¿HEMOS SIDO Y SOMOS EDUCADOS? Por Hugo Arias Castellanos

 

¿Ir a las Instituciones educativas es garantía de educación ?

Por Hugo Arias Castellanos

granboyaca@gmail.com

Foto tomada del Archivo PGV

"... El proceso de enseñanza (proceso educativo) no es una mera transmisión de conocimientos objetivos o de destrezas prácticas, sino que se acompaña de un ideal de vida y de un proyecto de sociedad... La educación transmite porque quiere conservar; y quiere conservar porque valora positivamente ciertos conocimientos, ciertos comportamientos, ciertas habilidades y ciertos ideales". FERNANDO SAVATER (en " El valor de educar").

Se presentan aquí algunas apreciaciones preliminares que, tal vez, podrían ser útiles en un debate sobre tan importante y fundamental tema, que amerita o puede ameritar profundización y complementación en la función pública de las personas con autoridad y mayor versación al respecto.

En primera instancia cabe afirmar que el tipo de sociedad que tenemos es resultado concreto de la eficacia (efectos e impactos económicos y sociales) del modelo educativo en Colombia y en países que se le parecen.

 1-     Se ha confundido, en la mayoría de los casos, educación (proceso continuo y permanente) con instrucción (información).

2-     El modelo instruccional (no siempre o casi nunca educacional) confina a todos los estudiantes en el mismo “recipiente” y les aplica unas reglas cuantitativas forzosas de trasmisión y repetición, para luego practicar evaluación y cuantificación, como mecanismo de “tamización” académica (a eso se le ha llamado educación). Ninguna calificación se refiere a los avances en valores fundamentales como la adaptación progresiva y creciente en talleres y actividades prácticas diarias para construir y cultivar inteligencia social, derechos con deberes, sentido común, equidad, democracia real, responsabilidad individual y colectiva, personalidad, carácter,  sinceridad, respeto a los demás, lo justo, lo dignificante, pertenencia nacional, regional y local, solidaridad, convivencia civilizada, necesidad de progresar individual y colectivamente, y mucho más de la vida real.

3-     No existe, en la práctica, un Sistema de Educación (recordar la definición de Sistema). Existen unas instancias establecidas mediante normas oficiales (Leyes, Decretos, Resoluciones, etc) que definen teóricamente un “Sistema Educativo”.  Sin embargo, la realidad muestra una enorme descoordinación entre las diferentes instancias y modalidades autorizadas oficialmente. Nadie, de oficio en Colombia, custiona o evalúa siquiera la existencia del “Sistema de Educación”  y mucho menos evalúa el cumplimiento de su misión y objetivo social; parámetros que debieran, por fuerza, traducirse en realidades  cualitativas y cuantitativas de bienestar colectivo.

4-     Las llamadas políticas “educativas” son producto de las “genialidades” de cada ministro y de sus asesores personales; ellas se orientan, en la realidad y por presiones consuetudinarias, más a justificar incrementos en las asignaciones dentro del presupuesto de la Nación que a optimizar la conformación, funcionamiento óptimo y eficacia real de un  Sistema de Educación.

Cabe aquí, esta pregunta: ¿existe coherencia entre las políticas gubernamentales sobre educación y el estado de desarrollo del país o sea con respecto al mejoramiento de las condiciones generales de vida de todos los colombianos?. Las estadísticas sobre “igualdad” de oportunidades, productividad del recurso humano del país,  capacitación laboral adecuada, tasa de ocupación (empleo estable), nutrición, salubridad (mortalidad y morbilidad), higiene comunitaria, ingreso per cápita, población carcelaria, enriquecimiento ilícito, corrupción, inmunidad, clientelismo y burocratización del Estado, y otros tantos aspectos, no permiten, a mi juicio, una respuesta favorable a la pregunta anterior.

5-     Las anteriores reflexiones preliminares pueden permitir la hipótesis siguiente: El modelo educativo colombiano es confuso, incoherente y equivocado, dado el tipo de Sociedad y de Estado que ese modelo ha generado”.

Algo sobre las Universidades

 Agrego que las universidades no son malas ni buenas "per se". Lo que se tienen son estudiantes que estudian (que buscan y gestionan conocimiento) y estudiantes que no lo hacen así.

El buen estudiante tiene conciencia de que es un privilegiado social y sabe qué es lo que debe hacer y lo hace. Se apropia de la oportunidad de acceder al conocimiento científico pertinente, con entusiasmo y preocupación continuados, profundiza en el análisis, busca hasta encontrar explicaciones a aspectos, temas, circunstancias, problemas y soluciones. Es problematizador (no problemático) por excelencia, propone y defiende con rigor científico interpretaciones y soluciones viables; aborda, crecientemente, problemas más complejos e induce a sus profesores a que den explicaciones científicas. Lee, con profundidad la realidad de su municipio, su departamento, su país y el mundo; y cultiva la capacidad de entender y explicar esa realidad; se involucra y se compromete en cuanto implique avances científicos, creatividad, utilidad social, mejoramiento integral de las condiciones generales de vida, y mucho más edificante de enteligencia social. Es decir, si hay buenos estudiantes habrá buenos y magníficos profesores, buenas y magníficas universidades, buenos y magníficos profesionales todos líderes; y tendríamos, algún día, un país desarrollado con buenos gobernantes y pobladores con alta cultura ciudadana y decididos progresistas con bienestar general. Así y sólo así, con ese "punto de apoyo" podrían ayudar a mover cualitativamente la Aldea Global.

* e-mail: granboyaca@gmail.com

Gráfico de la Estructura básica de PGV - archivo PGV

Ilustración gráfica de Jacques Lacan, bajada de Wikipedia para el archivo de PGV

 


 


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