DEBATES Y CAMPAÑAS ELECTORALES Por Julio Londoño Paredes
Debates y campañas electorales
Julio Londoño Paredes (*)
El debate entre el presidente Trump y el exvicepresidente Biden, sobre
el que tanto se ha hablado, desprestigia a los Estados Unidos ante el
mundo y le resta autoridad moral en muchas crisis foráneas en las que ha
venido interviniendo.
Además, es muy dudoso que haya influido en la intención de voto de los
norteamericanos. Más bien puede haber dejado la sensación de que ninguno
de los dos debe ser el próximo presidente.
El léxico de los contendientes en el debate fue similar al utilizado,
desde hace varios años en Venezuela contra los Estados Unidos y
Colombia, primero por Chávez y luego por Maduro.
Ni en el discurso de Roosevelt declarando la guerra a los países del Eje
después del ataque japonés a Pearl Harbor, ni en la declaración de Bush
para iniciar la operación “Desert Storm” con ocasión de la invasión a
Kuwait por Sadam Hussein, se utilizó un lenguaje similar.
Pero más que una cuestión de léxico, la autoridad moral del gobierno
norteamericano para liderar el cambio de régimen en Venezuela podría
debilitarse. Le será difícil hablar con la misma fluidez de la
corrupción generalizada y del enriquecimiento de Maduro y de sus más
cercanos colaboradores, cuando el mandatario norteamericano elude
impuestos, aunque sea “legalmente”.
Mientras que en los Estados Unidos culmina la campaña presidencial, en
nuestro país se está iniciando un año antes, utilizando procedimientos
infinitamente más peligrosos para obtener a toda costa el poder,
llegando incluso al riesgo de dar patente de corso al vandalismo.
La discusión se centra en que, si la policía debe ser como la francesa,
la norteamericana o la japonesa. Con la circunstancia de que nosotros no
somos ni Francia, ni Estados Unidos, ni Japón, países en los que
también se ha acusado a la policía de abusos y atropellos.
Vuelve a la mente un episodio en la primera campaña presidencial, entre
Antanas Mocus y Juan Manuel Santos, cuando en inefable JJ Rendón, asesor
de Santos, “emboscó” a Antanas Mocus. Cuando el periodista de una
emisora que nadie conocía, le preguntó sobre qué pensaba sobre las
fuerzas armadas, el candidato expresó, ingenua pero transparentemente,
que ojalá no existieran como en Costa Rica.
De nada sirvió que se aclarara que Costa Rica no tenía ejército porque
era un país en paz y que eso sería lo deseable. De inmediato Santos y
sus asesores difundieron maliciosamente la noticia de que Mocus había
afirmado que acabaría con las fuerzas armadas. Hubo alarma, no solo
dentro de las fuerzas armadas, sus familiares y allegados, sino también
en muchos sectores de la opinión nacional. No importaba que la
afirmación no fuera cierta…de todas maneras funcionó.
Igualmente, mientras que Santos afirmó que gravaría en piedra la promesa
de que no aumentaría los impuestos, Mocus otra vez honrada pero
ingenuamente, expresó que era indispensable hacerlo. Hubo una reacción
generalizada en contra de Antanas. Sobra decir que, fue lo primero que
hizo Santos cuando llegó a la presidencia.
Parece pues que ahora en las campañas electorales y en los debates
televisivos “todo vale”, como en los combates de lucha libre tan
populares en México…
(*) Excanciller y Exembajador de Colombia, analista geopolítico, Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario
Fuentes. El autor y https://www.semana.com/opinion
Semana – octubre 2, 2020
Parece ser que los países más industrializados y económicamente ricos,no conocen ni investigan que la ciencia política y las relaciones internacionales son tan importantes para el desarrollo económico,social y político de todos los países del mundo ,en cuanto al progreso equilibrado de todos para que la sociedad mundial sienta y considere que la paz mundial es la visión y el objetivo primordial,en lugar de que exista la sosobra del conflicto y la guerra de los seres humanos.arnaldogarcia
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