PGV - Ed. 409 - 29,octubre,2022- LOS RIESGOS SILENCIOSOS DE LA DEPENDENCIA
PGV - PLURIVERSIDAD GLOBAL PARA LA VIDA - PGV
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Escuela de librepensamiento: estudia, crea y gestiona conocimiento para la convivencia global dignificante
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Los riesgos silenciosos de la dependencia
Julio Londoño Paredes (*)
La guerra en Ucrania se ha constituido en tema de todos los medios de comunicación del mundo. Se lleva cotidianamente la cuenta de los muertos y heridos; del número y tipo de cohetes disparados; de los tanques que se han destruido; así como de los avances y retiradas de las tropas en regiones de nombres impronunciables.
La entrada del invierno ha arreciado los efectos de la disminución de las exportaciones de gas y de petróleo rusos a Europa occidental, generando angustia en muchos estados.
El problema con las exportaciones de cereales y fertilizantes ya se había empezado a sentir, incluso en varios países africanos, algunos de los cuales, han estado al borde de la hambruna por la falta de trigo. Incluso se han experimentado cambios fundamentales en la política exterior de algunos países.
Contados fueron los que cayeron en cuenta de la dependencia que poco a poco, casi silenciosamente, se fue generando de Rusia, después de la caída del socialismo. ¡No había que preocuparse porque la autarquía y el socialismo habían sido finalmente derrotados y todo era felicidad!
A algunos estados les pasó lo mismo que a ciertos animales salvajes, que después de haber sido sacados de su entorno natural por algún tiempo, al ser devueltos a su medio habitual, pierden la capacidad incluso de sobrevivir.
En el caso de nuestra vecina Venezuela, no sólo Chávez cerró varias veces la frontera y canceló las importaciones de Colombia, generando serios efectos en muchas empresas y en varias regiones de nuestro país. También lo hizo Lusinchi y ha sucedido en otras ocasiones, no sólo a raíz de los conflictos armados domésticos en los dos países. Por muchas décadas fuimos objeto del chantaje de la libre navegación en los ríos comunes, para desembotellar a Norte de Santander y a los Llanos Orientales, a fin de obtener compensaciones territoriales por parte de Colombia.
En las negociaciones sobre la delimitación marítima del Golfo de Venezuela desde 1969 en adelante, el hecho de que nuestro país fuera en ese entonces un importador nato de petróleo tuvo un efecto fundamental en el proceso. Para no hablar de la servidumbre que los araucanos tienen de la carretera que a través de territorio venezolano, deben seguir utilizando para llegar a Cúcuta.
Nuestras relaciones con Venezuela, desde la disolución de la Gran Colombia hasta nuestros días, se asemejan a una montaña rusa, con grandes subidas colmadas de abrazos y declaraciones de afecto, pero con abruptas y peligrosas caídas. Naturalmente que hay que luchar frente a los efectos del cambio climático, pero para algo nos debe servir la experiencia.
Independientemente de los efectos económicos que pudiera tener para Colombia, la sustitución de la exploración y explotación de hidrocarburos en el futuro, teniendo en mente a Venezuela como gran abastecedor, es un juego de suerte y azar.
Es peligroso cuando en momentos de euforia política se adoptan decisiones, desconociendo la historia y las realidades políticas. La cuenta de cobro puede venir después.
(*) Excanciller y exembajador de Colombia. Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario.
La guerra en Ucrania se ha constituido en tema de todos los medios de comunicación del mundo. Se lleva cotidianamente la cuenta de los muertos y heridos; del número y tipo de cohetes disparados; de los tanques que se han destruido; así como de los avances y retiradas de las tropas en regiones de nombres impronunciables.
La entrada del invierno ha arreciado los efectos de la disminución de las exportaciones de gas y de petróleo rusos a Europa occidental, generando angustia en muchos estados.
El problema con las exportaciones de cereales y fertilizantes ya se había empezado a sentir, incluso en varios países africanos, algunos de los cuales, han estado al borde de la hambruna por la falta de trigo. Incluso se han experimentado cambios fundamentales en la política exterior de algunos países.
Contados fueron los que cayeron en cuenta de la dependencia que poco a poco, casi silenciosamente, se fue generando de Rusia, después de la caída del socialismo. ¡No había que preocuparse porque la autarquía y el socialismo habían sido finalmente derrotados y todo era felicidad!
A algunos estados les pasó lo mismo que a ciertos animales salvajes, que después de haber sido sacados de su entorno natural por algún tiempo, al ser devueltos a su medio habitual, pierden la capacidad incluso de sobrevivir.
En el caso de nuestra vecina Venezuela, no sólo Chávez cerró varias veces la frontera y canceló las importaciones de Colombia, generando serios efectos en muchas empresas y en varias regiones de nuestro país. También lo hizo Lusinchi y ha sucedido en otras ocasiones, no sólo a raíz de los conflictos armados domésticos en los dos países. Por muchas décadas fuimos objeto del chantaje de la libre navegación en los ríos comunes, para desembotellar a Norte de Santander y a los Llanos Orientales, a fin de obtener compensaciones territoriales por parte de Colombia.
En las negociaciones sobre la delimitación marítima del Golfo de Venezuela desde 1969 en adelante, el hecho de que nuestro país fuera en ese entonces un importador nato de petróleo tuvo un efecto fundamental en el proceso. Para no hablar de la servidumbre que los araucanos tienen de la carretera que a través de territorio venezolano, deben seguir utilizando para llegar a Cúcuta.
Nuestras relaciones con Venezuela, desde la disolución de la Gran Colombia hasta nuestros días, se asemejan a una montaña rusa, con grandes subidas colmadas de abrazos y declaraciones de afecto, pero con abruptas y peligrosas caídas. Naturalmente que hay que luchar frente a los efectos del cambio climático, pero para algo nos debe servir la experiencia.
Independientemente de los efectos económicos que pudiera tener para Colombia, la sustitución de la exploración y explotación de hidrocarburos en el futuro, teniendo en mente a Venezuela como gran abastecedor, es un juego de suerte y azar.
Es peligroso cuando en momentos de euforia política se adoptan decisiones, desconociendo la historia y las realidades políticas. La cuenta de cobro puede venir después.
(*) Excanciller y exembajador de Colombia. Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario.
Fuentes: El autor y https://www.semana.com/opinion /articulo/los-riesgos-silencio sos-de-la-dependencia/202232/SEMANA – octubre 28, 2022
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