PGV- Edición de 03,03,2021 "APRENDER DEL FUTURO" y más temas de interés.


PGV - PLURIVERSIDAD GLOBAL PARA LA VIDA - PGV

Epicentro pluriprofesional de gestión de librepensamiento, 

para ACTUAR con responsabilidad e nteligencia social 


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Nota del Director de PGV: Es interesante referirse a la biografía de hombres cuyas vidas han impactado o impactan en las dimensiones de la inteligencia humana y quienes con sus comportamientos y conductas han marcado o marcan hitos reales en la vida de la Aldea Global. 
En el caso que hoy ocupa a PGV, referirse a Vladimir Putin de esta manera puede ilustrar a alguien sobre las condiciones y características humanas, vocación, habilidades, dificultades, oportunidades, personalidad, carácter, disciplina, obedicencias, creencias, espiritualidad, principios, valores, educación (formación) y actuaciones de resposabilidad individual y social que podrían ayudar a explicar, en este caso, la prolongada y al parecer necesaria permanencia de Putin en el poder asignado por el modelo de la democrcia rusa. 
Algo característico, concreto y "secreto" tiene la formación política y económica rusa hoy,  para sostener la permanencia de Putin en el poder durante tanto tiempo.  En muchos otros países esa circunstancia de permanencia no se puede entender, dado el tipo de sociedad que se tiene y el tipo o modo de interpretar, "imponer" e implementar lo que se hace llamar - bien o mal - como "democracia" en cada caso.  

Biografía de Vladimir Putin (Resumida)

Por "Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Vladímir Putin. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/putin.htm el 24 de febrero de 2021." 

 
Ilustración fotográfica: "Vladimir Putin desafía a EEUU con las nuevas armas hipersónicas de Rusia" en elpolitico.com - bajada para PGV 

Vladímir Putin (Leningrado, hoy San Petersburgo, 1952) Político ruso, actual presidente de la Federación Rusa desde 2012, cargo que había ya ejercido en dos mandatos anteriores (2000-2004 y 2004-2008). Vladímir Putin se licenció en derecho en la Universidad de Leningrado, donde fue alumno del que sería alcalde de la ciudad, Anatoli Sobchak. Vladímir Putin En 1975 comenzó su vida profesional en la dirección de la inteligencia exterior del Comité de Seguridad del Estado (KGB), en la antigua URSS, donde alcanzó el rango de teniente general. 

Según su currículum, trabajó en Alemania durante la década de los 70, pero también se ha especulado, después de ser nombrado jefe del Servicio Federal de Seguridad (SFS), que pertenecía a los servicios de disidencia interna, el Quinto Directorio del KGB. 

 A su vuelta de Alemania, Putin se instaló de nuevo en Leningrado, donde ocupó el cargo de vicerrector adjunto de relaciones internacionales de la Universidad de esta ciudad. 

Después de la caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento de la URSS, Vladímir Putin empezó a ocuparse de temas de política municipal en su ciudad natal, en el periodo en el que era alcalde de Leningrado Anatoli Sobchak, considerado muy liberal y con una enorme popularidad entonces. 

 En 1990 fue asesor del Presidente del Consejo Municipal de Leningrado. Inmerso en las tareas municipales, Vladímir Putin entró en relación con Anatoli Chubais, "padre" de las privatizaciones y responsable de la economía rusa. Sobchak y Chubais fueron dos personajes muy activos en Rusia desde el colapso de la Unión Soviética, y la introducción de Putin en la política se produjo de la mano de ambos. 

 Entre 1991 y 1996 ocupó la presidencia del Comité para las Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de San Petersburgo, cargo que compartió a partir de 1994 con el de primer vicepresidente del Gobierno de esta ciudad (vicealcalde). 

En 1995 dirigió la campaña electoral del partido de carácter regional Nuestra Casa Rusia, que lideraba el ex primer ministro Viktor Chernomirdin. También dirigió la campaña para la reelección a la alcaldía de San Petersburgo de Anatoli Sobchak, pero dimitió de su cargo tras la derrota en las urnas de este último. 

 Después de la dimisión, Putin se trasladó a Moscú, donde ocupó en los siguientes años cargos cercanos al presidente Boris Yeltsin. En pocos meses fue nombrado vicedirector del Servicio Administrativo y Técnico del Presidente de la Federación Rusa, puesto que ocupó durante 1996 y 1997; jefe de la Dirección General de Inspecciones del Presidente y vicejefe del Gabinete de la Presidencia en 1997 y 1998. En ese mismo año ascendió a primer vicejefe de la Presidencia. 

 En julio de 1998 fue nombrado director del Servicio Federal de Seguridad (SFS), la más importante de las cuatro ramas en que se dividió el KGB y heredera de las funciones de policía política. A partir de marzo de 1999 Putin compartió este cargo con el de secretario del Consejo de Seguridad. 

 De primer ministro a presidente. 

El 9 de agosto de 1999 Boris Yeltsin, presidente de la Federación de Rusia desde su fundación en 1991, nombró a Putin primer ministro (presidente del gobierno) en sustitución de Serguéi Stephasin, que había accedido al cargo hacía sólo tres meses. Putin fue el tercer primer ministro consecutivo de la Federación Rusa que perteneció a los servicios secretos, después de Yevgueni Primakov, jefe del servicio de espionaje exterior. Serguéi Stephasin y Putin eran prácticamente copias exactas: miembros del KGB y jefes del posterior SFS, los dos son de San Petersburgo y casi de la misma edad (46 y 47 años respectivamente). 

 Vladimir Putin estaba considerado un incondicional del presidente ruso; su lealtad hacia Yeltsin era absoluta. Era uno de los nueve personajes del Kremlin que integraban la llamada "Familia", en referencia al círculo cercano a Yeltsin, que incluía a la mujer del presidente y a su hija, al jefe de la administración presidencial Alexander Voloshin, al ex periodista Valentin Yumashev, al portavoz del Kremlin Dmitri Yakushkin, a Anatoli Chubais, y a los financieros Boris Berezovsky y Roman Ambramovich. 

A Putin se le describía como un hombre duro, de carácter dictatorial, que le haría proclamar sin escrúpulos el estado de excepción por el conflicto en el Cáucaso. 

 Yeltsin confió en él como el único capaz de hacer frente a la coalición electoral formada el 4 de agosto de 1999 por Nuestra Patria, del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, y el grupo regional Toda Rusia, dirigido por el presidente de Tatarstán, Saimilev, y por el nuevo gobernador de San Petersburgo, Yakólev. Este bloque electoral se presentó a las elecciones legislativas de diciembre de 1999 con el ex primer ministro Primakov liderando la coalición, en un momento en que gozaba de gran popularidad y sus posibilidades de ganar eran reales. 

 Putin se perfilaba pues como el hombre más indicado para combatir a la coalición Nuestra Patria-Toda Rusia y para eliminar al otro rival electoral de importancia, el partido comunista. Y así fue. El 19 de diciembre de 1999, Putin ganó las elecciones legislativas celebradas en Rusia. Pero el verdadero golpe de mano de este hombre fuerte del Kremlin estaba por venir. El 31 de diciembre de 1999, Boris Yeltsin presentó su dimisión como presidente de Rusia durante el discurso de fin de año a la nación, y Putin, nombrado por el presidente dimisionario Boris Yeltsin como su favorito para la sucesión en el Kremlin, asumió en funciones la jefatura del Estado y las Fuerzas Armadas. 

 El nuevo presidente de Rusia afirmó ese mismo día ante las cámaras de la televisión rusa lo siguiente: "Hoy se me han asignado las funciones de jefe de Estado. Quiero subrayar que ni por un minuto en el país ha habido ni habrá un vacío de poder y las autoridades cortarán de raíz cualquier intento de quebrantar la legislación y la Constitución de Rusia". 

En marzo de 2000 legitimó su poder en las urnas y en 2004 logró la reelección. 

Tras el período presidencial de Dmitri Medvédev (2008-2012), estrecho colaborador suyo, Putin fue reelegido para un tercer mandato (2012-2018). 

 Vladímir Putin ha sido reacio a mostrarse en público y a conceder entrevistas, lo que, unido a su pasado como espía de la KGB, hace que se conozca poco sobre él. Con dosis en gran parte contradictorias de defensa de la democracia y las libertades, autoritarismo evidente, apoyo a la economía de mercado y a la economía dirigida y exaltación de los valores nacionalistas y militares, el presdiente ruso ha logrado mantener su popularidad a lo largo de sus sucesivos mandatos entre gran parte de la población. 

Fuente primaria: Biografía de Vladimir Putin en Biografías y Vidas - La Enciclopedia Biográfica en línea - bajada para PGV. 

PD: se agregan a continuación los párrafos siguientes, bajados de  es.wikipedia.org para PGV 

Cuarto período (2018-2024)

El 18 de marzo de 2018, Vladímir Putin fue reelecto por cuarta vez como presidente de la Federación Rusa, con el 76,67% de los votos. De esta manera, Putin logró su mejor resultado electoral hasta el momento y consolidó su cuarto mandato presidencial. ​Tras la victoria en las elecciones, Margarita Simonián, directora del canal de televisión estatal ruso RT, declaró acerca de Putin: “Antes era nuestro presidente; ahora será nuestro vozhd” (вождь, caudillo en ruso).

Reconocimientos

Putin fue elegido Personaje del Año 2007 por la prestigiosa revista Time.​ Entre los motivos que esgrimió la revista se encuentra su fuerte liderazgo al asumir un país en medio del caos y llevarlo a la estabilidad.

El Centro Internacional para la Investigación sobre los Biocombustibles y las Patentes, situado en Zúrich (Suiza) propuso nominar a Putin para el Premio Nobel de la Paz por sus iniciativas para el desarrollo de fuentes de energía basadas en nanotecnología.

En 2011 fue galardonado con el Premio Confucio de la Paz por «su posición pacífica y en contra de la idea de bombardear Libia».​

En 2005, fue proclamado «Ciudadano ilustre de la ciudad de Kazán».​

Vida privada

Vladímir Putin con su exmujer Liudmila.
Putin y su familia (2002).

Putin llegó al poder relativamente joven, es abstemio (no bebe alcohol), deportista: practica la lucha rusa (sambo) y el judo (arte marcial y deporte de combate japonés) desde los 11 años, juega al tenis, practica esquí. Además, domina el alemán y el inglés.

Estaba casado con una exprofesora escolar de alemán, Liudmila Shkrébneva, a la que conoció cuando ella estudiaba filología española y con la que tuvo dos hijas, María y Yekaterina.

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Hay que entender a Rusia













Por Eduardo Barajas Sandoval (*)
eduardo.barajas@urosario.edu.co

Amenazar a un Estado para que produzca determinada decisión judicial no solamente resulta irrespetuoso sino inocuo. A veces, dejando de lado principios e historia, se pretende obligar a que otros hagan lo que el propio solicitante jamás estaría dispuesto a hacer. Poner pretensiones de esa índole en la cumbre del manejo de las relaciones internacionales es una torpeza mayor. En ese orden de ideas, y con esos argumentos, podría haber solicitudes en todas direcciones, con el mismo resultado de inocuidad. Mejor se contribuye a la armonía internacional y se podrán afrontar de verdad los asuntos que deben ser objeto de acción diplomática, si se tienen en cuenta los argumentos de fondo y las aspiraciones de cada quién.

Ante la amenaza de “sanciones” por parte de otros, ningún Estado que se respete termina soltando a un preso, pues el hecho mismo de liberarlo sería confesar culpabilidad, mostrar tanto debilidad como desprecio por su propia soberanía y reconocer públicamente que no es un Estado de Derecho. Sin perjuicio de que bajo una mirada rigurosa queden interrogantes sin despejar sobre posibles desvaríos, con las amenazas sólo se crean nuevos problemas y no se arreglan las cosas. Máxime cuando hay principios y consideraciones de fondo que no se deben ignorar.

Las relaciones de Rusia con la Unión Europea, y con algunos países miembros, lo mismo que con los Estados Unidos, se han visto afectadas por el caso de Alexséi Navalni, fundador de una ONG contra la corrupción y considerado por muchos como la principal figura de oposición al presidente ruso. Su envenenamiento, su traslado a Alemania para ser tratado, la confirmación de que fue objeto del uso de un agente nervioso usado por agencias oficiales, su retorno a Rusia, y su detención para que termine de cumplir con una condena por corrupción que proviene de hace unos años, han sido objeto de todo tipo de reclamos, exhortaciones, debates, manifestaciones públicas, condenas y reclamos por su inmediata libertad.

Aunque no existe unanimidad en el seno de importantes instancias, como el Parlamento Europeo, respecto de la forma como se ha de actuar frente al caso, ni en la forma como se deben adelantar las relaciones con Rusia, se han producido llamados en diferentes tonos al gobierno ruso para que “proceda de inmediato a la liberación de Navalni”. Los llamados ha sido acompañados, también desde diferentes instancias, de la amenaza de sancionar a Rusia en caso de que no atienda la solicitud de la referida liberación. En medio de todo esto, Josep Borrell, Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, fue hace unos días a Moscú “interesado en hacer un intento de reversar el deterioro de las relaciones con Rusia y aprovechar la ocasión para lanzar un diálogo más constructivo”. La respuesta del ministro ruso de relaciones exteriores, el veterano Sergei Lavrov no podía ser más contundente: “Rusia está dispuesta a una relación que no esté basada en reclamos unilaterales, sino en el respeto mutuo y la consideración de los intereses de cada quién”.

Aparte de lo que suceda con Navalni, ahí aflora el fondo de una realidad que proviene del momento mismo del inicio de la era posterior a la disolución de la Unión Soviética. De manera que limitarse a relacionar las posiciones rusas, y la respuesta a ellas, de manera exclusiva con el actual presidente, puede ser una equivocación. En realidad, en ese momento crucial de la historia, Occidente montó una interpretación de los hechos y una línea de acción que no resultaba constructiva en cuanto hace a la forma de entender y de tratar a Rusia. Con Washington a la cabeza, simplemente se esperaba que los rusos entraran a formar parte, así no más, de la cauda de naciones dispuestas a seguir de ahí en adelante bajo la guía de los Estados Unidos y sus aliados del mundo occidental. Rusia, en cambio, aspiraba al menos a entrar a formar parte de un mundo diferente, en el que en todo caso se produjera una reconfiguración del escenario europeo, dentro de la cual pudiera jugar un papel significativo, como el que jugó a través de varios siglos.

No existe motivo alguno para que, a estas alturas, Rusia decida, ahora sí, simplemente sumarse a las causas de un mundo occidental desordenado y en crisis, aumentada por las incertidumbres de la recién terminada administración de los Estados Unidos. Mihail Gorbachev ya había reclamado la creación de una comunidad internacional renovada, en la que su país cupiera en condición de fundadora, no de gregaria. Es muy posible que los rezagos de resentimiento y temor derivados de la Guerra Fría hubiesen jugado entonces un papel importante a la hora de la respuesta desde el campo occidental, de manera que se impuso la tradicional desconfianza de la época hacia el recién desmontado contradictor soviético. Así se malogró la posibilidad de construir unas nuevas y mejores relaciones, y ese es el tono en el que se ha llegado hasta nuestros días.

No faltan quienes comparan la actitud hacia Rusia, al término de la Guerra Fría, con las alianzas surgidas entre los vencedores de la Segunda Guerra Mundial y los derrotados Alemania y Japón, que terminaron por convertirse en aliados, en el caso alemán tanto de de Occidente como de la URSS, y en el japonés de los Estados Unidos, de manera abierta y sin reservas de consideración, más que las derivadas de factores culturales que por acuerdos políticos no se pueden cambiar. Aún más, también se trae a cuento la actitud seductora de Occidente hacia países anteriormente soviéticos, como Ucrania, o del bloque bajo la influencia de Moscú, como Polonia, Hungría y otros miembros del antiguo Pacto de Varsovia, ahora consentidos y encima de todo indisciplinados en el seno de la Unión Europea.

Con el paso del tiempo, Rusia va ganando otra vez confianza y se va encontrando con su propio “destino manifiesto”, que en su lógica le confiere derechos y obligaciones políticas y le da suficiente vuelo para hacerse respetar, en su autonomía de estado soberano, por principio no dispuesto a ceder ante amenazas, aunque esconda deficiencias y hasta pecados, ante la presión de países que tienen los suyos propios, como el de la detención de Julián Assange.

Tal vez convenga recordar que Rusia ha jugado un papel importante en el proceso histórico de Europa, como lo prueban sus alianzas y también sus controversias pasadas con las demás potencias tradicionales que siguen animando la vida política continental, con efectos de gran amplitud. En consecuencia, no debe ser utópico pensar que con un entendimiento adecuado con Rusia se podría emprender una iniciativa euroasiática que contribuiría a darle al mundo una nueva cara y sería oportunidad de progreso y paz.
EL ESPECTADOR 2  de  marzo  de  2021
(*) Exembajador de Colombia. Director y moderador del Observatorio de actualidad Internacional de la U. del Rosario. Exrector Universitario UPTC. Decano y docente titular en U. del Rosario. Analista y escritor sobre temas de geopolítica internacional.

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Aprender del futuro (*)



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mar, 2 mar 8:12 (hace 0 minutos)
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E D I C I Ó N - N ° 179 - FEBRERO - 2 0 2 1

 

 

 

 

Aprender del futuro
Javier Martínez Aldanondo
Socio Cultura de Aprendizaje de Knowledge Works
javier@kworks.cl y javier.martinez@knoco.com

www.javiermartinezaldanondo.com

Twitter: @javitomar - #culturaprendizaje

 

 

No conocemos las soluciones, lo único que podemos hacer es educar personas que sean capaces de encontrarlas” (Antoine de Saint-Exupéry).

 

El principal desafío que tenemos como humanidad es aprender lo que no sabemos por 2 sencillas razones: el conocimiento del pasado ya no es suficiente para anticipar el futuro y además lo manejarán las máquinas. En el caso de la pandemia, contábamos con mucho conocimiento sobre mascarillas, medidas de distanciamiento social o respiradores artificiales. Pero lo que no sabíamos (desarrollar una vacuna) es lo que tuvo al planeta de rodillas durante más de 1 año. Dado que nunca habíamos estado en una situación igual, se trató de un problema de aprendizaje y no de ejecución.

Ahora bien, no todos los aprendizajes son iguales. Una cosa es aprender lo que ya sabemos. Ese es el negocio de la educación mediante las asignaturas en los colegios y universidades y los cursos de formación en las organizaciones. Los problemas sobre los que nos hace pensar el sistema educativo son casi siempre de respuesta correcta, es decir, predecibles y cuantificables: “Un tren se desplaza a 50 km/h…”. El asunto es que ese conocimiento del pasado, que resulta necesario porque nos garantiza el presente, pronto lo vamos a automatizar y caduca cada vez más rápido. Pero otra cosa muy distinta es aprender lo que no se sabe, aquello que no tiene respuesta correcta, como ha ocurrido con el coronavirus. Dado que nadie tenía el conocimiento para desarrollar la vacuna, hemos tenido que esperar 12 meses, gastar miles de millones de dólares y ver morir a más de 2 millones de personas. Los desafíos que nos esperan dependen menos de nuestra obsesión por resolver problemas conocidos y más de nuestra habilidad para formularnos las preguntas adecuadas. Para crear el futuro, primero necesitamos imaginarlo. Las cosas son creadas mentalmente antes de ser creadas físicamente. Y debemos reconocer que no sabemos imaginar porque enseñamos a memorizar y repetir el pasado. Si no podemos imaginar el futuro, resulta difícil aprenderlo. Entrevista Century Link Forum 2020 Latin America

 

¿Cómo aprender de lo que no ha pasado? Parece un contrasentido para nuestra cultura conservadora que siempre se ha basado en enseñar lo que ya sabemos. Somos expertos en transmitir lo que se sabe: el conocimiento que nos ha permitido llegar hasta aquí resulta cómodo de enseñar (venimos haciéndolo de forma natural durante cientos de años), es más o menos estable y sobre todo muy seguro porque no hace falta cuestionarlo, solo aceptarlo ¿Y por qué aprender del futuro?  ¿Es que lo que sabemos ya no sirve y hay que tirarlo a la basura? En absoluto, el pasado es lo mejor que tenemos. Solo podemos aprender algo nuevo a partir de lo que ya sabemos. Pero ese pasado nos condiciona y nos vigila como un juez. Todo lo que te ata al pasado te quita futuro. A pesar de lo valioso que es nuestro pasado, hace tiempo que resulta insuficiente para lo que nos espera. Los viejos mapas que siempre utilizamos quedaron desactualizados y no nos pueden indicar un camino que no existe. Necesitamos brújulas para orientarnos hacia lo que vendrá. Tendremos que improvisar como los músicos de jazz, algo que se aprende practicando.

Abordé la automatización en las columnas “lo que le tenemos que agradecer a la IA” y “por qué la IA no nos salvó de la pandemia”. Solo quiero recordar que la promesa de la inteligencia artificial es predecir el futuro alimentándose de los datos del pasado (no puede hacer otra cosa ya que carecemos de datos del futuro). Y la premisa que hemos comprobado errónea consiste en asumir que el futuro será una proyección del pasado. Conocer perfectamente lo que pasó no te asegura que podrás anticipar lo que va a pasar.

 

El futuro no es una continuación del pasado. Solemos caer en la tentación de pensar que vivimos el momento más complejo de la historia. Sin embargo, el cambio siempre ha formado parte de nuestra evolución. La única diferencia es la rapidez. La velocidad a la que cambia el mundo provoca incertidumbre: lo que sucede hoy no se parece necesariamente a lo que ya hemos vivido lo que nos hace muy difícil predecir lo que ocurrirá mañana. Eso significa que el conocimiento del pasado no nos alcanza para afrontar los retos que se avecinan, llámense cambio climático, desigualdad, futuro del trabajo, etc.

Nuestro sistema educativo se diseñó para asegurarse que aprendíamos lo que miles de expertos descubrieron o pensaron antes que nosotros, con muy poca libertad para decidir si te interesan otras cosas. El sistema nos impone que las preguntas ya están decididas, que hay una respuesta correcta para cada pregunta, que sabemos esa respuesta y que necesitamos que todos la adopten sin mucha discusión. Por eso tenemos curriculums comunes para todos en todo el mundo. Las asignaturas que yo “estudié” en el colegio y las de mis hijos son casi idénticas y han pasado 40 años. La lógica de aprenderse las respuestas sirve cuando los problemas son conocidos y estables. Eso explica que, durante siglos, nos hayamos limitado a aprender las respuestas a preguntas conocidas. Pero cuando la realidad que surge es inédita, las viejas respuestas ya no sirven. En ese caso, más que hacer esfuerzos en cambiar las respuestas por otras que si funcionen, la clave consiste en crear nuevas preguntas. Y para eso hay que incentivar la curiosidad. Las preguntas abren la puerta al conocimiento. Las competencias para el mundo donde aprendemos lo que ya sabemos nos son familiares: eficiencia, predictibilidad, capacidad de creer, aceptar y obedecer, capacidad de memorizar, almacenar y repetir. Casualmente son las principales fortalezas de la tecnología. No tiene sentido competir con las máquinas en almacenar información y en velocidad de procesamiento. Para inventar el futuro, las competencias que se requieren son radicalmente distintas a las que reinan en el sistema educativo y también las conocemos de sobra: imaginación, creatividad, pensamiento crítico y flexible, resiliencia, flexibilidad, reflexión, colaboración, empatía, proactividad etc. Son capacidades innatas que nos permiten aprender y que todos traemos de fábrica. En un mundo donde tenemos más información que nunca, no es fácil convivir con preguntas importantes que no tienen respuesta porque nos generan ansiedad. Sufrimos cuando no tenemos una explicación para todo, lo que abona el terreno para las fake news. Las preguntas difíciles nos ponen nerviosos. Preguntar deja en evidencia que no sabes. Las máquinas no nos pueden ayudar con las preguntas, solo saben responder. Las respuestas se pueden automatizar, pero las preguntas todavía no. Las preguntas son la respuesta…

 

Aprender del futuro nos obliga a reformular nuestra relación con el error porque cuando tenemos que inventar, estamos más expuestos a equivocarnos. El porvenir no incluye instrucciones sobre qué hacer así que vivimos un ejercicio de prueba y error continuo. El desafío no es desconocido porque históricamente el ser humano siempre progresó de esa manera. Pero antiguamente eran unos pocos genios locos los que se atrevían a nadar contracorriente, inventaban y miraban más allá mientras la mayoría reutilizaba y aprovechaba lo que ya se sabía. Hoy se espera que todas las personas innoven, sean creativas, emprendan y para eso además de las capacidades que mencionamos (y que no estamos enseñando en ningún sitio) es fundamental que las organizaciones generen ambientes mucho más tolerantes con el error. Hemos sido sistemáticamente entrenados para hacer siempre lo mismo y conservarlo, pero no para aprender y cambiar. Pedimos a las personas que cambien en entornos que no favorecen el cambio, que fueron diseñados para repetir y perdurar. Estructuras organizacionales robustas, la antítesis de la flexibilidad. Para un futuro en el que dependemos de ser ágiles, no nos sirven los mismos diseños pensados para entornos predecibles e inalterables.

Una empresa existe porque tiene clientes a los que vende productos/servicios. Eso significa que es exitosa “ejecutando”. Ninguna empresa tiene como objetivo aprender. Pero para aprender del futuro, necesita ser buena “pensando”, lo que implica considerar el pensar como una actividad productiva. Aprender va a ser la única manera de seguir cumpliendo con los objetivos a futuro porque estos cambian en la medida que clientes, servicios, competencia, mercado, etc. cambian.

 

Aprender del futuro implica tener libertad acerca de qué aprender y qué pensar, algo que parece obvio, pero no lo es. Un curriculum predefinido que te mide en función de respuestas correctas, ejerce control sobre qué piensas y cómo piensas La verdadera libertad de la educación te entrega la posibilidad de poder fijar la atención en lo que te interesa o te importa, decidir cómo quieres ver las cosas, se abre a diferentes puntos de vista, no tiene miedo de la discrepancia ni de cambiar de opinión. Si hay que aprender rápido, entonces hay que estar dispuesto a desaprender igual de rápido. Eso sí, la rapidez tiene que mental y no física. En lugar de asimilar lo que otros pensaron, ahora tienes la oportunidad de aportar tu pensamiento. Enseñar solo lo que ya sabemos nos mantiene ciegos y con la mente sellada, nos conduce a ser arrogantes y encerrarnos en lo que nos da seguridad y nos mantiene a salvo. Significa insistir en que hay que seguir haciendo todo como siempre se ha hecho, que las personas no necesitan proponer sino seguir instrucciones porque todo ya está decidido “sabemos mejor que tú cómo funciona el mundo y lo que te conviene…”.

La velocidad del cambio apenas nos deja tiempo para aprender. El conocimiento se desactualiza tan rápido y es tanto el volumen de saberes a adquirir que tenemos que priorizar. Por eso no tiene sentido que todos aprendamos lo mismo durante tantos años. La transformación que debe sufrir la educación no es digital sino radical ¿Por qué no hacemos exámenes donde evaluemos a los alumnos por sus preguntas y no por sus respuestas?

 

Como decía Mark Twain “no es lo que no sabes lo que te mete en problemas, es lo que estás seguro de saber y sin embargo no es así”. Dudar siempre es más incómodo que aferrarse a las convicciones. La pandemia derribó algunos paradigmas intocables: “desarrollar una vacuna toma 5 años, no es posible teletrabajar, no se puede hacer ejercicio físico en casa…” Aprender del futuro requiere asumir que no hay certezas, que todo puede cambiar y posiblemente lo hará y hay que estar preparados para ello. Preparados para planificar, pero también para improvisar porque sabemos que habrá imprevistos. Aprender del futuro no lleva apellidos porque ni siquiera sabemos qué hay que aprender. Nos invita a estar cómodos con no saber lo que no sabemos, con no entender o explicarnos lo que sucede y aceptar que lidiaremos con situaciones imposibles de predecir sin desanimarnos por ello, sin perder la cabeza. Si consideramos que el futuro ya no es proyectivo (lineal) sino prospectivo (escenarios) entonces se vuelve crítica la curiosidad, la capacidad de observar, detectar patrones, analizar tendencias, considerar múltiples perspectivas, estudiar lo qué hacen otras organizaciones e industrias (inteligencia competitiva), imaginar posibilidades. Estamos transitando de la era de la información a la de la imaginación. Imaginar es una capacidad clave para anticipar el futuro y el sistema educativo la sigue reprimiendo. Lo increíble del cerebro humano es que no se limita a recrear el pasado, sino que es capaz de imaginar el futuro. La imaginación a su vez “dispara” 2 habilidades clave: la curiosidad como interés por aprender lo que no se sabe y la generosidad como interés por compartir lo que se sabe. Un trabajador del conocimiento queda obsoleto por definición, un trabajador del aprendizaje siempre se mantiene vigente.

 

Conclusiones: “La pregunta que enfrenta el responsable de la toma de decisiones estratégicas no es ¿Qué debería hacer su organización mañana? es ¿Qué tenemos que hacer HOY para estar preparados para un mañana incierto?” (Peter Drucker)

Hemos vivido pendientes del pasado, mirando por el retrovisor, enseñando lo que ya se sabía. Pero mañana llegarán problemas desconocidos cuyas soluciones tendremos que inventar ¿Cómo aprendemos de lo que no ha ocurrido todavía? imaginándolo, dejando volar la fantasía, permitiéndonos ser absurdos, justo lo que la tradición siempre nos ha impedido. Por eso mientras aprender del pasado requería un tipo de competencias eminentemente intelectuales, aprender del futuro demanda otras totalmente diferentes, básicamente emocionales: atreverse, desafiar, colaborar, no desanimarse, empatizar… Y quizás lo más importante: la clave no consiste en aplicarlas a título individual sino desplegarlas a nivel colectivo, en el equipo, la organización y la sociedad. La competencia para alumbrar nuevas preguntas no es la misma que la competencia para la búsqueda de sus respuestas. Ni siquiera es el mismo modelo mental y menos aún son las mismas personas.

Aprender del futuro nos exige anticipar problemas y necesidades. Para ello será primordial el proceso de crear conocimiento por encima de gestionar el conocimiento que ya hemos acumulado. Será más importante ser conscientes de lo que no sabemos que lo que ya sabemos. Aprender será nuestro cinturón de seguridad para lo que viene.

 

El futuro no se improvisa. Aprender del futuro implica decidir hacia dónde queremos ir, qué conocimiento hará falta y qué necesitamos aprender. El Por Qué es siempre más importante que el Cómo. Somos lo que hemos aprendido. Si como sociedad queremos ser de otra manera (menos contaminantes, más solidarios, etc.) tenemos que aprender cosas distintas y desaprender algunas de las que sabemos. Si insistimos en aprender mejor lo mismo que ya conocemos, solo llegaremos a ser más eficientes en hacer lo que ya nos hemos dado cuenta de que no funciona. Por eso tenemos que dejar de enseñar lo de siempre para enfocarnos en lo que no sabemos. Cuando el conocimiento del pasado ya no es suficiente, la única alternativa para sobrevivir es aprender del futuro. La única forma de que el futuro no nos estalle en la cara es traerlo al presente y diseñarlo. Si queremos un medio ambiente sostenible para nuestros hijos, lo tenemos que crear hoy. Hay situaciones que no podremos impedir (un terremoto, otra pandemia) pero si nos podemos anticipar, decidir cuál será nuestra respuesta y prepararnos con el conocimiento necesario. Es la diferencia entre quedarse esperando a que las cosas pasen y reaccionar o tratar de provocar que pasen aquellas que queremos (aceptando que siempre habrá situaciones impredecibles) para que vivamos la vida que queremos vivir. No es que no sepamos qué hacer para mejorar la vida en el planeta, es que no nos ponemos de acuerdo para hacerlo.

“Vive todos los días como si fuera el último, porque alguna vez acertarás” es una frase apócrifa. Aprender del futuro nos obliga a fijar la mirada en el largo plazo porque el corto plazo mata la innovación, la curiosidad y la reflexión. El mañana llega cada vez más rápido. Es verdad que solo vivimos el presente y que lo único que tenemos es el pasado, pero necesitamos ser más eficientes en anticipar el futuro ¿tenemos alguna garantía de que nuestros deseos se cumplirán? No, pero dado que el ingenio humano es infinito, todo depende de nosotros. Hoy que tanto se habla de transformación, el objetivo de aprender del futuro no es otro que transformar el mundo.

 

El jueves 11 de marzo impartiremos la conferencia inaugural “Aprender del futuro” en el marco del Primer Encuentro ITCIP sobre “Gestión del Conocimiento e Innovación para la Transformación de la Administración Pública”.

El miércoles 21 de abril participaremos en el Annual HR Conference organizado por Seminarium con la conferencia “Actitud, el conocimiento más importante”.

Del 11 al 13 de mayo participaremos en el congreso Edutic "La educación en transformación".

El miércoles 2 de junio impartiremos la conferencia “Aprender del futuro” dentro del Foro de innovación para el aprendizaje y el desarrollo.


(*) Fuente: El autor (el texto fue enviado muy amablemente  desde Chile para PGV)

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Tus ojos (poema) (*)


Ilustración fotográfica: Octavio Paz en letralia.com - bajada para PGV


Por Octavio Paz (1914-1991)
México

Para el amante, los ojos de su ser amado son los pozos en que refleja sus sentimientos, inquietudes, esperanzas y temores. El amante contempla, como hechizado, la mirada subyugante del otro. La mirada encontrada es vínculo, interpelación, pregunta y respuesta a la vez; es misterio y revelación. Es, pues, abismo insondable.

ilustración gráfica: "CUANDO EL AMOR OS LLAME, SEGUIDLO" en tandulcecomotu.com - bajada para PGV

Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
o toño en un claro del bosque en donde la luz canta en el hombro de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.

(*) fuente: culturagenial.com/es/ 

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Solo hasta hoy !!! 

Ilustración gráfica: "Pin on frases" en pinterest.com.mex - bajada para PGV 

DEJANDO QUE LA VIDA SE TE ESCAPE

SOLO HASTA HOY!!!. Cuánto tiempo perdido, esperando la felicidad, aquella que no llega mañana sino que se vive hoy, con lo que tienes,

SOLO HASTA HOY!!!. Cuanto tiempo esperando el amor perfecto, aquel que no llega, porque no estas dispuesto a valorarlo y recibirlo a manos llenas.

SOLO HASTA HOY!!!. Cuanto tiempo sin actuar, y no lo haces porque pueden más tus miedos.

SOLO HASTA HOY!!!.  Cuanto tiempo  esperando cambiar hábitos adictivos que te perjudican, y no lo logras porque no fortaleces tu voluntad.

SOLO HASTA HOY!!!.  Cuanto tiempo esperando cumplir tus sueños, y no lo haces porque te falta determinación.

SOLO HASTA HOY!!!. Cuanto tiempo esperando el estado optimo de salud, y no lo vives porque crees que este es responsabilidad de los médicos, Psicólogos o Psiquiatras y tu eres solamente un observador y no el responsable.

SOLO HASTA HOY!!!.Cuanto  tiempo esperando el trabajo perfecto, aquel que no llega porque para ti es más fácil cambiar de trabajo que de actitud.

SOLO HASTA HOY!!!. Cuanto tiempo esperando tu evolución espiritual y no lo vives porque no ha aparecido tu guía espiritual, pastor, gurú o maestro, ese que jamás llegará porque el verdadero esta dentro de ti.

SOLO HASTA HOY!!!.Cuanto  Has postergado salir a bailar, a caminar, a comer un helado, a visitar un amigo, a vivir la vida?

ENTONCES.....SOLO HASTA HOY, Decide y decreta ser acción, actitud positiva, voluntad, salud, amor, realización personal, alegría, valentía, felicidad, cambio, armonía, equilibrio, decide ser:VIDA!!!! No dejes que se escape entre tus dedos, no permitas que pase como  una simple película de miserias y quejas.

VAMOS.....VIVE, ACTUA!!!!!

Amén que así sea!!!

(*) este texto fue recomendado para ser publicado en pGV, por el Ingeniero Joselyn Alba Morales, compañero del equipo pluriprofesional de trabajo en PGV.  

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"El Siglo XXI será de la espiritualidad o no será". Albert Einstein (1879-1955)

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PGV - FIN de la Edición de 03/03/2021 
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