GUARDIANES DE LA MADRE TIERRA Por "Chamalú"

La tierra es nuestra Madre, su idioma son los colores de las flores y el canto de los pájaros; cada árbol es una biblioteca, las piedras tienen memoria. Cada día se desata un nuevo amanecer, es un regalo. El amanecer es la flor del Universo en la tierra, que nos recuerda nuestro origen y nuestro destino, el mar nos habla de sensaciones oceánicas, el viento, es el psicoterapeuta transparente que se lleva lo que no necesitamos.
El bosque guarda muchos secretos, el aroma de la tierra vegetal, transcurre incesante; el tiempo en la naturaleza es circular, la primavera volverá a vestirse con su traje floreado, el verano volverá esbelto y pleno, con su vitalidad extensa y su calor como caricia de fuego; el otoño cambiará los colores sin pedir permiso, desmoronando al unánime verde, reemplazándolo por vestuarios rojos y finalmente amarillos, bufet cromático, copas llenas de rojo-amarillo, ropa de hojas, fiesta de colores que no creen en los verdes. El tiempo circular continua circulando, de repente llega el invierno y su frío nudismo, desaparecen los colores, se marchan los migrantes; a veces, el frío se pone zapatos blancos, retiene huellas y congela recuerdos, es niebla sólida y furibundo silencio, esperando la agresión solar de la primavera, que diluya su blanca rigidez, invitándole a fluir transparente, adquiriendo la forma de cada circunstancia.
La
naturaleza, es un organismo vivo, uno en su diversidad, austera y
abundante, urgida de vida, germinando semillas, repartiendo frutos.
Sucede que somos parte de algo más grande que funciona en sorprendente
equilibrio dinámico. Solo podemos vivir si aprendemos a no destruir.
Cercenada la reverencia, la magia queda abandonada a su suerte. ¿Cómo
crecerá la vida si crepita la reverencia y abandona lo sagrado?
He visto gente comprando lo que no necesita, negándose a despedirse de las bolsas plásticas que sirven unos minutos pero contaminan siglos; he visto gente infeliz contaminando a la Madre Tierra, matando por placer, ingiriendo venenos autorizados. He visto glaciares suicidándose, urbanicolas despreciando lo natural, manos cortando árboles, lentitudes cómplices, versos sin lectores. La ecología se puso de moda. La ecología que no se convierte en estilo de vida, es una mentira verde.
Quizá no tengamos derecho a proclamarnos hijos de la Madre Tierra y la especie más inteligente, mientras no encendamos el fuego de la disidencia, la hoguera de la discrepancia con un orden social que solo apunta al lucro. Tal vez lo más urgente en este tiempo, consista en abrazar a los árboles, cuidar las semillas naturales, hacernos amigos de los animales y viajar a los sitios más hermosos del planeta. Es probable que seamos la última generación que aún puede pasearse en un bosque, danzar bajo la lluvia, saborear un amanecer o encender el fuego ceremonial a la hora vespertina.
Esta germinando las semillas de lo nuevo, comencemos reforestando los corazones, formando círculos de hijos de la tierra, cantándole al agua e izando el canto hasta la cima de la vida, donde se hilvanan todas las realidades. Ser ecologista en este tiempo, es convertirse en guardianes de la Madre Tierra.
Chamalú
* "CHAMALÚ DISFRUTA LA VIDA: ... me encuentro recostado en la hamaca de la fugacidad, colgado entre dos eternidades que presiento. Nací al borde de la muerte, la bisabuela indígena quechua me devolvió a la vida, sembrando simultaneamente las semillas de la sabiduría ancestral, en el jardín de mi corazón. En la adolescencia mi fervor de conmprensión se convirtió en crisis existencial, atravesé el oscuro túnel con ayuda de un anciano curandero, un guardián de secreta sabiduría que me adoptó como aprendiz. Al marcharse dos años después busqué más abuelas y abuelos, indígenas sabios para sentarme a sus piés. Esa fue mi primera y mejor universidad, en áulas naturales en forma de montaña, desierto o selva. Le di oportunidad a la civilización, al estudiar diversas carreras universitarias, ratificando mi discrepancia con la actual forma de pensar y vivir. Soy un artesano de la palabra, un guardián de la vida, por mis venas circulan galaxias, vivo apasionadamente cada instante, habito el presente con reverencia, soy adicto a la felicidad, la solidaridad expresa, el estilo de vida elegido." Párrafo bajado de goolge y transcrito aquí textualmente.
Fuente: este texto nos fue enviado por correo electrónico desde Bolivia el 5 de junio de 2020, por su autor.
Cuanto por aprender, lo mínimo el respeto por la tierra. Donde esta la educación impartida en las aulas que imparta la cultura del respeto por la tierra y lo que ella nos brinda?
ResponderBorrarInquietante y objetivo su comentario. En las áulas se trata de cumplir las "curricula" y exigir el uso de la memoria y con frecuencia la "avivatez copiadora" para aprobar asignaturas y cursos y para subir, como sea, peldaños para la rápida titulación que es la credencial para ingresar al trabajo profesional de sustento. El sentido común y respeto justo y mutuo no son asignaturas (ni siquiera teóricas ) en ninguna escuela, colegio o universidad del mundo pero, en mi opinión, son dimensiones holísticas determinantes de la convivencia global y aún de la supervivencia humana en equiibrio con la naturaleza sobre la Aldea Global. salud !!! (harcas).
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