PGV- Edición 367 - Sábado 4, mayo, 2022 - ESTADO DE LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO - y más temas
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Opinión | El ritual escolar: tipos de maestros
Hoy en día, la importancia de comunicarnos es universal e incuestionable. Sin embargo, la primacía de la comunicación en el ritual escolar es cuestionable.
Para los occidentales del siglo XXI, la importancia de comunicarnos es tan universal e incuestionable, que difícilmente creeremos en un proceso de enseñanza aprendizaje donde el diálogo no exista. Sin embargo, pensadores de Oriente y Occidente han insistido en que la educación sin comunicación existe y que su poder es aún más grande que el de las prácticas a las que hoy estamos acostumbrados. Así pues, la primacía de la comunicación en el ritual escolar es cuestionable. Las visiones sobre ella tiran hacia polos distintos: para algunos, todo lo humano comunica; para otros, una verdadera comunicación es imposible; para unos, la comunicación permite el entendimiento entre humanos; para otros, las personas creen comunicarse pero siempre están desprotegidas ante el engaño.
El filósofo
surcoreano Byung-Chul Han menciona rituales capaces de crear verdaderas
comunidades sin necesidad de que haya comunicación entre sus miembros; son
rituales donde la simple repetición de gestos ancestrales fragua la identidad
común, sin que medie entre sus participantes ningún mensaje ni ningún acuerdo.
Contemplar la posible existencia de una comunidad así ―cuya fuerza y cohesión interna
hacen a un lado lo inauténtico― es especialmente importante en un mundo como el actual en el que, a
pesar de las infinitas redes de comunicación, los seres humanos no parecemos
estar creando una verdadera comunidad ni llegando a ningún acuerdo perdurable.
En el ámbito
de la educación, el modelo ritual que Han describe opera cuando el maestro se
limita a mostrar sus propias habilidades frente al alumno, dejando que éste
aprenda y resuelva. El maestro se echa a andar, y es el alumno quien ve en ello
un ejemplo de lo que significa “conducirse”. También George Steiner ―en su libro Lecciones de los
Maestros― nos
recuerda la existencia de maestros que simplemente actúan mientras
sus alumnos miran y aprenden. En estos casos el énfasis está puesto en el alumno y
en sus deseos de aprender; se trata, pues, de una especie de autodidactismo. El
guía no admite preguntas porque no existen respuestas: toda verdad está por
descubrirse, o más bien, está por descubrirla el alumno, y en el caso de que
éste tenga preguntas, las respuestas parecen carecer de sentido, como ocurre
con los koanes chinos:
― Cuando ambas manos aplauden se produce un sonido. Ahora vete y trata de escuchar el sonido de una sola mano que aplaude.
El alumno
puede pasar años vagando en torno a este acertijo.
Mediante
este tipo de aparentes sinsentidos, el maestro intenta ―entre otras cosas― quitarle al alumno la idea de
que la respuesta a sus dudas vendrá del exterior. Se trata de
desorientar al discípulo para que encuentre su propia verdad. Debe evitarse
toda seducción en la que el alumno se vea atrapado en la personalidad del
maestro y renuncie a la suya propia. Hay otros ejemplos divertidos: en su obra
de teatro Theos, Woody Allen menciona uno de esos famosos acertijos: “Si
un árbol cae en el bosque, y no estamos cerca para oírlo, ¿cómo sabemos que
hace ruido”. Por mi parte, recuerdo el letrero que colgaba en el umbral de una
famosa librería, digno ―sin quererlo― de la entrada de la más elevada escuela
budista: “Favor de no abrir ni cerrar esta puerta”.
A los
occidentales nos es prácticamente imposible imaginar un maestro que enseñe sin
comunicarse; es más, nos es difícil pensar en gente que esté junta sin que
entre ella circule una buena cantidad de mensajes: en una sala de espera, dos
personas que guarden silencio se estarán “diciendo” innumerables cosas, ya sea
por su actitud física, su forma de vestir o por el más pequeño gesto.
A mediados
del siglo pasado un grupo de estudiosos reunidos en la llamada Escuela de
Palo Alto (con sede en California, Estados Unidos) se atrevieron a decir
algo atronador: Todo comunica. Todo, absolutamente todo, ya sea de forma
consciente o inconsciente. Desde ese punto de vista, el solo hecho de
participar en un ritual silencioso y meramente formal es ya una manera de
expresar la conformidad con él, de comunicar que se está de acuerdo con que ese
ritual exista. Si se está inconforme (y si las teorías de Freud sobre el
inconsciente son de verdad universales), ni siquiera los orientales tendrán
manera de ocultar esa inconformidad y tarde o temprano la dejarán ver (a través
de un lapsus, por ejemplo). Lo mismo pasa con el maestro que “educa con
el ejemplo”: inmerso en una estructura en la que todo comunica, no puede dejar
de emitir y recibir infinitos mensajes, del tipo que sea, y su intento de
mantener una neutralidad ante el alumno será infértil.
No intento
descartar el ideal de un maestro cuyo nivel ilimitado de “conciencia” haga de
él un ser ejemplar sin que tenga la menor intención de serlo. Pero son casos
excepcionales. Mis comentarios intentan más bien prevenir sobre situaciones en
que el alumno idolatra a su maestro por considerarlo un “ejemplo a seguir” y
éste fomenta o al menos aprovecha la ocasión para su beneficio. La creencia en
“maestros ejemplares” conlleva riesgos.
Verdades universales
En
occidente, la tradición que impera es la del maestro que transmite un
conocimiento común a todos. En esta tradición no es cada uno quien encuentra su
propia verdad. El maestro mismo es receptor y transmisor de saberes que nos
rebasan a todos y a los que es conveniente adherirnos. Este tipo enseñanza pone
el énfasis en el maestro y en lo que él se ha preparado para decir. Un maestro
así se propone transformar al alumno para que aprenda lo que “se debe saber” y
lo que “se debe hacer”. En este modelo de enseñanza, todos llegan a la verdad
por el mismo camino, de suerte que la tarea del profesor es transmitir y
entrenar al alumno en una habilidad ya bien probada. Para acceder a la verdad,
el ser humano renuncia a la mayoría de sus atributos y se limita a su razón. El
maestro es el guía estricto que conoce el sitio al que se quiere llegar, y
admite todo tipo de preguntas siempre y cuando permitan avanzar hacia ese
conocimiento establecido de antemano.
A los occidentales nos es prácticamente imposible
imaginar un maestro que enseñe sin comunicarse.
Lo anterior
puede sonarnos completamente fuera de uso. Sin embargo, no lo es; además, si lo
fuera, deberíamos detenernos un poco a pensar si es conveniente que una
enseñanza así desaparezca del todo. Consideremos que este tipo de formación
tiene una inmensa ventaja (ventaja que sin duda le trajo parte de su éxito en
la edad moderna): en este modelo, ningún individuo debe imponer sobre otro su
criterio: los maestros no están hechos para dictar su verdad a nadie: la verdad
es universal y su llamado está dirigido a todos. En la relación maestro/alumno,
cualquier intento de seducir o dejarse seducir es contrario a la verdad que se
comparte. La ley ―ya sea política, moral
o científica― está más allá de las
opiniones y por lo tanto de las relaciones personales, y en esto se es
categóricamente estricto. Un buen ejemplo lo da la siguiente anécdota: en 2015,
el Premio Nóbel de Medicina, Tim Hunt, se atrevió a bromear públicamente con la
idea de que mujeres y hombres deben trabajar en laboratorios separados porque
no es raro que aquéllas lloren al enfrentar problemas profesionales o “se
enamoren” de sus compañeros, y que ello entorpece el trabajo. Inmediatamente
después de estos “graciosos” comentarios (y con inmediatamente quiero
decir antes de que el científico puidera regresar a su casa), la prestigiosa
University College de Londres (UCL) de la que era miembro, ya le había pedido
su dimisión. Ésta es una historia en que una postura feminista (en este caso
radical, pero que en esencia comparto) retroalimenta a la premisa
incuestionable de que ningún individuo, ni de broma, puede intentar ponerse por
encima de la ley universal (aquí, la ley científica) que es ajena a toda
diferencia entre personas.
Verdad personal y redes sociales
Frente a
tales posturas (que ponderan lo ideal sobre lo concreto y lo general sobre lo
individual), nuestra época posmoderna ha reaccionado proponiendo ―e incluso imponiendo― la existencia de verdades
individuales que salvaguardan la participación y los méritos
personales, y afirmando que hace mucho que las categorías universales
demostraron su ineficacia. Esta posición también conlleva riesgos. Cuando
Byung-Chul Han describe los rituales de una comunidad sin comunicación,
lo hace contraponiéndolos a nuestra realidad contemporánea, en la que la
existencia de verdades individuales va emparejada con un diálogo vacío, donde
los medios de comunicación ―presididos por las redes sociales― prácticamente obligan a la persona a escuchar sólo aquello
que coincide con lo que ella piensa: así, su verdad personal acaba siendo sólo
una plática consigo misma. Para el filósofo surcoreano, se trata aquí de una comunicación
sin comunidad, donde los mensajes fluyen entre distintos yos sin que
jamás puedan constituir un “nosotros”.
Esta
realidad aterriza en un modelo de escuela que fomenta en el alumno la idea de
generar su propio curriculum, su programa de estudios personalizado, y en el
que el estudiante acaba creyendo que se rige por su propio interés cuando en
realidad sólo está aprendiendo lo que el sistema de comunicación (por ejemplo,
el algoritmo de una red social) le dicta. Se trata de un nuevo tipo de soledad
que antes fue visto como locura y que ahora es el más habitual modus
operandi. Hace poco circuló en redes sociales un chiste que decía: “Yo soy
mi propio jefe, así que si me ven hablando solo, es que estoy en una junta”.
Genial chiste, por ser cierto. El maestro de estos futuros jefes está
ahí sólo para aportarles los recursos que creen necesitar, convirtiéndose en un
proveedor externo al proceso de aprendizaje, que el alumno equivocadamente
siente gestionar por sí mismo.
El maestro líder
En artículos anteriores cité
la idea de Erich Fromm de que el conocimiento que se adquiere mediante el
razonamiento tiene un límite, después del cual comienza un espacio misterioso;
en esa frontera, la razón entrega la estafeta a la única cualidad humana capaz
de traspasarla: nuestra capacidad de Amar, la cual es perfectamente compatible
con lo racional (Karl Jaspers, el filósofo alemán, habla de un tipo de
pensamiento que “trasciende la razón, sin perder la razón”). Desde mi punto de
vista, en un mundo tan convulsionado como el nuestro, el proceso de enseñanza
aprendizaje debe ser guiado por este tipo de sentimiento/pensamiento
trascendente, único que le permite recomponer sus ingredientes esenciales y
seguir impulsando en sus miembros el florecimiento personal y la cohesión
comunitaria.
En este
cuarto modelo de enseñanza aprendizaje (el de un ritual escolar recompuesto),
la imagen del maestro tiene especial relevancia. Para usar términos que nos son
familiares, me referiré a ese ideal de maestro como “maestro líder”. Éste, en
mi acepción, es aquel para el cual la escuela es en esencia un juego, un
ejercicio lúdico que nos prepara para responder colectivamente al ineludible
llamado a la verdad, y para seguirlo “más allá de la razón, sin perder la
razón”. Aprender es siempre una aventura que lleva al ser humano fuera de sus
islas de certezas, y por lo tanto implica un riesgo; el maestro líder pone todo
su amor para salvaguardar la integridad de sus alumnos en ese intento.
El maestro
líder incorpora todos los modelos anteriores al conducir la aventura. Se vuelve
ejemplar por el simple hecho de ser auténtico, es decir, de reunir en un todo
coherente sus formas de pensar, sentir y actuar. Pero también, como ya ha
recorrido el camino por lo menos una vez, sabe mejor que sus alumnos lo que se
puede esperar y les aporta de forma explícita todas las herramientas de
conocimiento que la humanidad le ha heredado. Asimismo, mirando de reojo
siempre a lo inesperado, sabe que frente a éste cada persona debe conservar su
capacidad de reacción individual y su autonomía, y alienta éstas, dando cabida
a un cierto grado de auto-didactismo, de autogestión; sin embargo, no deja
nunca de convocar a todos a un solo sitio de encuentro. Finalmente
(volviendo a aquello de “educar con el ejemplo”), su mejor lección es la forma
en que él mismo confía en la comunicación para ir adelante. Acepta que creer en
la autenticidad de los demás es un riesgo pues siempre está presente la
posibilidad de engaño, pero también sabe que ese riesgo no es mayor que el de
la condición humana en sí misma, la cual tiene por destino responder al llamado
de una verdad rodeada de incertidumbre. Así pues, con su mejor voluntad, da el
salto al vacío, confiando en que, en el peor de los casos, le ocurrirá como a
aquel sabio del que cuenta Oscar Wilde, que dejó ir el conocimiento perfecto y
recibió el Amor de Dios a cambio.
(*) Andrés García Barrios
es escritor y comunicador. Su obra reúne la experiencia en numerosas
disciplinas, casi siempre con un enfoque educativo: teatro, novela, cuento,
ensayo, series de televisión y exposiciones museográficas. Es colaborador de
las revistas Ciencias de la Facultad de Ciencias de la UNAM; Casa del
Tiempo, de la Universidad Autónoma Metropolitana, y Tierra Adentro, de
la Secretaría de Cultura.
Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ritual-educativo-tipos-de-maestros
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Julio Londoño Paredes
El candidato Rodolfo Hernández ha señalado que, en caso de resultar ganador en las elecciones del 19 de junio, reestablecería las relaciones diplomáticas con Venezuela el 7 de agosto a las 4 pm. Esa posición, con algunos matices, es la que ha expuesto Gustavo Petro.
La relación con Venezuela es uno de los problemas, que cualquiera que sea el nuevo presidente, deberá afrontar. El presidente Duque, que ha hecho un buen gobierno, se comprometió desde el inicio de su mandato en la fallida sustitución del régimen venezolano, generando una compleja situación entre los dos países. Eso no le resultó bien.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela, desde la disolución de la Gran Colombia en 1830, se asemejan a una montaña rusa, con subidas periódicas y abruptas bajadas. Lo cierto es que, no solamente tenemos una frontera dinámica y abierta de 2219 kilómetros, sino que, durante varios años, cerca de dos millones de colombianos migraron hacia Venezuela para buscar oportunidades en el vecino ricachón o para huir de la violencia rampante en nuestro país.
Ahora los papeles se han invertido y en forma abrupta más de dos millones de venezolanos han ingresado a Colombia, generando graves problemas de carácter económico, social y de seguridad. La frontera entre los dos países está considerada como una de las más peligrosas del mundo, y en Venezuela, se encuentran grupos armados colombianos, que no solamente hacen incursiones en Colombia, sino que adelantan acciones en territorio venezolano. Las fuerzas armadas venezolanas, por más chavistas que sean, deben sentir dolor de patria.
Venezuela, además, se ha constituido en una ruta privilegiada para la salida de la droga, de la cual se lucran además muchos funcionarios gubernamentales.
¿Cómo llegamos a la compleja situación, sólo comparable a las que se presentan entre algunas naciones africanas afectadas por problemas religiosos y tribales?
Hugo Chávez, alcanzó el poder como consecuencia de la descomposición de los partidos de derecha, de centro y de izquierda, así como por el desprecio a los personajes de la clase política que aparecían periódicamente con diferentes ropajes. Llegó, gracias a los precios del petróleo, con los bolsillos llenos de dólares, que comenzó a repartir a diestra y siniestra, incluyendo a los países angloparlantes del Caribe Oriental, de los que quiso constituirse como mentor y a Cuba, que estaba atravesando una compleja situación, después de que se vio obligada a cerrar decenas de ingenios, por el bloqueo de los Estados Unidos y la baja del azúcar en el mercado mundial.
Pocos días después de la elección de Santos en junio de 2010, el gobierno de Uribe anunció que tenía evidencias de la presencia del ELN y de las FARC en territorio venezolano. En un acto de hipocresía, Chávez rompió relaciones con Colombia y puso en “alerta máxima” la frontera.
En su discurso de posesión Santos calificó a Chávez como su “nuevo mejor amigo” y se inician las negociaciones con las FARC en La Habana. Venezuela es designada como “facilitadora”. Tremendo error: primero Chávez y después Maduro, se sentirán prevalidos por esa designación. Poco después al premio Nobel, le tocaría igualmente retirar a su embajador en Caracas.
La disyuntiva que tendrá que afrontar cualquiera de los dos candidatos al llegar a la presidencia y establecer relaciones con Venezuela, será el del consiguiente desconocimiento de Guaidó como presidente. No se podrán jugar las dos cartas al mismo tiempo.
Ya veremos.
EL ESTADO DE LA DEMOCRACIA EN EN EL MUNDO
El informe "El estado de la democracia en el mundo 2021: Fomentando la resiliencia en una era pandémica" de IDEA Internacional tiene como objetivo influir en el debate global y analizar las tendencias y desafíos actuales a la democracia, exacerbados por la pandemia de Covid-19. Ofrece recomendaciones de políticas específicas para generar ideas innovadoras para los encargados de formular políticas, los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil que apoyan la democracia.
El mundo se está volviendo más autoritario a medida que los regímenes no democráticos se vuelven aún más atrevidos en su represión y muchos gobiernos democráticos sufren retrocesos al adoptar tácticas para restringir la libertad de expresión y debilitar el estado de derecho, exacerbado por lo que amenaza con convertirse en una "nueva normalidad" de las restricciones de Covid-19. Por quinto año consecutivo, el número de países que se mueven en una dirección autoritaria supera el número de países que se mueven en una dirección democrática. De hecho, el número que se mueve en la dirección del autoritarismo es tres veces el número que se mueve hacia la democracia.
Visite el sitio web de GSoD para leer y descargar el informe de 2021.
INFORME SOBRE EL ESTADO DE LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO 2019: ABORDAR LAS ENFERMEDADES, REVIVIR LA PROMESA
¿Qué tan enferma está la democracia y realmente se está muriendo? ¿Cuáles son algunos de los remedios a los problemas actuales? Estas son algunas de las preguntas que explora el Informe sobre el estado mundial de la democracia 2019: Abordar los males, reavivar la promesa.
El informe, que se presenta como un “chequeo de salud global de la democracia”, tiene como objetivo influir en el debate sobre la democracia global, matizando la narrativa de pesimismo actual y proponiendo soluciones a los desafíos actuales.
El informe de 2019 analiza seis desafíos globales clave para la democracia:
- la crisis de representación de los partidos políticos y el auge del populismo;
- patrones y condiciones de retroceso democrático;
- el empoderamiento de la sociedad civil en un espacio cívico cada vez más reducido;
- gestionar procesos electorales en entornos desafiantes;
- corrupción y el papel del dinero en la política;
- y el impacto de las tecnologías de la información y las comunicaciones en la democracia.
El informe también proporciona un análisis en profundidad del estado de la democracia en las diferentes regiones del mundo: África y Oriente Medio, América, Asia y el Pacífico y Europa.
El informe se dirige principalmente a los formuladores de políticas y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan a nivel nacional, regional o internacional, ya sea implementando, apoyando o abogando por reformas democráticas, pero también a los formadores de opinión, estudiantes y académicos interesados en temas de democracia y gobernabilidad.
En diciembre de 2020, International IDEA publicó un informe provisional de GSoD (GSoD In Focus Special Brief 2020) que evalúa el estado de la democracia antes del brote de Covid-19 y 11 meses después de la pandemia y a finales de noviembre de 2020.
LA INICIATIVA DEL ESTADO DE LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO
En 2016, IDEA Internacional presentó la Iniciativa de El Estado de la Democracia en el Mundo, para analizar las tendencias democráticas, los desafíos y oportunidades que impactan en el panorama de la democracia. La Iniciativa proporciona análisis y datos, basados en evidencias, sobre el estado y la calidad de la democracia en diversos países. Su objetivo es contribuir al debate público sobre la democracia e informar las intervenciones políticas que fortalecen la democracia.La evaluación se basa en los Índices de El estado de la democracia en el mundo (disponible solo en inglés) creado por IDEA Internacional y que miden el desempeño democrático de 162 países desde 1975 hasta hoy y ayudan a monitorear el progreso en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Compuesto por indicadores de V-Dem y otras once fuentes, los Índices se actualizan anualmente. Estos Índices complementan otras medidas de la democracia a través de su marco multidimensional y su enfoque en la calidad democrática en lugar de una clasificación o ranking de países. El marco conceptual que sustenta los Índices manifiesta la definición de democracia de IDEA Internacional —esta definición enfatiza el control popular sobre la toma de decisiones públicas y los tomadores de decisiones, y la igualdad entre los ciudadanos en el ejercicio de ese control—, en cinco atributos principales de democracia, subdivididos en 29 aspectos de la democracia, agregados a partir de 116 indicadores. Los índices GSoD están disponibles en el sitio web interactivo. Allí puede encontrar puntajes democráticos por país y por región para los 28 (de los 29) aspectos de la democracia desde 1975 hasta 2019. También incluye gráficos descargables y perfiles de países.
La iniciativa sobre El Estado de la Democracia en el Mundo proporciona:
1. Los Índices de El estado de la democracia en el mundo: muestran las tendencias democráticas a nivel nacional, regional y mundial en una amplia gama de diferentes atributos de la democracia desde 1975 hasta hoy. La metodología utilizada para conseguir los Índices puede ser consultada aquí(disponibles solo en inglés). La lista de países analizadas puede ser consultada aquí(disponibles solo en inglés).
2. El informe sobre El Estado de la Democracia en el Mundo: Sobre la base de los índices El estado mundial de la democracia, una investigación comparativa rigurosa y un análisis basado en hechos y revisado por pares, el informe explora los desafíos y oportunidades que enfrenta la democracia a nivel mundial y regional. También proporciona recomendaciones para informar las intervenciones políticas. El Informe GSoD 2019 está disponible para descargar.
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