PGV - edición N° 288 - jueves 19, agosto,2021- "EL HÁBITO DE SENTIRNOS OFENDIDOS" - y más temas para Ud.
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Ilustración: "Frases de bienestar" en lifeder.com - bajada para PGV
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4 min
Referenciar (*)
La economía del
bienestar, como parte de la economía normativa, es la parte de la economía que
estudia el método para que el sistema económico presente unas condiciones
de bienestar social.
La economía del bienestar, en otras palabras, es la parte de la economía normativa que se encarga de
orientar el sistema económico hacia el bienestar social.
Diferencia entre economía positiva y normativa
En este sentido, la economía del bienestar estudia la forma óptima de
organizar la economía para, de esta forma, elegir aquel sistema económico que
más promueva el desarrollo humano y social. El objetivo es el establecimiento
de criterios que doten de capacidad para medir si las propuestas económicas
aplicadas mejoran el bienestar de la población.
Aunque su mayor desarrollo llega en el siglo XX, con la aparición de
teorías desarrolladas por grandes economistas como Alfred Marshall, su origen se remonta hasta
el siglo XVIII. Fue en este siglo cuando el economista escocés Adam Smith, así como la escuela neoclásica,
cita los incrementos del bienestar en relación a los incrementos en la
producción.
Objetivos de la economía del bienestar
Entre los objetivos que persigue la economía del bienestar se encuentra
el hallazgo de un sistema económico que trate de maximizar los recursos, con el
objetivo de incrementar el bienestar social.
Para ello, la economía del bienestar persigue la máxima eficiencia
económica. Mediante el estudio de los sistemas económicos, el objetivo de esta
rama del pensamiento económico se centra en un objeto de estudio como es la
maximización de la producción con unos los recursos limitados dados,
optimizando la distribución de los bienes y servicios producidos. El objetivo
principal es el incremento del bienestar social, así como la utilidad total en
una sociedad.
En otras palabras, esta teoría se centra en la ley de escasez, tratando de, con unos
recursos limitados, satisfacer unas necesidades ilimitadas de unos ciudadanos
en un territorio determinado.
Características de la economía del bienestar
La economía del bienestar integra una serie de pasos que son
considerados necesarios para hallar ese sistema económico deseado para alcanzar
el bienestar social. Entre los pasos, se establecen una serie de criterios
basados en la instrumentación de la economía para el logro de los objetivos.
Así, entre estos pasos o criterios podríamos destacar los siguientes:
·
Provisión pública de bienes y servicios sociales.
·
Responsabilidad del Estado de mantener unas condiciones mínimas de vida.
·
Intervención del Estado en la promoción del pleno empleo.
·
Lograr una asignación justa y eficiente de los recursos.
·
Redistribuir la riqueza y la renta del país para lograr una sociedad más
igualitaria.
Aunque existen más propuestas que han ido surgiendo a lo largo de los
años, la economía del bienestar, a partir de la Segunda Guerra Mundial y tras la plena
industrialización de las economías desarrolladas, se ha centrado en el estudio
de estas variables.
Consideraciones generales de la teoría del bienestar
El bienestar social se refiere al bienestar del conjunto total de la
sociedad. Existen, por tanto, dos formas de medir la suma del bienestar de una
población. Estos dos métodos de aproximación son el método ordinal,
desarrollado por el economista Wilfredo Pareto. Así como, por otro lado, el
método cardinal, el cual se basa en la medición del valor en términos
monetarios, en lugar de eficiencia, como hace el método ordinal.
Así, el punto de vista ordinal considera la imposibilidad de una
medición objetiva en términos monetarios, por lo que propone el análisis en
términos de eficiencia de Pareto. Desde el punto de vista
cardinal, el análisis utilizado es el del costo-beneficio, el cual trata de
incorporar los efectos de la distribución del ingreso. No obstante, este último
es el menos utilizado, ya que los problemas que presenta el modelo para agregar
variables supone un alto de grado de imprecisión en el cálculo, generando
dudas.
Otras aproximaciones, como la de la equidad, se han valorado para su
utilización en el cálculo del bienestar social. En esta línea, como decíamos,
podemos destacar la aproximación mediante el concepto de equidad como una
dimensión agregada del bienestar. Otras aproximaciones como la de la
aproximación de la capacidad, contempla el uso de los asuntos de libertad,
teniéndolos en cuenta para el cálculo. Este ejemplo de aproximación citado,
tras su desarrollo, ha dado lugar a indicadores como el índice de desarrollo humano (IDH).
Otros economistas, también, han tratado de utilizar el concepto de
explotatividad como factor adicional relevante para la aproximación en el
cálculo. Por último, tampoco debemos dejarnos el modelo propuesto por el Nobel
de Economía Daniel Kahneman. Experto en la psicología económica, propone
metodologías de aproximación como la satisfacción con la vida, siendo su fin
medir la utilidad experimentada.
Como vemos, muchos autores han tratado de demostrar cómo establecer
criterios de medición mejorados para el cálculo del bienestar. Sin embargo,
podríamos decir que aún no se ha establecido un modelo que permita conocer de
forma exacta el cálculo del Estado de bienestar, así como la mayor
eficiencia de un sistema u otro. La dificultad que presentan los modelos para
discernir entre calidad y cantidad ha provocado que muchos modelos considerados
válidos, hayan sido desestimados para el cálculo real.
· Economía
(*) https://economipedia.com/definiciones/economia-del-bienestar.html economipedia.com
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Se acabó lo de quitar solo la parte con moho de los
alimentos
Las micotoxinas son compuestos
tóxicos que pueden producir los mohos en los alimentos. A veces, no basta con
quitar la parte podrida, dado que pueden tener graves consecuencias para la
salud.
Jéssica Gil Serna
17/08/2021
5 minutos de lectura
Aunque no los veamos a simple vista, los hongos filamentosos
o mohos están en todas partes. Cuando almacenamos los alimentos en condiciones
inadecuadas, empiezan a crecer sobre ellos y algunos pueden producir
micotoxinas, unos compuestos que afectan gravemente la salud humana y animal.
El acto tan cotidiano de quitar la parte enmohecida y comer el resto no
es para nada aconsejable. Las micotoxinas, debido a su pequeño tamaño,
se pueden difundir por todo el alimento, aunque parezca sano.
En estos días veraniegos, cuando tanto se disfruta de refrescantes zumos
y smoothies, debemos tener cuidado con utilizar la fruta enmohecida quitando
solo la parte podrida. Las micotoxinas podrían amargarnos las vacaciones.
¿Cómo se controlan las micotoxinas?
En temas de seguridad alimentaria, las micotoxinas son las grandes
desconocidas. No se han vuelto populares a pesar de que en 2020 recibimos en la
Unión Europea 422 alertas o notificaciones de riesgos alimentarios debidos a la
contaminación por estos compuestos.
Solo fueron superadas por las relacionadas con la presencia de
microorganismos patógenos que se dan por la bacteria Salmonella en
distintos alimentos, o por otras menos frecuentes como Listeria o Escherichia
coli.
La Unión Europea controla estrictamente los niveles de micotoxinas en
los productos que se encuentran en el mercado. Los agricultores son los
más perjudicados por este problema y sufren cada año pérdidas millonarias.
A pesar de que aplican medidas de control para que los hongos no se
desarrollen en los cultivos, a veces no pueden evitarlo y las micotoxinas
aparecen en los productos agrícolas.
Se calcula que entre el 60 y el 80 % de las cosechas a nivel mundial
podrían estar contaminadas por micotoxinas. Hasta el momento, no hay métodos
efectivos para eliminarlas sin afectar a las propiedades de los alimentos.
Además, la normativa europea prohíbe algunas prácticas para reducir el
contenido de micotoxinas. Por tanto, si superan los límites establecidos, no
hay más remedio que destruir toda la producción.
Una extensa y peligrosa familia
Se conocen más de 400 micotoxinas producidas por distintas especies de
hongos filamentosos, aunque solo una decena se consideran relevantes debido a
su habitual presencia en alimentos y a la gravedad de las enfermedades que
pueden causar.
Cuando hay una exposición a micotoxinas, no se suelen
desarrollar los típicos síntomas gastrointestinales que ocurren con las toxinas
producidas por otros microorganismos.
La aparición de estos síntomas agudos se relaciona con la ingesta de
grandes cantidades de micotoxinas. Esto es poco frecuente y solo se ha
detectado en países en vías de desarrollo donde las condiciones higiénicas de
los alimentos pueden ser muy pobres.
Su mayor riesgo se debe a que se acumulan en el organismo y producen
efectos crónicos entre los que se incluye la aparición de tumores. Por citar un
ejemplo, la aflatoxina B1 es el agente cancerígeno natural más potente que
existe y está asociada al desarrollo de cáncer de hígado.
Además, los niños son mucho más susceptibles a los efectos tóxicos de
las micotoxinas y tenemos que ser especialmente cuidadosos con ellos. Por
tanto, la normativa europea establece niveles mucho más restrictivos de
micotoxinas en alimentos infantiles.
¿Dónde podemos encontrar micotoxinas?
Hay muchos grupos de investigación interesados en las micotoxinas y,
gracias a sus trabajos, cada vez se conocen más alimentos que pueden estar
contaminados. Entre ellos se encuentran los cereales y sus derivados,
las frutas y los frutos secos, carne, productos lácteos, especias y un largo
etcétera.
Teniendo en cuenta el porcentaje que representan en nuestra dieta, los
cereales se consideran la principal fuente de micotoxinas en el ser humano.
La mayor parte de ellas son muy estables y resisten prácticamente a
todos los procesos a los que se someten los granos. Pueden tolerar horneado a
más de 200℃ o procesos de fermentación. De ahí
que sea tan frecuente encontrarlas en derivados de cereales como el pan o la
cerveza.
Los controles que pasan los alimentos para llegar al mercado libres de
micotoxinas son muy exhaustivos. Por eso la Organización Mundial de la Salud
recomienda no comprar alimentos en puestos callejeros o tiendas que no sean de
confianza. Podría haber mayor riesgo de que presenten micotoxinas.
Además, hay que tener en cuenta que los alimentos contaminados no
siempre tienen un crecimiento visible de mohos. Por ello, los controles
rutinarios son imprescindibles para garantizar que las micotoxinas no lleguen a
los consumidores.
Seguridad también en casa: lugares frescos y secos
Es muy importante tener en cuenta que la síntesis de micotoxinas por
parte de los hongos también puede ocurrir mientras los alimentos están
almacenados en nuestras casas. Hay que tener unas mínimas precauciones para
evitar que los mohos que viven ahí sean capaces de crecer y producir toxinas.
Las mejores condiciones para su desarrollo son humedad elevada y
temperaturas cálidas. Por tanto, algo tan sencillo como guardar siempre
los alimentos en un lugar fresco y seco es una de las mejores medidas para
prevenir la aparición de micotoxinas en nuestros hogares.
Por último, ante la presencia visible de moho, debemos eliminar el
alimento inmediatamente. Aunque el resto del alimento parezca sano, puede estar
lleno de micotoxinas que pondrían en peligro nuestra salud al consumirlo.
Este verano, antes de exprimir tus frutas para un zumo fresquito,
¡revise su aspecto! y si está bien, ¡que aproveche!
Jéssica Gil Serna, Profesora Contratada Doctora, Universidad Complutense
de Madrid
Este artículo fue publicado originalmente en The
Conversation. Lea el original.
Fuent: muy interesante.es
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EL HÁBITO DE SENTIRNOS OFENDIDOS
Miguel Angel Pascual Almeida 17 febrero, 2020Sin comentarios
Hay personas que se pasan la mayor parte de su vida sintiéndose
ofendidas por lo que alguien les hizo.
Pero… ¡Nadie les ha ofendido! Son sus expectativas sobre lo que
esperaban de otras personas, las que les hieren.
Y las expectativas las creamos nosotros con nuestros pensamientos. No son
reales. Son imaginarias.
Si tú esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no
tienes por qué sentirte ofendido.
Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las
que resultan defraudadas. Tus ideas preconcebidas son las que te hieren.
Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal o cual forma y no lo hizo…
Tu pareja no te ha hecho nada.
Es la diferencia entre las atenciones que tu esperabas que tuviera
contigo y las que realmente tuvo, las que te lastiman.
Un hábito de convivencia requiere que todas sus partes funcionen
conforme a un rol esperado. Si una de las partes no cumple, el hábito se
derrumba.
El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad
nadie te hace nada) desaparece cuando conoces mejor la fuente de las “ofensas”.
Cuando nacemos, somos
auténticos
Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida
artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y televisión nos
enseñan.
Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los
aspectos de tu vida y de cómo deben actuar los demás.
Una de las mayores fuentes de ofensas es la de tratar de imponer el
punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que
debe hacer y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble.
Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías.
Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es
un círculo vicioso.
Hábitos sanadores
Todas las personas tienen el derecho a conducir su vida como les plazca.
Aprenderán de sus errores por sí mismos. ¡Déjalos ser!
Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas os
lastimará a los dos. Simplemente, disfrútalas y déjalas ir.
1.- Entiende que
nadie te ha ofendido
Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas, las que te
hieren.
Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde
tu infancia de forma inconsciente.
Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas
ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas.
2.- Deja a las
personas Ser
Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad.
Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones.
Es su derecho por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.
3.- Nadie te
pertenece
Ni tus padres, ni amigos ni parejas. Todos formamos parte del engranaje
de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Vive y deja
vivir.
4.- Deja de pensar
demasiado
Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No te limites a tu
propio repertorio.
Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es.
5.- La perfección no
existe
Ni el padre, amigo, pareja perfectos.
Es un concepto creado por la mente humana que a un nivel intelectual
puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE.
Porque es un concepto imaginario.
Un bosque perfecto serían solamente árboles, arroyos cristalinos y sol,
pero ningún bicho… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde
no hay plásticos ni depredadores ¿existe? No. Solo a un nivel intelectual.
En la realidad jamás va a existir.
Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de la realidad.
Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene
sentido.
Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan
como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.
6.- Disfruta de la
vida
La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes
del mundo.
7.- Imagina a esa
persona que te ofendió en el pasado
Imagínate que ambos estáis cómodamente sentados. Dile por qué te
ofendió.
Escucha atentamente su explicación de por qué lo hizo. Y perdónala.
Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para
decirle lo que quieres.
Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.
8.- A la luz del
corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y
ser felices
Nuestra compañera, la muerte, en cualquier momento y de forma
imprevista, nos puede reclamar con urgencia.
Resulta superfluo e inútil gastar el tiempo en pensar en las ofensas de
otros. No puedes permitirte ese lujo.
9.- Es natural pasar
por un período de duelo al perdonar, deja que tu herida sane
Comparte tu duelo. Descarga tu sentimiento (no confundir con
desquitarse) con alguien para dejar fluir el dolor.
Vuelve a leer esta entrada las veces necesarias y deja que los conceptos
empiecen a sembrar semillas de consciencia en tu interior.
Reflexiona con honestidad sobre los errores que cometiste, conjúrate
para no volver a caer en la tentación y vuelve a vivir la vida...
Fuente: http://sumafelicidad.es/el-habito-de-sentirnos-ofendidos
PD: este texto fue recomendado a PGV por Rubén Darío Vega Morales
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PGV aparecerá varias veces en la semana
Contacto: pluriversidadglobal@gmail.com
¡ GRACIAS POR LEER PGV PARA LA VIDA, Y POR COMPARTIR !
Interesante el articulo de no ofenderse.saludos.
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