Nuestra religión es el amor
Por: Chamalú
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El hombre es el único ser que se pregunta y esa ventaja no debemos perderla. No podemos evitar elegir empero sí es posible hacer de nuestra vida una suprema aventura. “¿Cómo son tus días?” –preguntó el abuelo.
Elegir bien es el camino a la libertad luego de reducir las necesidades.
“¿Qué haces con el polen que recoges?” -insistió. Recuerda, no hay camino, hay caminante. El verdadero caminante no busca caminos que luego opriman su libertad.
¿Qué haces ahí sentado en la puerta de tu vida? ¿Por qué esperar que pase algo para reflexionarlo y observarlo? ¿Sabes que vas a morir? Y si estas consciente de ello, ¿por qué no aprendes a vivir cuanto antes, vivir con poder?
Recupera primero tu tiempo libre y a continuación tu vida entera y empieza a ser todo lo que puedes ser. Ser algo más que una especie.
Quien no crece, es una falla geológica.
Amar es la mejor manera de vivir. Para amar hace falta primero haber logrado la felicidad. Es posible ser feliz cuando dejamos de buscar la felicidad y motivos externos para ella. La felicidad es nuestra condicion natural de existencia.
Empezamos a ser felices cuando nos declaramos felices sin más motivo que el hecho de estar vivos. Hace falta estar vivos a lo largo y ancho de toda nuestra vida, sin olvidar que no estamos solos, que estamos conectados con toda forma de vida, en una red invisible que atraviesa la materia. Por ello es recomendable cerrar los ojos y ver más allá de lo accesible a los sentidos.
Nosotros no hemos perdido el paraíso. Lo estamos construyendo.
Se trata de fundirse con todo, de crear vida, de sintonizar el silencio y conectarnos con uno mismo y desde nosotros con todo.
El conocimiento chamánico enlaza la vida con el poder, la voz interior es la palabra de la consciencia.
Los indígenas somos los pioneros del nuevo amanecer, somos cazadores de instantes, vivimos con fervor cada día porque cada día es por última vez.
El purgatorio actual es la infelicidad, la depresión es el infierno que tantos habitan sin motivo.
La sabiduría nos mantiene unidos en la diversidad, las montañas son las antenas, los árboles antiguos son sagrados.
Para conectarse con las piedras, es necesario abolir la distancia con ellas, cuando ello ocurre, podemos generar diálogos pétreos. La danza es oración y agradecimiento por todo y por la vida. Los abuelos dicen que no se necesita otra religión que el amor. Ilustración fotográfica Archivo PGV
Muy buena interesante para la convivencia civilizada de todos los humanos. Yo considero que el mandamiento que desarma los espíritus en la Aldea Global es “el respeto justo y mutuo”.
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