PGV - Edición de sábado mayo 22, 2021 - "EL PODER DE LA PALABRA (poema)" - Y más temas PGV

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EN PGV para Leer hoy: 

- ¿Será acaso que mantenemos la mentalidad de colonia?

- Vida y muerte de John F. Kennedy

-  El poder de la palabra (poema)


"El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace" LEON TOLSTOI 

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¿Será acaso que mantenemos la mentalidad de colonia?



Julio Londoño Paredes (*)

Es lógico que la situación que se está viviendo en nuestro país, genere pronunciamientos internacionales expresando preocupación: desde el presidente de los Estados Unidos hasta el Papa Francisco. 

Se puede estar de acuerdo o no con el gobierno de Duque. Se pueden compartir o no las protestas. Se puede ser liberal, conservador, socialista, o comunista. Pero lo que no es aceptable, es que un grupo de congresistas norteamericanos formule una declaración que constituye una evidente injerencia en los asuntos internos de Colombia y decretando desde Washington la impasibilidad ante el vandalismo. Eso es aberrante. 

Hemos sido víctimas a lo largo de la historia de intervenciones foráneas por diferentes motivos. Se recuerda la situación planteada por la expedición por el presidente Marco Fidel Suárez del decreto 1255 bis de 1919, mediante el cual se incurría en “el delito” de establecer que, la realización de exploraciones petroleras en el territorio nacional requería el previo permiso del gobierno colombiano.

Tal como lo hace ahora el representante McGovern de la cámara de los Estados Unidos, que se ha arrogado la condición de juez de Colombia, en ese entonces el senador Cabot Lodge, pidió al senado que cancelara el proceso de aprobación del tratado Urrutia-Thomson, porque nuestro país con ese decreto estaba estableciendo una supuesta, “confiscación” de las propiedades de empresas petroleras norteamericanas.

Pero no hemos sido las únicas víctimas de dichas actitudes imperiales. En 1954 congresistas de ese país, le exigieron al gobierno norteamericano promover la invasión a Guatemala, cuando Jacobo Arbenz estableció una reforma agraria que afectó a la multinacional norteamericana United Fruit. Igualmente, cuando congresistas norteamericanos exigieron en 1952 al gobierno sancionar al Perú, por haber establecido 200 millas de mar territorial.

De pronto es que nos acostumbramos a ser colonia y hemos mantenido durante mucho tiempo nuestra respetuosa subordinación. No hay duda de que en nuestro país puede haber protestas, censuras y críticas. Pero no es aceptable dar campo a la intromisión extranjera, empezando por la de los congresistas norteamericanos.

Se recuerda que la disculpa que daban las potencias europeas para mantener su política colonialista en África, era que dichos territorios no se podían gobernar solos. Incluso, después de alcanzar la independencia de los países, jefes de estado africanos viajaban a Europa para pedir el aval sobre sus gestiones, mientras que sus opositores hacían exactamente lo mismo, colocando a las potencias coloniales como jueces y árbitros de sus respectivos estados.

No podemos caer en la práctica de rendir cuentas. Con mayor razón resulta aberrante que dirigentes políticos colombianos viajen a los Estados Unidos para mover a congresistas norteamericanos a que manifiesten contra el gobierno. 

Eso es impulsar la intervención, contra la que tantas veces nos hemos enfrentado. Hoy es con este pretexto, mañana será con cualquier otro.
¿Será acaso que mantenemos la mentalidad de colonia ?

(*) Excanciller y exembajador de Colombia. Analista y escritor en temas de gobernanza y geopolítica global. Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario.


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Vida y muerte de John F. Kennedy


Foto en https:www.gettyimages.es bajada para PGV

Un hombre que marcó un antes y un después en la historia de l,os Estados Unidos

Sarah Romero

14,01,2021 

Era un hombre atractivo y elegante, con un gran carisma. Era joven y lleno de ideas, una bocanada de aire fresco en un país que empezaba a pedir que alguien abriera las ventanas y quitara el olor a conservadurismo rancio de la Casa Blanca. Era divertido, encantador e ingenioso. Y, para muchos en el país de las oportunidades, era un incordio. John Fitzgerald Kennedy tuvo una vida relativamente corta pero absolutamente estelar, destacando en todo lo que hacía.

John fue el segundo de nueve hermanos que nacieron en el seno de una familia de origen irlandés que había prosperado enormemente en los Estados Unidos. Su padre era un exitoso empresario y embajador y su madre provenía de una familia de clase alta muy conocida en Boston, por lo que tuvo una infancia llena de comodidades pero marcada por las idas y venidas de su estado de salud. John, al igual que sus hermanos, fue a los mejores colegios y terminó graduándose cum laude en Relaciones Internacionales por la Universidad de Harvard. En 1941 se alistó en la Marina de los Estados Unidos y llegó a recibir varias condecoraciones (entre ellas el Corazón Púrpura) por su valor y compromiso con sus compañeros de armas.

Kennedy parecía el hombre perfecto. No solo era atractivo y brillaba en cualquier situación, sino que además tenía un currículum impecable y un futuro prometedor. En 1946, con 29 años, fue elegido como diputado para la Cámara de Representantes por el Partido Demócrata y en 1952 dio el salto al Senado. En 1953 completaría el ‘pack de Sueño Americano’ al casarse con Jacqueline Lee Bouvier, una joven tan aparentemente perfecta como él, convirtiéndose en la pareja más deseada y admirada del país y rozando la atención que en otras ocasiones se destina a las estrellas de cine o incluso a las familias reales.

En lo político, Kennedy era visto como un progresista con ganas de cambiar las cosas; un reformista empedernido que tenía muy presente la política social y la situación de los estadounidenses de clase media y media-alta que lo habían votado. Su ascenso fue meteórico y supo encandilar a sus compañeros de partido, a los medios y a la gente de a pie hasta tal punto que fue elegido como candidato a la presidencia en las elecciones de 1960 y ganó al republicano Richard Nixon en una campaña muy ajustada en la que se vivió el primer debate electoral televisado de la historia. Kennedy se convirtió en el 35º presidente de los Estados Unidos, el primero católico y el más joven de su historia.

Su mandato se caracterizó por tres elementos claves: el bienestar social de los estadounidenses, el incremento de la intervención estadounidense en Vietnam y la Crisis de los Misiles en Cuba. Por supuesto, el último fue el más importante ya que fue el momento en que más cerca se estuvo de la hecatombe nuclear durante la Guerra Fría. La instalación de misiles nucleares en la isla caribeña por parte de la URSS (en respuesta a la instalación de misiles nucleares en Turquía por parte de EEUU) desembocó en una escalada de tensión brusca y muy peligrosa en la que no se llegó a más porque tanto Kennedy como Jruschov eran conscientes de las terribles consecuencias de un ataque directo entre las superpotencias. Tras superar la crisis, la administración Kennedy mantuvo un tono mucho más sosegado en todo lo relacionado con la URSS y la contención del comunismo.

John Fitzgerald Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 mientras visitaba la ciudad de Dallas (Texas). Aunque gran parte del país lo adoraba, se había ganado muchos enemigos poderosos (entre ellos el temible J. Edgar Hoover, director del FBI) que lo veían como una amenaza a sus intereses, un líder demasiado blando que toleraría la victoria de la URSS en la Guerra Fría y una especie de ‘pseudocomunista’ debido a sus medidas progresistas y de carácter social. Su muerte violenta, uno de los hechos más controvertidos y que más dudas plantea, le convirtió en un mártir para muchos estadounidenses y, en la actualidad, sigue siendo considerado como uno de los mejores presidentes que ha tenido el país.

Fuente: muyinteresante.es y muyhistoria.es 

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EL PODER DE LA PALABRA (Poema) 



Gilberto Ramírez Santacruz


Si digo pan
Y mi poema no convoca
A los hambrientos a la mesa,
Es porque la palabra ya no sirve
Y la poesía exige otro lenguaje.

Si digo amor
Y mi poema no provoca
Una tormenta de besos y canciones,
Es porque la palabra perdió su magia
Y la poesía debe buscar una nueva voz.

Si digo vida
Y mi poema no revienta
Un alba de luceros y primaveras,
Es porque la palabra quedó sin dioses

Y la poesía debe estar al servicio del hombre.

Si digo libertad

Y mi poema no revoluciona
La conciencia de los sedientos de paz,
Es porque la palabra dejó de ser instrumento

Y la poesía está obligada a cambiar de poetas.

Gilberto Ramírez Santacruz,
Paraguay
Fuente: http://vosquedepalabrasvives.blogspot.com

Comentarios

  1. Ars verba decían los Romanos interesante artículo del colonialismo que es verdad y que los EEUU no es

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  2. Ars verba decían los Romanos interesante artículo del colonialismo que es verdad y que los EEUU no es aliado sino un explotador de nuestros recursos. Es inadmisible su o ingerencia en los asuntos internos. Kennedy abandono la invasión a Cuba y durante 50 años ha sido el foco del terrorismo, Siria, IRÁN, IRAK, los desestabilizo y hoy son países exterminados.
    El mundo está en crisis y se necesita un nuevo orden mundial, países excesivamente ricos y otros miserables. Es una bomba de tiempo que hay que desactivar. Muy buen artículo y oportuno

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    1. 🗣🗣 Muchas gracias por su motivante comentario. 👏🏼👏🏼👏🏼

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    2. Esimportante seguir el analisis de orlando flechas,porque nos deja pensando que solamente kenedy es el autor de la desestabilizacionde cuba y otros paises,acaso las dictaduras que hantenido no es por el abuso del poder de sus paises y que han dejado muy pobre a los paises que han sufrido por mucho tiempo y han continuado con ese flagelo.sin de meritar el coloniasmo.arnaldo

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  3. Creando un torrente interminable de crisis, una oligarquía corrupta puede prolongar su poder indefinidamente

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    Respuestas
    1. Así es y así puede seguir siendo pues el "dios dinero" es excluyente, mentiroso, ladrón y matón, y solo se ayuda a sí mismo. Contradice absolutamente los mandamientos sagrados del perenne Codigo de nuestros altivos padres LOS CHIBCHAS. - HAC.

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