PGV - Edición de miércoles junio 16, 2021 - "HAMBRE EN EL MUNDO: CAUSAS Y SOLUCIONES" - y otros temas PGV
PGV - Pluriversidad Global para la Vida - PGV
Epicentro pluriprofesional de gestión de conocimiento para actuar con inteligencia social
pluriversidadglobal@gmail.com
LEA HOY EN PGV
Píldoras del Editor
1. El miedo, la hipocresía, la ignorancia, el desempleo, EL HAMBRE y la miseria tienen autores políticos pero "no tienen color político" (parodiando a Jorge Eliécer Gaitán) - PGV
2. Todos fuimos o somos parte de los problemas sociales; ahora es el tiempo de todos para hacer parte determinante de LAS SOLUCIONES - PGV
Artículos
- Jugando a grandes
- ¿Y si la gravedad desapareciera ?
- ¿ Qué es la Ingeniería Inversa ?
- Si hay algo que no resuena en tu ser entonces no lo hagas
***************
Hambre en el mundo: causas y soluciones
David López Cabia
Lectura: 4 min
El hambre
en el mundo es un gran reto humano, social y económico que el mundo debe
resolver. Según el último informe de la FAO, son 821,6 millones de personas las
que padecen hambre en el mundo.
La lucha
contra el hambre parece encontrarse en un punto muerto. ¿Qué puede hacer la
economía ante este drama? La economía,
como ciencia social, tiene por objetivo gestionar correctamente unos recursos
limitados para dar respuestas a las necesidades humanas.
Así, la alimentación es una necesidad básica, de la que depende la
supervivencia del ser humano. Sin embargo, la realidad es muy distinta y hay un
11% de la población que padece el hambre. El elemento económico es clave a la
hora de explicar esta dura realidad.
La relación entre economía y hambre en el mundo
Los
efectos de la gran recesión de
2008 se han hecho sentir en toda la economía mundial. La salida de la crisis ha
llevado tiempo, el crecimiento
económico ha sido lento y moderado en muchos países, de ahí
que la lucha contra la pobreza y en consecuencia contra el hambre, no haya
marchado al ritmo deseado.
Es más que
evidente que cuando un país atraviesa por una recesión, el bienestar de sus
habitantes empeora y la población se empobrece. Basta con echar un vistazo a
los datos. Así, en 65 países en los que ha crecido la desnutrición, tuvieron
que afrontar una caída en sus crecimientos económicos o incluso una recesión.
Por otra
parte, también hay que señalar que el problema de la malnutrición afecta con
especial dureza a aquellos países con una economía basada en el comercio de
productos agrícolas y ganaderos. De este modo, un total de 52 países han
sufrido el aumento de la malnutrición como consecuencia de las fuertes
fluctuaciones de los precios de los productos del sector primario.
Así pues, los bandazos del comercio de productos primarios terminan por
producir aumentos en las cifras de desempleo de
estos países, los salarios descienden
y, como resultado, la población se empobrece.
No solo
los vaivenes de los precios pueden suponer graves dificultades para los países
menos desarrollados. Estamos pues, hablando de naciones cuya economía y cuya
subsistencia depende de las cosechas. Por ello, sucesos climatológicos como las
sequías y las inundaciones pueden resultar fatales para la población. En este
sentido, el hambre se ha cebado especialmente con el continente africano, donde
se encuentran el 20% de personas que sufren hambre.
Sin duda,
África ha padecido las crisis alimentarias más fuertes. Todo ello se explica
por el modo en que le ha afectado el cambio climático, sufriendo importantes
sequías que lastran sus cosechas. Tampoco hay que dejar de lado las guerras y
la violencia que asolan al continente africano. Y, en tercer lugar, en un mundo
globalizado, la desaceleración de la economía mundial, ha terminado por tener
sus efectos negativos en África.
No
obstante, la malnutrición no es un problema exclusivo de África. El hambre
también ha aumentado en zonas como Asia (11,3%) y en América Latina y el Caribe
(6,5%).
¿Qué puede hacerse al respecto?
Queda
claro cuáles son las causas del problema. Por tanto, ¿cuáles son podrían ser
las soluciones al hambre en el mundo?
·
Los países cuya población padece malnutrición tienen economías
eminentemente agrícolas y muestran un bajo grado de desarrollo tecnológico. Por
ello, hay que hacer que sus economías y sus explotaciones agrícolas sean
más eficientes.
Hay que formar a sus ciudadanos y dotarles de la tecnología necesaria para que
puedan abastecerse por sí mismos. En este sentido, será necesario abordar
grandes reformas en el campo, con una mejor gestión del agua e introduciendo
abonos en los cultivos.
·
El acceso al mundo de la agricultura suele ser terreno vedado para la
mujer en muchos de los países menos desarrollados. Así, con la incorporación de
las mujeres al trabajo y a la agricultura, aumentarán los ingresos en
los hogares y también el conjunto de la producción agrícola del país.
·
Un concepto fundamental en la lucha contra la pobreza y también contra
el hambre es el de comercio justo. Por ello, la compra de productos de comercio justo garantiza
que la población de los países menos desarrollados reciba una remuneración
justa por sus productos, al tiempo que estos productos han sido elaborados de
manera respetuosa con el medio ambiente y en unas condiciones de trabajo
dignas.
·
Una lucha por la reducción de las barreras al comercio
internacional. Con la reducción o supresión de los aranceles,
se dará un impulso al comercio internacional y también a las economías de los
países menos desarrollados.
·
Siempre queda abierta la posibilidad de contribuir con donaciones o
mediante el voluntariado. No es la solución a la raíz del problema, pero, a
corto plazo, ayuda a contener las consecuencias más inmediatas del hambre.
·
El compromiso en la lucha contra el cambio climático y una decidida
apuesta por el desarrollo sostenible serán fundamentales. Como hemos visto, las
sequías e inundaciones afectan con mayor rigor a los países más pobres. Así,
trabajando por el desarrollo sostenible, se fortalecerá el desarrollo de las
áreas rurales y se evitarán migraciones.
Fuente: economipedia.com
Jugando a grandes

Por Eduardo Barajas Sandoval (*)
eduardo.barajas@urosario.edu.co
Una combinación de ego y circunstancias que consideran propicias lleva a ciertos políticos a creer que de verdad son trascendentales. Entonces comienzan a actuar como si lo fueran y, a más no poder, resuelven emular gratuitamente a las grandes figuras de la historia. No importa si la talla les alcanza para llenar la casaca de sus antepasados. Como son apostadores, no les produce ningún rubor intentarlo.
Antes de la reunión de los 7G, esto es el club de los siete “grandes” de Occidente, que curiosamente incluye al Japón, con su modelo impuesto por la fuerza después de la Segunda Guerra Mundial, el presidente de los Estados Unidos y el primer ministro británico decidieron suscribir una “Nueva Carta Atlántica”, que refrendaría la que convinieron hace 80 años sus antepasados Franklin Roosevelt y Winston Churchill.
La carta original, adoptada meses antes de que los Estados Unidos entraran en la guerra mundial, declaraba el compromiso de ambos países con la democracia y la integridad de los estados, y se orientaba sustancialmente a la derrota del nazismo. Allí se sembró la simiente de la OTAN. De paso, también se dio comienzo a la hegemonía norteamericana en el mundo occidental y al ejercicio estadounidense como potencia mundial.
La carta de ahora centra su atención en la urgencia de consolidar una alianza de democracias, algo maltrechas por sus contradicciones internas, para atender desafíos provenientes del “modelo autocrático de Rusia y China”, poner orden en el ciberespacio, salir universalmente de la pandemia, reforzar las instituciones, proteger la biodiversidad, apoyar tecnologías emergentes y actuar en contra del cambio climático. Todo al tiempo que se mantiene la OTAN como alianza nuclear.
A pesar de las buenas intenciones, los Estados Unidos de ahora no son los de Roosevelt, ni la Gran Bretaña la de Churchill. Ni Biden ni Johnson son los que no son. El presidente americano tiene la ilusión de retomar un liderazgo que piensa le corresponde por derecho propio, como si el mundo no hubiera cambiado, como si hubiera sido inocuo el paso del despectivo y aislado Trump por el ejercicio del poder, y como si su país pudiera reclamar una autoridad en la que ya pocos creen. Y de la Gran Bretaña no queda siquiera clara su militancia en la causa europea y mucho menos la reserva efectiva de su antigua influencia imperial en el resto del mundo.
Afortunadamente al presidente francés no le ha dado por tratar de volverse un De Gaulle. El canadiense, que representa un país que hace 80 años no tenía todavía el peso de ahora, no tiene tampoco pretensiones de esa índole. Y a los gobernantes de los tres restantes miembros del grupo, Alemania, Italia y Japón, antiguas “potencias del Eje”, les quedaría muy mal buscar un referente de hace ocho décadas digno de imitar, pues ya se sabe quiénes lideraban sus países al comenzar la guerra.
Sin perjuicio de la pretensión de integrar un “equipo de los buenos”, lo que queda al descubierto respecto del G7, es que se trata de un club de abanderados del modelo político que complementa los esquemas del capitalismo occidental, que se reúnen de vez en cuando para buscar, desde su condición privilegiada, acuerdos sobre la forma en que les conviene que funcione el mundo. Por lo demás, se consideran a sí mismos portaestandartes de la humanidad entera a la hora de afrontar problemas comunes, y no desaprovechan la ocasión para mostrar un poco de generosidad en el orden caritativo, como ahora a través de la provisión de vacunas. Muchas gracias.
No es que no tengan derecho a reunirse, sobre la base de sus afinidades. Ni más faltaba. Solo que, si quieren servir de algo, deben dejar de pensar que lo pueden todo a su manera, como junta directiva del mundo, y deberían acceder a abrir otros espacios, especializados por supuesto, para un diálogo abierto e inclusivo, no para organizar obras de caridad, conforme a su criterio, sino para pactar procesos de acción en favor del desarrollo con mayor amplitud y abandonar la explotación abusiva de economías menores, propia del sistema dominante, al que hay que buscarle una faceta humana.
Aunque los países más ricos de occidente tienen derecho a defender sus intereses, si de verdad piensan servirle al mundo, podrían comenzar por buscar una relación más armónica con otras potencias. Pero han decidido marchar en la dirección contraria. Ahora Rusia no solo está excluida, por su aventura de Crimea, sino que se le ubica como parte de un campo incompatible. Y, en cuanto a China, se han hecho el propósito de contrarrestar la acción de la República Popular como promotora del desarrollo, que evita a sus clientes pasar por los vericuetos tradicionales del modelo financiero tradicional.
Si bien es posible que, para los países que requieren de ayuda al desarrollo, termine por ser benéfica la competencia de diferentes modelos de cooperación y financiamiento de procesos fundamentales, como los que se requieren en materia de construcción de infraestructura, en el fondo se va tejiendo una nueva y preocupante polarización, alimentada otra vez por ese aire de superioridad de los 7G, que no sirve de mucho al futuro de la armonía mundial.
Con la nueva “Carta Atlántica”, y con los propósitos declarados, no solo se anuncia entonces un mundo más dividido, sino una confrontación que puede ir creciendo en contenido, intensidad y temas abordados, entre los del G7 y otras potencias de talla global. Algo que de pronto no es la mejor noticia para la estabilidad y la paz, en un mundo dramáticamente desigual, que no ha sido capaz de ponerse de acuerdo para resolver problemas fundamentales. Frente a ese reto, sería bueno saber qué saldría de reuniones de otros grupos, como el de los países más poblados del planeta, el de los más ricos en recursos naturales, el de los más golpeados por el hambre, la enfermedad y la pobreza, e inclusive el de los que tienen hoy mayor potencial de desarrollo.
Pero, de la reunión de Cornwall, realizada cuando la Unión Europea y la Gran Bretaña estrenan el acuerdo del Brexit, queda otra preocupación, relacionada con la institucionalidad internacional, cuya defensa algunos proclaman con ostentación, mientras relativizan peligrosamente el valor de la palabra y, aún más, el de los documentos firmados. Según el primer ministro británico, el acuerdo en el sentido de ejercer controles marítimos, en lugar de establecer una frontera terrestre que separe a Irlanda del Norte del resto de la isla irlandesa, debe ser interpretado con flexibilidad. Razón por la cual su país no lo ha observado a cabalidad.
Curiosa forma de incumplir con lo pactado. Como si al mundo le conviniera relativizar los tratados, para volver a una época, que ya se creía superada, en la que las potencias europeas, con el Imperio Británico a la cabeza, adelantaban una política que mezclaba acuerdos formales con acciones de contrabando y asedio de cañoneras. Pregúntenle a la China de siglos anteriores. Todo lo cual configura una perspectiva preocupante para el futuro. ¿Así piensan jugar a grandes?
EL ESPECTADOR 15 de junio de 2021
*******************
¿Y si la gravedad desapareciera?
El sueño de volar, alejarse de la fuerza de gravedad que implacablemente nos une al suelo, nos mantiene confinados a la superficie de la Tierra.
Un sueño. Siempre el mismo. En la imaginación, con Ícaro o los superhéroes de las series fantásticas. En la vida real, para los saltadores de pértiga, los pilotos de avión o los hombres del espacio. Este sueño, volar, alejarse de la fuerza de gravedad que implacablemente nos une al suelo, nos mantiene confinados a la superficie de la Tierra. Estar libre de la gravedad, ¡qué libertad sería!
Para los astronautas, este sueño es casi una realidad, gracias a la Estación Espacial Internacional.
¿La gravedad de la Tierra solo nos inmoviliza?
Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta que la atracción gravitatoria actúa sobre la masa de los objetos, sean cuales sean. Si vemos caer una canica en el aire, tenemos que imaginar que cada fracción de la canica es atraída hacia el centro de la Tierra. La fuerza gravitatoria se aplica a toda la canica, a su volumen. Actúa de la misma manera sobre los gases que componen el aire circundante, creando la atmósfera protectora. Sin gravedad, no hay atmósfera, y probablemente no hay vida.
Veámoslo desde la perspectiva de la física. El movimiento de todo objeto (que llamamos cuerpo) depende de las fuerzas que actúan sobre él. Dado que se impone a cualquier cuerpo con masa, la fuerza de la gravedad se encuentra en muchos, si no en todos, nuestros fenómenos cotidianos. Eliminar esta fuerza sería inhibir el fenómeno que la origina. Ya hemos mencionado la existencia de nuestra atmósfera. Lo mismo ocurrirá con el empuje del teorema de Arquímedes. ¿Existe en el espacio?
Debido a la gravedad, la presión en un fluido (aire, agua) aumenta con la profundidad. Por lo tanto, si un objeto se sumerge en el agua, la presión por debajo de él será mayor que la presión por encima. Esta diferencia hace que el objeto sea empujado hacia arriba. Si su densidad es menor que la del agua, esta flotabilidad hará que suba a la superficie. Flota. En ausencia de gravedad, se acabó la flotación… ¡y tampoco se hunden los objetos! Se acabaron las masas de aire caliente que suben al aire más frío, y con ellas se acabaron los globos de aire caliente, se acabó la calefacción con radiadores, se acabó la combustión (velas, fuego, etc.) mantenida por la renovación del aire circundante constantemente calentado, se acabó la ebullición del agua dejando escapar burbujas de gas a la superficie, se acabaron las corrientes marinas, se acabó todo eso.
Todos estos supuestos, y muchos otros, son objeto de experimentos científicos. El objetivo es determinar el papel que desempeña la gravedad en tal o cual fenómeno. En estos experimentos, los científicos ven la gravedad como una fuerza entre otras, que podemos modificar: un poco como empujar más o menos fuerte un objeto.
El problema es que es imposible deshacerse de la gravedad. Por ello, se han creado varios medios para simular su ausencia: cohetes de sondeo, torres de caída libre, vuelos parabólicos, la Estación Espacial Internacional (EEI). En todas estas plataformas experimentales, el objetivo es dejar “caer” el experimento, incluido el laboratorio, para anular el peso del conjunto. La duración de esta situación de ingravidez aparente depende directamente del tiempo durante el cual se puede mantener esta “caída”: desde 10 segundos en una torre de caída libre, hasta varios meses en la EEI.
¿Qué experimentos se pueden realizar en ingravidez?
La ingravidez permite estudiar los objetos haciéndolos flotar en el aire sin tocarlos. Esto es especialmente adecuado para los casos en los que el objeto en cuestión no se puede tocar, porque está cargado de electricidad, por ejemplo.
Al igual que la gravedad, la fuerza eléctrica afecta al volumen de los cuerpos. Para los electrones, que son muy ligeros, domina la gravedad. Sin embargo, para objetos más grandes, como las gotas de agua, esto ya no es así. Hoy en día, podemos encontrar gotas cargadas eléctricamente tanto en la industria (aerosoles de metal y pintura) como en la investigación fundamental (gases de gotas cargadas eléctricamente).
En la vida cotidiana, las nubes albergan gotas de agua cargadas de electricidad. Esta electricidad es la fuente de los rayos. Sin embargo, el mecanismo por el que las gotas se cargan y las interacciones que sufren (colisiones, fusiones, roturas…) se conocen relativamente poco. Al realizar experimentos en ingravidez, es posible hacer que las gotas interactúen y observar su dinámica durante varios segundos, sin tocarlas y sin que sean perturbadas. También es posible estudiar la influencia de la carga eléctrica en el tamaño de las gotas de lluvia.
En determinadas situaciones, es útil realizar experimentos en ingravidez para poner de relieve una fuerza de menor importancia que la gravedad.
Ingravidez para revelar capilaridad
Con su acción sobre todo el volumen de los cuerpos, la gravedad actúa a grandes distancias: la Tierra es atraída por el Sol, que está muy lejos. Por el contrario, el campo de acción de la fuerza responsable de la forma esférica de las gotas de lluvia se limita a la superficie de los líquidos. Esta fuerza se llama tensión superficial. Solo se produce en el límite entre dos fluidos: el aire y el agua, por ejemplo. Podemos constatar su existencia en algunas situaciones concretas. Por ejemplo, necesitamos soplar para producir una burbuja de jabón. La poca energía que nos cuesta este esfuerzo sirve para contrarrestar la tensión superficial.
Para la mayoría de los objetos, la gravedad domina la tensión superficial. Para invertir esta tendencia, debemos considerar los objetos líquidos pequeños: las gotas de agua, por ejemplo. En este caso, la tensión superficial es capaz de imponer la forma esférica a la gota, aunque esté colocada sobre una mesa. Desgraciadamente, si el volumen de la gota aumenta un poco (unos 10 mm³ son suficientes), la gravedad vuelve a tomar el control y la gota se aplana, convirtiéndose finalmente en un charco.
Para aprovechar el efecto de la tensión superficial, varios estudios sobre la ingravidez se centran en la espuma de jabón. Con sus cientos de burbujas, las espumas tienen una gran superficie líquida y maximizan el efecto de la tensión superficial. Por efecto de la gravedad, el líquido de la espuma tiende a hundirse y la espuma se seca, muriendo finalmente. En ingravidez, este fenómeno desaparece y es posible estudiar las espumas húmedas. Las características (estabilidad, resistencia mecánica, etc.) de estas espumas húmedas permiten comprender mejor la fisicoquímica de estos materiales particulares. Los resultados de esta investigación proporcionan información útil en muchos campos industriales (por ejemplo, para el desarrollo de materiales ligeros y resistentes) y en la ciencia fundamental (flujos de fluidos confinados).
Exploración espacial a menos de 400 kilómetros de la Tierra
Al tratar de ocultar la acción de la gravedad, la investigación en microgravedad e ingravidez hace de la conquista del espacio un medio, no un fin. Complementa los programas destinados a comprender la inmensidad del universo, y ofrece la oportunidad de abordar los vuelos tripulados con un mejor conocimiento del entorno en el que se sumergirán los astronautas. Todos estos resultados se obtienen, por tanto, permaneciendo muy cerca de la superficie de la Tierra: un vuelo parabólico tiene lugar a una altura de unos 10 kilómetros y la EEI está a solo 400 kilómetros de la Tierra.
Hervé Caps, Professor of Physics, Director of Science Museum, Université de Liège
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
Fuente: muyinteresante.es
******************
¿Qué es la ingeniería inversa?
La ingeniería
inversa es una técnica que consiste en analizar de forma exhaustiva los
distintos componentes de un producto o sistema para descubrir sus principios
tecnológicos, de diseño y fabricación. El objetivo es llegar a la
estructura original y recopilar la máxima cantidad posible de información para
entender cuáles son las características de los procesos productivos, cómo
interactúan los distintos materiales entre sí y mejorar su rendimiento.
El uso de la
ingeniería inversa (también conocida como retroingeniería por seguir el
procedimiento opuesto a la ingeniería convencional) está muy extendido en todo
tipo de sectores, como por ejemplo la informática, la construcción o la
industria, ya que sirve para determinar las particularidades y el
origen de los fallos en bienes de cualquier índole, desde programas de
software a edificios, máquinas, dispositivos electrónicos, coches, aviones,
etc.
Ventajas de la ingeniería inversa
Gracias al
desarrollo de la tecnología y la investigación científica, la ingeniería
inversa ofrece un amplio abanico de beneficios a empresas e instituciones.
Repasamos algunos de ellos:
Diagnóstico de fallos
Mediante la
deconstrucción de los distintos compuestos y sus mecanismos de elaboración, la
ingeniería inversa ayuda a identificar de forma precisa las causas de
las patologías en
los materiales y las fallas en la
maquinaria industrial.
Innovación y mejora
El estudio de los
materiales permite solucionar los problemas en las fases de diseño y
fabricación, incorporando mejoras sustanciales en los procesos productivos,
con estrategias más eficaces que optimicen la actividad y la vida útil de
los productos.
Compatibilidad entre materiales
Además de
facilitar la elección de materiales más eficientes, la investigación
proporciona información fiable sobre las posibilidades de
funcionamiento y compatibilidad de los distintos componentes entre sí.
Prevención de accidentes
La información
obtenida en los análisis de ingeniería inversa es decisiva a la hora de evitar
que los errores se repitan en el futuro, contribuyendo a prevenir
accidentes y sus consecuencias.
Esclarecimiento de responsabilidades
La explicación de
las causas de los fallos resulta indispensable para aclarar las
posibles responsabilidades legales ante reclamaciones por daños
físicos y económicos.
Estudios de mercado
La ingeniería
inversa también se puede utilizar para comparar los sistemas
tecnológicos existentes en el mercado, tomándolos como referencia para
introducir mejoras respecto a la competencia.
¿Cómo se aplica la ingeniería inversa en la
industria química?
El procedimiento
especializado mediante el que se aplica la ingeniería inversa en la industria
química es la ingeniería
forense, que se basa en analizar los fallos que se producen en
los distintos materiales y que afectan a la calidad y el
funcionamiento final de productos, máquinas e infraestructuras.
La ingeniería forense trata de determinar las causas y las consecuencias de las deficiencias en los objetos, examinando los procesos que tienen lugar desde el inicio de la cadena productiva hasta el final de la vida útil. Para ello, se emplean procedimientos de diagnóstico avanzado en laboratorio, como la espectrofotometría y la termografía infrarroja, los ensayos destructivos
Fuente: infinitiaresarch.com - info@infinitiaresearch.com
***************
Si hay algo que no resuena en tu ser entonces no lo hagas (*)
Evitemos olvidar que quienes crearon las reglas de la humanidad no eran más que humanos, todos con las mismas habilidades y capacidad de razonamiento que tienes tu.
Si hay algo que no resuena en tu ser entonces no lo hagas, por más que la gran masa esté de acuerdo, por más que la TV lo diga, si te escuchas verdaderamente y no resuena contigo, entonces no lo hagas.
A Gandhi no le resonaba que el pueblo indio esté trabajando para los ingleses en la extracción de sal, a pesar de que el mundo entero parecía estar de acuerdo.
Antes veías a una mujer leer y le llamabas bruja, la quemaban y eso parecía lo correcto para las masas.
Las cruzadas de la iglesia católica mataban a miles y millones por no creer en "su Dios", y la gente lo festejaba.
Estarías de acuerdo con todo esto?
No, cierto?
"Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tu. Nunca te disculpes por ser correcto o por estar años por delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad". Gandhi
Entonces sigamos el consejo del sr. Brown: " Escucha tu propia voz, tu propia alma. Hay demasiadas personas que escuchan el ruido del mundo en lugar de escucharse a si mismas".
Ten la sabiduría de estar en silencio para buscar en tu interior lo que es correcto, y la valentía para hacerlo.
Aprende a alcanzar un nuevo nivel de consciencia reprogramando tu mente. Envíame un mensaje privado y te daré detalles de un curso que ha mejorado la vida de miles de personas.
Un abrazo!
David López Larenas
Dr. en Metafísica, Máster Coach en PNL
(*) Sobre mí
PD: el texto central fue recomendado, amablemente, a PGV por el Ingeniero Carlos Augusto Trujillo (desde Bogotá)
****************
"Para ver claro basta con cambiar la dirección de la mirada "
ANTOINE DE SAINT EXUPERY
PGV puede aparecer, en general, los miércoles y los sábados !
Contacto: pluriversidadglobal@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario