CUATRO PERSONAJES PARECIDOS Por Julio Londoño Paredes
Cuatro personajes parecidos
Julio Londoño Paredes (*)
Se puede o no estar de acuerdo con Donald Trump. En todas partes tiene muchos defensores y contradictores. La votación en los Estados Unidos así lo refleja. Lo que sorprende es cómo el presidente de la gran nación denigra públicamente del sistema electoral afectando la democracia norteamericana. Agrega además que en el país existe una corrupción generalizada y que, si su rival finalmente llegara a ser proclamado ganador, sería un gobernante ilegitimo.
Estas expresiones afectan el prestigio de los Estados Unidos en un momento clave de la política internacional en el que se necesitan más que nunca su solidez y coherencia. La intemperancia verbal del mandatario llevó incluso a que las principales cadenas de televisión cortaran una de sus intervenciones. El interrogante que deja es el de la autoridad moral del gobierno norteamericano, entre otras cosas, para censurar al régimen de Maduro y a las elecciones que tiene proyectadas para el mes de diciembre.
Esa modalidad parece copiada de Chávez que un día calificaba a la Secretaria de Estado de Obama, Condoleezza Rice, de analfabeta y al otro día le mandaba besos. Incluso en una oportunidad llegó a extremos procaces en su lenguaje hacia ella. La vocinglería por micrófono fue seguida por su pupilo Maduro que en sus peroratas contra Colombia y sus dirigentes usa un lenguaje escatológico que era desconocido.
El presidente del Brasil, por su parte no se ha quedado atrás. Siguió la misma línea de indiferencia y desprecio de Trump respecto a la pandemia, a la que calificó como una “gripita”. Ahora dice que el Brasil “Debe dejar de ser un país de maricones” por el temor al Covid 19. Los Estados Unidos y Brasil están a la cabeza de los muertos y contagiados en el mundo.
Antes los jefes de estado recibían minuciosas instrucciones de los asesores de imagen y de los jefes de protocolo sobre la vestimenta que ellos y sus consortes debían llevar en cada ocasión y de las palabras y términos que debían utilizar en sus intervenciones públicas. Hasta el punto de que, se dijo en 1960 que Richard Nixon había perdido un debate televisivo clave con John F. Kennedy para la presidencia de los Estados Unidos, por estar mal afeitado.
La terminología utilizada primero por Chávez y Maduro y luego por Trump y Bolsonaro, comparada con la inocente ¡mamola! de Jorge Eliecer Gaitán, que escandalizó a la sociedad colombiana y que después fue reproducida por Horacio Serpa, ni siquiera se pueden comparar.
El problema es que, como se ha visto en estos casos “el mal ejemplo cunde”.
Estas expresiones afectan el prestigio de los Estados Unidos en un momento clave de la política internacional en el que se necesitan más que nunca su solidez y coherencia. La intemperancia verbal del mandatario llevó incluso a que las principales cadenas de televisión cortaran una de sus intervenciones. El interrogante que deja es el de la autoridad moral del gobierno norteamericano, entre otras cosas, para censurar al régimen de Maduro y a las elecciones que tiene proyectadas para el mes de diciembre.
Esa modalidad parece copiada de Chávez que un día calificaba a la Secretaria de Estado de Obama, Condoleezza Rice, de analfabeta y al otro día le mandaba besos. Incluso en una oportunidad llegó a extremos procaces en su lenguaje hacia ella. La vocinglería por micrófono fue seguida por su pupilo Maduro que en sus peroratas contra Colombia y sus dirigentes usa un lenguaje escatológico que era desconocido.
El presidente del Brasil, por su parte no se ha quedado atrás. Siguió la misma línea de indiferencia y desprecio de Trump respecto a la pandemia, a la que calificó como una “gripita”. Ahora dice que el Brasil “Debe dejar de ser un país de maricones” por el temor al Covid 19. Los Estados Unidos y Brasil están a la cabeza de los muertos y contagiados en el mundo.
Antes los jefes de estado recibían minuciosas instrucciones de los asesores de imagen y de los jefes de protocolo sobre la vestimenta que ellos y sus consortes debían llevar en cada ocasión y de las palabras y términos que debían utilizar en sus intervenciones públicas. Hasta el punto de que, se dijo en 1960 que Richard Nixon había perdido un debate televisivo clave con John F. Kennedy para la presidencia de los Estados Unidos, por estar mal afeitado.
La terminología utilizada primero por Chávez y Maduro y luego por Trump y Bolsonaro, comparada con la inocente ¡mamola! de Jorge Eliecer Gaitán, que escandalizó a la sociedad colombiana y que después fue reproducida por Horacio Serpa, ni siquiera se pueden comparar.
El problema es que, como se ha visto en estos casos “el mal ejemplo cunde”.
Fuentes: El autor y https://www.semana.com/opinion /articulo/cuatro-personajes- parecidos/202013/
Semana - noviembre 13, 2020
(*) Excanciller y Exembajador de Colombia, Escritor y analista sobre temas de geopolítica e internacionales. Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario
Semana - noviembre 13, 2020
(*) Excanciller y Exembajador de Colombia, Escritor y analista sobre temas de geopolítica e internacionales. Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario
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