La Confesión

Todavía recuerdo lo que me dijo mi psicoanalista cuando le platiqué las grandes diferencias que años atrás me habían distanciado de mis compañeros de la preparatoria: diferencias en mi manera de pensar, mis inquietudes intelectuales y artísticas, mi ideología social y política, mis pensamientos religiosos (yo era ateo)…, hasta en mi forma de vestir. “Te mandaron a la guerra sin fusil”, me dijo, refiriéndose a la decisión de casa de que yo fuera a aquel colegio.

En éste, mis dificultades para hacer amigos con los que me identificara plenamente eran notorias. A veces prefería quedarme en el salón leyendo en vez de salir a compartir un recreo en realidad muy poco “recreativo” para mí y que me implicaba mucho esfuerzo. Acabé haciendo amigos entrañables, pero eso porque supe compensar aquellas diferencias con un sentido del humor y un constante histrionismo con el que ridiculizaba todas aquellas diferencias mediante la burla de mí mismo y de los demás. Muchos de mis compañeros me festejaban, pero no faltaban los que se sentían ofendidos por chistes que a mí me parecían inofensivos y que ahora, ya de grande, he venido a enterarme que merecerían el título de bullying. Por mi parte, me mantenía a salvo mediante esas estratagemas, que me hacían un tipo aislado y a la vez bastante bien aceptado cuando quería acercarme.

Simultáneamente, asistía a una academia de teatro que ofrecía talleres vespertinos para adolescentes. Ahí, mis dotes histriónicas y mi carisma (llamémosle así) me daban un lugar bien claro entre mis compañeros, que me aceptaban y querían, e incluso llegaban a admirarme. La mayoría me siguió cuando propuse formar un grupo de teatro fuera de la institución. Sin embargo, una vez que tomé aquel liderazgo las cosas comenzaron a ir mal: convencido de mis ideales artísticos, quise imponerlos sobre el grupo, junto con una disciplina completamente fuera de lugar para aquellos jóvenes que querían hacer un teatro mucho más relajado. Uno a uno, todos acabaron desertando.

Lo contrario ocurrió unos cuantos años más tarde cuando en reacción al terremoto del ‘85 formé un grupo con jóvenes un poco menores que yo, que pronto se mostraron dispuestos a seguir fielmente todo cuanto yo dijera y a convertirme en su líder. El contexto trágico de aquellos días favoreció el que agradecidos aceptaran mi disciplina, y pronto logramos lo que para nosotros fue un extraordinario montaje teatral. Al terminar éste, ya pasados los días del terremoto, todos voltearon hacia mí para obedecerme en el siguiente paso. Entonces fui yo quien renunció al proyecto.

Entré así en el típico círculo vicioso del competidor autoderrotado. Llegado a los años universitarios, iba a la escuela, me lucía en exposiciones académicas frente a todo el grupo, recibía aplausos… y temeroso de aquel despunte, me daba a la tarea de provocar largas discusiones con mis maestros y compañeros, y acababa recluido en mí mismo, entristecido y derrotado. Buscaba otra carrera, donde nuevamente era considerado un destacado alumno… y al poco tiempo volvía a echarme para atrás. Regresaba a la carrera anterior, seducía a mis compañeros del nuevo curso, y al ser nombrado representante estudiantil, desaparecía sin dejar rastro.

El vaivén fue cada vez más extremo. Extremo y extenuante. Nunca he creído mucho en horóscopos, pero sí me sorprendió la descripción que alguien hizo alguna vez de mi signo zodiacal, Libra: el subir y bajar de los platillos de la balanza en busca de equilibrio nunca es suave, sino al contrario, puede ser de una polaridad enorme, golpeteando a uno y otro lados cada vez con más fuerza.

Y entré a terapia. Algo en mi escuchó la oportunidad intermedia que surge cuando se huye de dos extremos. Entendí, remontándome a años atrás, que una y otra vez y otra vez había entrado a la guerra sin fusil, y que una y otra vez y otra vez, hábilmente me había sabido construir un rifle de palo, asumiendo el papel de bufón y venciendo como tal, pero renunciando después al mucho más encumbrado de Bufón del Rey, para el que muchos me sentían dotado.

De alguna manera, debo admitirlo, soy un sobreviviente de ese mal de quienes son capaces de competir pero incapaces de acatar el triunfo.

Existía, ahora me doy cuenta, un tercer término entre capacidad y autoderrota que estaba presente es aquella academia de teatro para adolescentes a la que asistí durante un par de años casi todas las tardes. El teatro es una labor de equipo, pero en aquel lugar se vivía de forma aún más estrecha, casi como la de una familia (a lo largo de la historia, por cierto, muchas de las grandes compañías de teatro han sido empresas familiares). En esta academia, el lugar del padre lo ocupaba un hombre (un “maestro”, como le llamábamos) que había figurado como pocos en la escena teatral de nuestro país, pero que en ese entonces sufría cierta marginación por parte de rivales políticos. Ese hombre se encargaba de colocar en el lugar de la madre casi como en un pedestal al arte teatral mismo, y nos enseñaba a amarlo. Yo que ya me rendía a los pies de cualquier escenario pude por primera vez subir a uno en un contexto de precioso equilibrio. Este equilibrio incluía una gran disciplina, que ninguno de aquellos jóvenes queríamos transgredir, pues asistir a clases era el mayor goce que podíamos darnos.

Conocimos el valor del arte al poner en escena piezas con las que nos identificábamos plenamente. Supimos lo que era una sala llena de público, y para colmo, en nuestra última temporada, el maestro dispuso que se cobrara la entrada y que se nos repartiera a los actores la ganancia, permitiéndonos recuperar la cantidad exacta que nuestras familias habían pagado por la inscripción al curso.

Aquel maestro parecía contemplarlo todo para enseñarnos a honrar el arte como un quehacer de equilibrio. Sin embargo, extrañamente, su pedagogía incluía el evitar que nos dedicáramos al teatro de manera profesional. Decía que los adolescentes podían encontrar en el arte una gran herramienta para adquirir madurez pero que de ninguna manera debían dedicar a él sus vidas. Aquel hombre amaba el teatro y extrañamente deseaba que éste sucumbiera.

¿Alguna semejanza con mi propio proceso?

Hoy dado que estoy respondiendo a la pregunta sobre cuál es la educación que quiero sueño con que aquel maestro hubiera perseverado muchos años más en su liderazgo, caminando a nuestro lado con el equilibrio que algunos necesitábamos tanto. Sueño con que creara una escuela en la que pudiéramos profesionalizarnos e incluso desarrollar una vida de valores artísticos, éticos y prácticos. No habría sido la única institución artística que ofreciera a sus alumnos una formación paralela a la secundaria y a la prepa, ni el primer proyecto teatral que otorgara a sus miembros un modo de vida estable, incluso en lo económico. Sueño con… una realidad distinta a la que fue. El maestro claudicó con nosotros. Privados de aquel mundo, varios buscamos profesionalizarnos en escuelas de las que acabamos desertando. Hoy, algunos de mis compañeros mantienen carreras artísticas y no falta el que alcanzó la cumbre. Pero no puedo dejar de pensar que se perdió una gran oportunidad para jóvenes como yo, que con el liderazgo adecuado habríamos podido evitar ese territorio de cimas y abismos que nos esperaba adelante.

Así que, en conclusión, sueño con puras utopías. Y no está mal. Todos conocemos el valor que las utopías recobran en tiempos como el nuestro. Ellas tan desprestigiadas en décadas pasadas de Éxito y Excelencia son hoy nuestra base para imaginar y reanimarnos (reinventarnos, dicen algunos). Así pues, reitero aquí que sueño con escuelas que no traten a los estudiantes de forma estandarizada sino que abracen el amplio espectro de la personalidad humana, con todos sus vaivenes y vicisitudes (“Cada persona es un centro”, dice la pedagoga Francoise Doltó). Pero hay más: sueño con escuelas que se comprometan con su gente y con su realización, de una manera decidida, creando vínculos con la sociedad no sólo para abastecerla de los profesionales que ésta le dicta sino para imponerle iniciativas incluyentes que puedan competir por su fuerza y su creatividad contra las estructuras sociales que sacrifican a quienes no son capaces de adaptarse.

Epílogo alarmista

Termino advirtiendo que en momentos como el nuestro de inteligencia artificial y horror pandémico, las instituciones educativas tienen una oportunidad única de virar el timón y dar un fuerte impulso a la originalidad humana y a las personalidades individuales. Ya estamos viendo como la formación estandarizada empieza a ser incapaz de competir contra herramientas de inteligencia artificial que aplican el término medio con muchísima más eficiencia. Si seguimos privilegiando el desarrollo de profesionales impersonales e inauténticos, pronto la sociedad se quedará sin unos ni otros (sin personas estándar y sin personas originales). En ese momento, las escuelas ya no tendrán nada que ofrecer a nadie.

FUENTE: Confesiones de un competidor autoderrotado (tec.mx)

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