PGV - Edición del miércoles, mayo 12, 2021 - "NO MENTIR, NO ROBAR, NO MATAR y ayudarse los unos a los otros" - y otros temas de interés global PGV
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"No sirve una mirada ideológica que termina usando a los pobres al servicio de otros intereses políticos y personales". "Las ideologías terminan mal, no sirven". "Piensan por el pueblo, no dejan pensar al pueblo". PAPA FRANCISCO ( en youtube.com y https//www.eleconomista.com.mx)
- "No mentir, no robar, no matar y ayudarse los unos a los otros" (del Código o "Constitución" de nuestros muy adelantados antepasados los Chibchas)
- Al meollo del asunto (en Colombia)
- Castigo político a la indefinición (Internacional)
- No, no hemos encontrado hongos en Marte (Extraterrestre)
- Amores mitológicos, los romances de la viejas leyendas (mitología y arte globales)
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"No mentir, no robar, no matar y ayudarse los unos a los otros"
Mitos indígenas muiscas Bochica el Maestro de los Muiscas (*)
Fue entonces cuando apareció Bochica, por el oriente. Era un anciano venerable de largas barbas blancas, piel blanca y ojos azules, vestido con una manta grande, que lo cubría casi hasta los pies. Venía acompañado por una mujer más joven y también blanca. Desde el primer momento Bochica simpatizó con los indios y comenzó a enseñarles sus principales virtudes: no mentir, no robar, no matar y ayudarse los unos a los otros.
Después comenzó a enseñarles sus principales actividades: a construir sus casas, a sembrar la tierra, a fabricar las ollas de barro, a tejer las mantas de algodón y otras cosas, todas provechosas. Bochica quería mucho a los indios y estos lo querían a él.
En cambio, la mujer de Bochica nunca quiso a los indios y siempre procuró hacerles mal. Una vez aprovechando la ausencia de Bochica, inundó la sabana, dañó con ello las casas y las sementeras de los indios y puso a estos en situación desesperada, hasta cuando regresó el anciano, a quien los indios dieron la queja de lo ocurrido. Tan indignado se sintió Bochica contra su mujer, que le castigo convirtiéndola en lechuza.
Enseguida se dirigió a los cerros que rodean la sabana y con una barita de oro, que siempre usaba, tocó las rocas, las cuales se partieron para dar paso a las aves. Así se formó el "salto del Tequendama".
Pero no todos los indios se portaron bien con Bochica ni le agradecieron debidamente los grandes beneficios que de el habían recibido, por lo que el anciano maestro se sintió indignado con ellos. Así que en la primera oportunidad desapareció por el arco iris, en el cual se ve cuando una persona lo mira desde el "salto del Tequendama".
Fuentes: texto en https://siic.mininterior.gov.co - Imagen: "Bochica anciano sabio" en uniminutoradio.com.co
(*) Bochica (en muysc cubun Bozica AFI: /botʂika/ o / botsika/) es, en la mitología muisca, un héroe civilizador, o un dios, que enseñó a los muiscas a hilar el algodón y tejer mantas, además de inculcarles principios morales y sociales. La tradición mítica también afirma que fue el creador del Salto del Tequendama. Los muiscas lo describieron como un hombre de piel blanca, ojos azules, cabello rubio o blanco y barba larga hasta la cintura, vistiendo una manta hasta las pantorrillas, con los pies descalzos y portando un báculo de oro.
Fue conocido por varios nombres, según las distintas regiones de la Confederación Muisca que visitó. En la provincia de Bacatá (Zipazgo) se le llamó Neuterequeteua, Nemterequeteba, Nemquetheba, Chimizapagua, Chimizayagua, Zuhé, Xué y Zuhá. En las provincias de Hunza (Tunja) y Suamox (Sogamoso) se le llamó Sadigua, Sugumonxe y Sugunsua. También se le llamó Idacanzas, aunque para algunos autores, como José Antonio de Plaza, se trata de personajes distintos, siendo Idacanzas el primer Sumo Sacerdote de Sogamoso, heredero del poder legado por Bochica. https://www.wikipedia.org - La enciclopedia libre.
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José Leonardo Rincón,S.J. -Administrador de la Provincia Jesuita en Colombia (*)
No recuerdo haber vivido un paro nacional tan prolongado, tan firme, con tantas manifestaciones por todas partes, con tantos comunicados, marchas, expresiones de todo orden en redes sociales y comunicaciones. Ni la amenaza de contagios masivos en plena pandemia, ni los fuertes aguaceros que cayeron adrede como para disuadir y espantar han podido detener esta fuerza popular incontenible. La copa se ha rebosado y no sé si quienes están al frente del país sean conscientes de ello. Si nadie aguantaba un día más de confinamientos con sus obligados cierres que han dejado a miles desempleados, pasando hambre y en la calle, menos se iba a aguantar la afrenta de una reforma tributaria inmisericorde, descabellada y absurda. Se equivocaron de coyuntura y de destinatarios de la misma. Fueron tercos y no quisieron ni ver ni escuchar. Ahora estamos con un país caótico y en la peor crisis estructural de su historia. Y no es una frase de cajón, ni haber caído en las garras demoníacas de la izquierda comunista regional denominada castro-chavismo-madurismo con la que siempre nos asustaron, pues finalmente caímos en las garras del otro régimen, tan nefasto como aquel, porque régimen es régimen sea de izquierda o de derecha y siempre usan el poder para su provecho y en cualquier caso el pueblo siempre es el que pierde.
Este enorme reto que estamos afrontando todos, le resulta más incisivo a quienes tienen la responsabilidad de dirigirnos. Lamentablemente no veo líderes de talla, grandes en dignidad, creíbles y con autoridad moral como para convocar con fuerza y jalonar un diálogo nacional de fondo y con todos los actores. Toda la clase política está desprestigiada. Yo por lo menos estoy harto de discursos oportunistas unos, mediocres otros, polarizantes muchos, sinvergüenzas todos. Creo que todos queremos algo nuevo, algo distinto. Basta ya de los mismos con las mismas, mentirosos compulsos, farsantes engañosos que prometen descaradamente lo que saben que nunca cumplirán.
Durante décadas enteras hemos sembrado vientos, ahora estamos cosechando tempestades. Destruimos la familia, célula madre de la sociedad, cuna de la auténtica formación en valores, lo que generó que el tejido social resultara enfermo. ¿De qué nos extrañamos sobre lo que está pasando? La calidad de la escuela no ha podido caer más bajo. Se desecharon las humanidades por subversivas (la religión que nos hablaba de trascendencia, la ética que nos enseñaba valores, la cívica y la urbanidad que nos decían cómo comportarnos como ciudadanos para cuidar lo público y para saber cómo actuar con los otros; la oratoria, redacción y la ortografía para saber cómo hablarle a los otros, escribir bien y hacerlo correctamente; la geografía que nos ubicaba y contextualizaba; la historia que nos enseñaba las lecciones del pasado; la filosofía que nos ponía a pensar críticamente y a no tragar entero) y se hizo apologia de lo científico-tecnico y tecnológico como si fuera la panacea. Las instituciones perdieron su norte al corromperse. La justicia se arrodilló ante el delito organizado dando vía libre al crimen y la impunidad rampantes. El dinero fácil permeó por doquier como la mejor opción para ahorrarse trabajo, esfuerzo y sacrificio. El listado de desgracias sería interminable, pero lo sabemos y lo conocemos.
Esta coyuntura puede resultar una feliz bendición si se aprovecha para ir al meollo del asunto. Vivimos en uno de los países más inequitativos del mundo donde la miseria crece ante la mirada indiferente de una élite minoritaria. Y criticar al capitalismo neoliberal no es defender el comunismo, ni el fascismo. Hay que desaparecer la pobreza absoluta y catapultar la clase media, para vivir sin ostentaciones y donde nadie pase hambre. La justicia tiene que reformarse de fondo y recuperar la impolutez que tuvo. Al Congreso, legítimo espacio de la representación del pueblo, hay que reducirlo en número y mañas y expulsar de su recinto a los que se lucran sin hacer nada. Hay que reducir el despilfarro y el gasto público saturado de burocracia. Urge generar empleo. El campo y la agricultura deben ser estimulados. La investigación y la ciencia requieren ser apoyados. El deporte y la recreación que propicien salud corporal y mental. Hay que hacer una reforma educativa con un currículo que forme personas íntegras e integrales para la vida y la convivencia humana. La salud debe ser digna y para todos. Los comunicadores deben ser imparciales y veraces. Las instituciones necesitan volver a ser creíbles. La vida humana es sagrada y los derechos humanos no son ideología amenazante si se acompañan de los deberes humanos, elemental fundamento de una sociedad justa. La diversidad y la pluralidad son nuestra mayor riqueza.
Así las cosas, tenemos que ir al meollo de lo esencial y no distraernos en banalidades superfluas. Todo esto tan terrible y tan duro que hemos vivido y estamos viviendo, no es para buscar candidatos para las elecciones de 2022 sino para trabajar por la alborada de un nuevo amanecer para nuestra patria.
Castigo político a la indefinición
Por Eduardo Barajas Sandoval (*)
Hay momentos y procesos decisivos que requieren de especial claridad por parte de los actores políticos, so pena de perder opciones de poder, o de perder el poder. Buscar esa claridad, y presentar propuestas y plataformas de acción coherentes, practicables e idóneas, para transitar por momentos difíciles, en busca de soluciones estables, es para ellos un deber fundamental.
Es apenas normal, y más bien deseable, que los partidos políticos observen un proceso permanente de renovación. Es más: las mutaciones en el contenido de su ideario no deben sorprender a nadie. En cambio, el desatino en su evolución y en la idoneidad de sus programas puede resultar inexcusable a juicio de los electores, que deben ser exigentes a la hora de calificar la pertinencia y advertir la caducidad de ideas que ya no sirven.
Como ha sucedido ya en los últimos años con otros partidos de la social democracia tradicional, el laborismo británico, que representa la unión histórica de esa tendencia con las centrales obreras, viene de obtener uno de sus peores resultados, con motivo de las elecciones regionales y locales de la semana pasada. Estaban en juego trece alcaldías, entre ellas la de Londres, cerca de cinco mil curules municipales, un escaño para reemplazar a un miembro laborista que renunció al Parlamento de Westminster, y la totalidad del Parlamento de Escocia y el Senedd de Gales, éstas últimas instituciones clave de la “devolución”.
Sin perjuicio de que hayan retenido la Alcaldía de Londres, y la mayoría en el Senedd galés, los laboristas fueron derrotados en la disputa por curul parlamentaria de la jurisdicción de Hartlepool, que siempre había estado en sus manos. Pero lo más significativo ha sido el fracaso electoral en los organismos colegiados de administración local en la Gran Bretaña profunda, que representa un duro golpe en cuanto las elecciones locales resultan fundamentales a la hora de apreciar la raigambre de los partidos, medida en donde se puede tocar el fondo de la voluntad popular. Allí donde el contenido de los debates es menos proclive a las grandes maniobras de los partidos en el etéreo espectro nacional, pues las discusiones se desarrollan sobre temas puntuales, y los electores terminan por calificar la idoneidad de las propuestas para arreglar problemas inmediatos de la gente, en las situaciones concretas de la vida cotidiana.
La derrota laborista, en esos sectores recónditos de la ciudadanía, se viene a sumar al retroceso de las formaciones políticas equivalentes en otros países europeos. Fenómeno que se puede apreciar en Alemania, donde el SPD se ha resignado a hacer alianza con su contradictor histórico del centro derecha, España, donde el PSOE gobierna de manera precaria en una alianza después de varios intentos fallidos de volver a ser mayoría, Francia, donde el Partido Socialista que no ha vuelto a obtener siquiera el diez por ciento de los votos, e inclusive en Portugal y los países escandinavos, donde se desdibuja su pasado exitoso.
Lo más posible es que el proceso de deterioro de la socialdemocracia europea se deba a que en casi todas partes los partidos del centro izquierda se volvieron tibios, siguiendo los cantos de sirena de un capitalismo eufórico que, al terminar la Guerra Fría, los sacó del nicho desde el cual jugaban dentro del sistema pero velando de manera estricta y combativa por los intereses de los trabajadores a través de programas y herramientas que controlaban los abusos de los poderosos y obligaban a equilibrar las cargas en favor de los sectores populares.
Se podría decir que, para seguir de alguna manera en el poder, los socialistas corrieron el riesgo y apostaron equivocadamente a salirse de su agenda y sumarse a la del centro derecha, cuando no a navegar sin certeza las aguas de la “tercera vía”, en un proceso que los llevó a escatimar en la inversión social, permitir el castigo salarial a la clase trabajadora, apoyar el festín de ciertas privatizaciones en sectores clave, y liberar de cargas a los sectores más pudientes del espectro económico. Motivos todos que llevaron a muchos de sus electores tradicionales a sentirse traicionados y migrar hacia formaciones políticas radicales, que están comenzando a hacer el curso que la socialdemocracia ya había hecho, antes de perder el rumbo.
Lo cierto es que la jornada de las elecciones locales encontró a los laboristas en medio de un proceso de búsqueda de nueva identidad. La experiencia de Tony Blair, que representó el abandono de la línea dura del anterior primer ministro laborista James Callaghan, para irse al centro del espectro político, significó el cierre del periodo del conservatismo rampante de la señora Thatcher, pero al mismo tiempo representó, en el sentimiento de muchos electores, el abandono de los postulados históricos del laborismo. Jeremy Corbyn, como líder del partido, trató de volver atrás con un intento de radicalización que fracasó en las últimas elecciones generales, y ahora Sir Keir Starmer preside un debate feroz entre las dos tendencias, que se nota no ha llegado a una conclusión que represente fuerza electoral.
Sin perjuicio de que los procesos internos de los partidos acepten la existencia de tendencias distintas, el ejercicio del liderazgo partidista debe consistir, precisamente, en alimentar con ideas y obtener los mejores resultados de toda discusión interna, para reforzar con ellos las propuestas del partido no sólo frente a una coyuntura sino al proceso histórico en el que le corresponde intervenir. En esa lógica resulta indispensable contar con una solidez programática que pueda ser sometida al juicio implacable de los electores, dispuestos siempre, con el mejor de los ánimos, a escoger lo que les parezca mejor. De manera que no se puede jugar a la indefinición, porque por ella se paga un precio muy alto, que es el de perder apoyo popular.
El sentido y el destino de la migración política de los electores tradicionales del centro izquierda, en países como Alemania y Francia, parecen desplazarse unos hacia formaciones más radicales, o hacia el ideario amplio, contemporáneo, pertinente y futurista de los partidos verdes. Las próximas elecciones alemanas, y la presidencial francesa, serán los nuevos escenarios en los que se pondrá a prueba el futuro de cada una de esas tendencias. Entretanto, los partidos herederos de la socialdemocracia, que ha jugado un papel importante en el proceso político de las últimas décadas, seguirán en busca de un ideario renovado en el cual el electorado encuentre respuestas a cuestiones cada vez más complejas, que requieren fórmulas también cada vez más difíciles de concebir.
En el caso británico, la mejor puesta a prueba y el mejor mecanismo de refinamiento de los postulados del laborismo es nada menos que el ejercicio de la oposición. Ejercicio que, en una democracia madura y consolidada, implica responsabilidades de seguimiento milimétrico de los actos del gobierno conservador y el dibujo de alternativas de manejo de todos los problemas, si en las próximas elecciones se llegare a convertir en gobierno. Ningún aliciente mejor, para ese ejercicio, que la tendencia del sistema a aumentar la inequidad entre sectores sociales. A la tarea de construir un nuevo proyecto han de contribuir estudiosos que provean de alimento conceptual equivalente al que en su momento ayudó al experimento de la “tercera vía”, a ver si el partido sale del laberinto en el que anda perdido.
No, no hemos encontrado hongos en Marte
Aunque estas formaciones se asemejan a los hongos, las similitudes en la morfología no representan una evidencia de vida.
Cuando encontremos vida en otro planeta, estamos seguros de que será la noticia más importante del milenio.
¿Podría haber hongos en Marte? Ante la difusión de un reciente estudio en el que un equipo internacional de científicos de países como EE. UU., Francia y China reunió y comparó evidencia fotográfica que, según dicen, muestra objetos parecidos a hongos que crecen en el planeta rojo, el artículo se ha extendido como la pólvora en redes sociales ante el “posible hallazgo de vida en Marte”.
¿Qué hay de verdad en esta afirmación?
En Marte, la mayor parte de la vida de la Tierra no sobreviviría; sin embargo, de acuerdo con las pruebas de resistencia que los investigadores de la NASA han realizado, algunos tipos de microbios, como el hongo del moho negro, podrían sobrevivir en la superficie del Planeta Rojo durante un período de tiempo considerable.
¿Significa esto que podría haber hongos vivos en Marte? Algunos científicos piensan que sí, a pesar de lo dudosa que pueda parecer esta posibilidad. Esta teoría se basa en la observación de más de 40 imágenes de los rovers Opportunity y Curiosity de la NASA, así como algunas tomadas por la cámara de alta resolución HiRISE del Mars Reconnaissance Orbiter. Usando círculos rojos y flechas para resaltar ciertas características, los investigadores del estudio señalan una serie de estructuras que se parecen mucho a las rocas, pero también a los hongos.
Estos especímenes parecidos a hongos, según los científicos, también aparecieron encima de los rovers que tomaron las imágenes, por lo que sugieren que estas "formas de vida" podrían crecer en cualquier superficie, no solo en el suelo marciano. Los científicos dicen que los objetos en cuestión muestran "especímenes de forma esférica de color blanco tiza", que el equipo de Mars Opportunity inicialmente dijo que era un mineral llamado hematita.
Los investigadores afirman que el viento marciano no descubrió las esferas amorfas y que "se expanden en tamaño o, por el contrario, cambian de forma, se mueven a nuevas ubicaciones y / o disminuyen de tamaño y casi desaparecen".
“Muchos de estos especímenes esféricos a nivel del suelo también tienen tallos o se han desprendido porciones de sus membranas externas, posiblemente crustosos, y están rodeados de trozos blancos y material esponjoso similar a esporas”, continúan los expertos.
Desafortunadamente, el artículo publicado en la revista Advances in Microbiology, forma parte de la cartera de Scientific Research Publishing (SCIRP) que cuenta con un amplio historial de plagio de artículos de otras revistas, por lo que es bastante difícil tomarse en serio su contenido.
Además, estas insólitas afirmaciones han sido recibidas con escepticismo por parte de la comunidad científica, que cita una metodología inexacta en el estudio y señala que detectar similitudes en las fotografías no puede exponerse como evidencia de vida en Marte.
En los próximos años (o décadas), los astronautas que habiten Marte podrían ser los primeros en confirmar finalmente que no estamos solos en el universo; pero hasta entonces, solo podemos calificar de polémico este estudio del que la NASA aún no se ha pronunciado oficialmente.
Fuente: muyhistoria.es
Amores mitológicos, los romances de las viejas leyendas
Además de heroicidades y dilemas divinos, los relatos mitológicos de todas las culturas están plagados de historias de amor y pasión
¿Cuál podríamos considerar que es el género narrativo más universal? Esa clase de historias que no importa cuánto tiempo pase o cuántas veces se repitan, siguen poniéndonos los pelos de punta y dejándonos con ganas de más. Algunos, como Joseph Campbell, dirían que ese título corresponde al llamado ‘viaje del héroe’ o monomito, pero es probable que las historias carnales, de romance y pasión, sean todavía más comunes y universales.
Uno no tiene más que recurrir a algunas de las novelas, obras de teatro, películas o series más famosas de todos los tiempos para darse cuenta de que el amor es una constante. Aunque el núcleo de la historia que se nos cuenta esté más centrado en las aventuras, el misterio o el drama humano al desnudo, siempre queda hueco para una buena dosis de amor. Hasta cierto punto, podríamos pensar que es lógico, ya que son unos sentimientos muy humanos que todos podemos llegar a comprender y que, bien tratados, pueden llegar a ofrecer nuevas facetas de los personajes. Estas historias tienen tanta importancia que, en muchos relatos míticos, incluso la propia creación del mundo y de la humanidad tiene su origen en una relación amorosa.
Las viejas leyendas están plagadas de ellas, sin importar en qué cultura o momento histórico nos fijemos. No hay más que ver que la mayoría de las historias que se conocen y se siguen contando sobre Zeus, el dios más importante del Olimpo, tienen que ver con sus líos de faldas y escarceos amorosos. Es posible que, ateniéndonos a lo que sabemos de estos mitos, no debamos hablar de amor en el caso de Zeus sino de pasión o deseo, al igual que tampoco podemos decir que Hércules amara a las cincuenta mujeres con las que yació y de cuya unión nacieron las heráclidas. Pero existen muchos otros ejemplos en los que se llega más allá que la simple atracción carnal y encontramos verdaderas historias de amor, respeto y cariño.
En esta galería hemos recopilado algunos casos significativos de romances mitológicos.

La historia de Orfeo y Eurídice es, probablemente, una de las más puras y tiernas de las que se pueden encontrar en la mitología grecolatina. Orfeo era hijo de Apolo y Calíope y, por lo tanto, poseía un don insuperable para la poesía y la música. Era tan diestro con la lira y sus versos tan hermosos que Eurídice se enamoró de él tras escucharlo y poco tiempo después se casaron. Por desgracia, la felicidad de la pareja duró poco ya que Eurídice murió tras ser mordida por una serpiente y Orfeo cayó en una profunda depresión. Desconsolado, decidió bajar al Inframundo para rescatar a su esposa.
Orfeo logró cruzar la laguna Estigia, calmar al can Cerbero con su música y llegar hasta la morada de Hades y Perséfone, a quienes pidió que le permitieran llevarse a su mujer. Ante su negativa inicial, Orfeo recurrió de nuevo a la música y la melodía que interpretó fue tan dulce que conmovió el corazón de los dioses y les llevó a ceder con una sola condición: Orfeo no podría mirar a Eurídice hasta que ambos hubieran abandonado el Inframundo. El músico aceptó y la pareja inició el camino de vuelta, pero Orfeo no pudo resistir la tentación y se giró para ver a su esposa antes de tiempo, haciendo que esta desapareciera para siempre.

La diosa del amor era una mujer fogosa y que disfrutaba de su sexualidad con numerosos amantes, tanto divinos como mortales, pero las historias nos cuentan que hubo uno al que amó especialmente. Adonis, hijo de Mirra y del rey Tías, nació cuando su madre fue convertida en árbol para protegerla de su padre, y fue llevado por Afrodita al Inframundo para que Perséfone cuidara de él lejos de la vista y el deseo de las demás diosas. El joven creció y se convirtió en un hombre de extraordinaria belleza del cual se enamoraron tanto Perséfone como Afrodita, que acabaron compitiendo por él e intentando ganarse su amor.
Perséfone, despechada al comprobar que Adonis prefería a Afrodita, le contó su relación a Ares (el amante habitual de la diosa) y este mató al joven convirtiéndose en un monstruoso jabalí. Las lágrimas de Afrodita nunca fueron tan amargas ni tan sinceras.

Psique era una mortal cuyo nombre se empezó a escuchar en toda Grecia debido a su inmensa belleza, de la que los hombres decían que superaba a la de la mismísima Venus. Molesta por esto, la diosa encargó a su hijo Cupido que disparara una de sus flechas a Psique e hiciera que se enamorara de una persona vil y de clase baja, pero el arquero alado quedó prendado de la muchacha y la tomó como amante. Siempre se veían a oscuras, pero una noche Psique encendió una lámpara de aceite y descubrió que había estado yaciendo con Cupido, lo que enfureció al dios y le impulsó a abandonar a la joven.
Psique estaba perdidamente enamorada de Cupido, por lo que decidió emprender una búsqueda incansable para encontrarlo y volver a estar juntos. Este viaje acabaría llevándola hasta el mismísimo Inframundo, de donde Cupido la salvaría conmovido por su amor y empeño.

Yasión, hijo de Zeus y Electra, y Deméter, diosa de la cosecha, se conocieron en la boda de Cadmo y Harmonia (los dioses del Olimpo no se perdían una). Tía y sobrino se enamoraron y esa misma noche mantuvieron relaciones en un campo arado pero, ya fuese por celos o porque pensaba que el derecho a estar con mortales era solo suyo, Zeus encolerizó al enterarse de esta relación. Una de las versiones de la historia afirma que el señor del Olimpo fulminó a Yasión con un rayo, matándolo al instante. Tiempo después, Zeus mantendría relaciones con Deméter y de su unión nacería la hermosa Perséfone.

Puede que sea una de las historias de amor más conocidas de la Antigua Grecia, pero se trata de un amor no correspondido.
Cansado de que Apolo se burlara de su habilidad como arquero, Cupido hizo que el dios dorado se enamorara hasta las trancas de la ninfa Dafne y que esta despreciara a Apolo. Comenzó así una persecución en la que el dios intentaba atrapar a la ninfa para hacerla suya mientras esta huía rechazándolo constantemente pero sin que sus palabras fueran escuchadas. Al final, la ninfa llegó agotada hasta el Ladón y pidió ayuda a su padre, el dios que moraba aquel río, quien decidió convertirla en un laurel para poder escapar de la locura del dios. Apolo llegó justo a tiempo para ver a su ‘amada’ convertirse en un hermoso árbol y, desde ese momento, juró que las hojas de laurel serían su símbolo y coronarían la cabeza de los grandes artistas y atletas.

Probablemente se trate del casus belli más famoso de todos los tiempos. Al príncipe Paris se le encomendó la tarea de decidir qué diosa (Hera, Afrodita o Atenea) era la más hermosa del Olimpo. Las tres intentaron sobornar a Paris y al final este se decantó por Afrodita, que le había prometido el amor de la mujer más hermosa del mundo. Durante una visita diplomática a Esparta Paris conoció a Helena, esposa de Menelao, y ambos se enamoraron perdidamente y decidieron fugarse juntos. Este agravio contra el rey espartano hizo que diez mil naves aqueas zarparan hacia Troya para emprender una guerra que se alargaría durante una década.
Es curioso saber que, mientras que Paris murió en Troya a manos del héroe Filoctetes, Helena salvó la vida al presentarse totalmente desnuda ante Menelao, que volvió a enamorarse de su belleza y le perdonó la vida.

La figura de Penélope fue, durante siglos, utilizada como un ejemplo de todo lo que una buena esposa debía ser. La pareja se separó cuando Ulises fue convocado por Agamenón para luchar en Troya y pasaron veinte años (diez de guerra y diez del viaje de regreso) sufriendo la ausencia del otro, al menos así era para Penélope. Mientras la reina de Ítaca tenía que soportar los desprecios de su hijo Telémaco y el acoso de los pretendientes que invadían su casa y devoraban su comida, Ulises vivió toda clase de aventuras en su odisea y no tuvo problemas en yacer con otras mujeres cuando surgió la ocasión (Calipso, Circe y probablemente la princesa Naussica). Su historia termina con la muerte de los pretendientes y el reencuentro de la pareja, que renueva su amor.

Galatea era una nereida, una ninfa acuática de extrema belleza que vivía en la isla de Sicilia. Allí conoció a Acis, un pastor mortal que se enamoró de la ninfa. Lamentablemente, a Galatea también la cortejaba el cíclope Polifemo, un gigante de un solo ojo tan cruel y brutal como feo. Polifemo seguía a la pareja desde la distancia, tanto porque era la única forma que tenía de estar cerca de Galatea como para asegurarse de que la cosa no iba a más; pero un día que el cíclope los perdió de vista los amantes aprovecharon para mantener relaciones y dormir abrazados en el bosque. Al amanecer, Polfemo los encontró y encolerizó, persiguiéndolos ciego de ira y arrojando una enorme roca contra Acis. El pastor fue aplastado y murió en el acto.
Se dice que, ante los inconsolables llantos de Galatea por la muerte de su amado, algún dios se conmovió y unió las lágrimas de la nereida y la sangre del joven en un caudaloso río que todavía hoy lleva el nombre del pastor.

Perseo y Andrómeda se conocieron cuando el primero volvía a Sérifos después de haber decapitado a la Gorgona Medusa. La joven estaba encadenada a un poste frente al mar, esperando a que una monstruosa criatura emergiera de entre las aguas y la devorara para pagar así por la arrogancia de su madre Calíope. Perseo prometió salvar a Andrómeda y matar a la criatura a cambio de que se desposara con él y, tras un intenso combate, el héroe de Argos logró cumplir su misión y se desposó con la hermosa joven. Perseo y Andrómeda serían los abuelos de Anfitrión, rey de Tirinto y padrastro del gran héroe Hércules.

El poema Skírnismál nos cuenta que, un día en que Odín se había ausentado de Asgard, el dios Freyr se sentó en su trono para observar qué pasaba en los Nueve Reinos. Su mirada acabó recayendo sobre Jotunheim, el mundo de los gigantes, donde vio a la hermosa Gerd y se enamoró de ella. Las relaciones entre los Aesir y los jotun estaban prohibidas (salvo cuando convenía a Odín, que para eso era el Padre de Todos), por lo que la pena de aquel amor imposible consumió poco a poco a Freyr. Skínir, su sirviente, se ofreció a consolar al dios y viajó a Jotunheim para cortejar a la giganta, pero esta lo rechazó hasta que Skínir amenazó con maldecirla con toda clase de desdichas si despreciaba a Freyr.
Gerd terminó por aceptar reunirse con el dios y, tras una segunda etapa de cortejo, accedió casarse con él. Para convenceral, Freyr tuvo que renunciar a su arma predilecta, una espada mágica indestructible que luchaba sola. La relación de Gerd y Freyr acabaría teniendo graves consecuencias para el Aesir ya que, durante el Ragnarök, se enfrentaría al demonio de fuego Surtr y sucumbiría al faltarle su espada.

Isis y Osiris eran dos de las deidades más importantes del Antiguo Egipto. Hermanos de nacimiento, se enamoraron y convirtieron en esposos para gobernar juntos sobre dioses y mortales, haciendo que su otro hermano, Seth, sucumbiera a la envidia y los celos.
El dios en discordia organizó un festín y ofreció un sarcófago de oro como regalo para aquel que encajara en su interior. Los invitados fueron probando pero el único que entró fue Osiris, a quien su hermano encerró en el sarcófago antes de arrojarlo al río Nilo. Isis emprendió entonces una búsqueda incansable de su marido, al que logró encontró en Biblos y con cuyo cuerpo tuvo relaciones de las que nacería el dios Horus. Seth se enteró de que Osiris había vuelto a la vida, por lo que decidió buscarlo y descuartizarlo, enviando los trozos a distintos lugares del mundo. Isis consiguió dar con todas las partes de su marido y las enterró, convirtiendo a Osiris en el dios del más allá.

Cuenta la leyenda mexica que la princesa Iztaccíhuatl y el guerrero Popocatépetl estaban profundamente enamorados, pero la diferencia de clases sociales a la que pertenecían dificultaba su amor. Necesitando del coraje y la destreza de Popocatépetl para una guerra que se avecinaba, el padre de Iztaccíhuatl prometió al guerrero la mano de su hija si marchaba al combate y volvía sano y salvo. El amante aceptó el trato y luchó mejor que ningún otro, esperando el momento en que volvería a ver a la dueña de su corazón, pero en su ausencia, un rival de Popocatépetl le dijo a Iztaccíhuatl que el guerrero había caído y esta murió de pena.
A su regreso, Popocatépetl se enteró de la noticia y, desconsolado, exhumó el cadáver de Iztaccíhuatl y lo llevó al templo para ofrecer sus cuerpos a los dioses. Estos, apiadándose de su tragedia los cubrieron de una densa columna de humo y los convirtieron en una montaña (conocida en la actualidad como la montaña de la Mujer Dormida) para que nadie volviera a separarlos.

Este mito tiene su origen en China pero está muy extendido, contando con versiones similares en Japón, Corea y numerosos países europeos.
Se dice que Vega era la princesa más hermosa que el mundo había visto jamás, famosa por su talento como tejedora. Estaba enamorada de Altair, un joven y apuesto pastor de ganado, pero su padre no aprobaba aquella relación y decidió separar a los amantes con el río de la Vía Láctea. Sin embargo, la séptima noche del séptimo mes, Altair y Vega se encontraban a ambas orillas de la Vía Láctea y el llanto de Vega era tan tierno que las urracas se compadecían de ellos, subían al cielo y formaban un puente para que los amantes pudieran estar juntos.

Esta leyenda de origen chino cuenta la historia de Zhu y Liang Shanbo. La primera era una joven de buena familia que decide saltarse las normas sociales de la época e ir a la escuela disfrazada de hombre. Allí conocería a Liang Shanbo, un hombre pobre del que Zhu queda prendida desde el momento en que lo ve. Ambos iniciarían primero una bonita amistad que se convertiría en amor cuando Liang descubre que Zhu es una mujer. El joven pidió formalmente la mano de Zhu pero su padre le rechaza por sus orígenes humildes, sumiendo a Liang en una profunda depresión que lo llevaría a la muerte.
El día de la boda de Zhu con un hombre rico al que no amaba, una gran corriente de agua apareció de la nada y se llevó a la novia, arrastrándola hasta la tumba abierta de Liang. La joven entró voluntariamente en la brecha que se abría bajo sus pies y, al hacerlo, esta se cerró. Se dice que, poco después, dos bellas mariposas surgieron de la tierra y se marcharon volando, juntas.

Cuentan que, en un Japón destruido por la guerra y el odio, había un pequeño bosque que seguía brillando y al que ni el fuego ni la espada habían alcanzado. En él destacaba un árbol muy grande que, a pesar de ser todavía joven, nunca florecía. Un día, un espíritu del bosque se apareció ante ese árbol y le propuso un trato: durante veinte años tendría la capacidad de convertirse en hombre y árbol a placer para buscar una motivación, una alegría, que le hiciera florecer por fin, pero si no lo lograba volvería a ser un simple árbol para siempre.
Un día en que el árbol paseaba bajo su forma humana, se cruzó con una hermosa mujer llamada Sakura, con la que entabló amistad y a la que visitó muy a menudo presentándose bajo el nombre de Yohiro (‘esperanza’). El día en que se cumplía el plazo, Yohiro confesó a Sakura el amor que sentía por ella pero esta guardó silencio un instante y Yohiro fue convertido en árbol de nuevo. La joven abrazó su fría corteza y reconoció que ella también lo amaba, pero ya era tarde. El espíritu del bosque se apiadó de ella y le ofreció seguir viviendo como una humana o fundirse con Yohiro y ser parte del árbol. Ella aceptó unirse a Yohiro y, al hacerlo, el árbol floreció. Yohiro y Sakura (‘flor de cerezo’) pudieron estar juntos para siempre.
Fuente: muyhistoria.es
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Donde la dureza solo puede destruir, la suavidad consigue esculpir" PAULO COELHO
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